Pedro Sánchez se ha visto obligado a trasladar la capital de España de Madrid a Waterloo, que es donde Puigdemont decide la continuidad del gobierno sanchista a cambio de los privilegios que quieren otorgar a unos pocos españoles en detrimento del resto.
La política hace extraños compañeros de cama: se junta la izquierda progresista-feminista-reformista-sostenible con la ultraderecha nacionalista catalana. ¡Cousas veredes, amigo Sancho!