La menor renta disponible y el aumento en los costes de financiación influyen en el aumento de los impagos de los créditos al consumo e hipotecas
La subida de los tipos de interés, unido al aumento del coste de la vida en España, están produciendo los primeros efectos negativos con el aumento de la mora bancaria y de las ejecuciones hipotecarias. No es ninguna sorpresa que las familias están cada vez más ahogadas: los sueldos pierden poder adquisitivo por la inflación, lo que se traduce en menor renta disponible y un aumento en los costes de financiación. La consecuencia es que se están disparando los impagos de los créditos al consumo e hipotecas, lo que es un grave problema para los bancos. Y también para la economía, que necesita de la deuda para funcionar.
La inflación y el aumento del coste de la vida provocan una menor renta disponible en las familias, lo que ha disparado los impagos de los créditos al consumo e hipotecas
En el caso del crédito al consumo, los impagos están creciendo al 7,8%, lo que supone llegar a los niveles máximos de hace 4 años en plena pandemia del Covid. El principal problema del crédito al consumo es que cada vez es más demandado, porque las familias no pueden llegar a final de mes. En vez de cambiar su comportamiento financiero, las familias se endeudan para mantener su actual nivel de vida, pero a cambio tienen que pagar unos intereses que, en muchos casos, no pueden ser asumidos.
El nivel de impagos de crédito al consumo es comparable al de agosto de 2020, pero las cifras pueden llevar a engaño. El aumento en las cifras de impagos es compensado con el aumento del crédito, por la pérdida de poder adquisitivo mayoritariamente. Recordemos que el crédito al consumo es la financiación más cara que se puede obtener y que, dependiendo de la finalidad, puede rondar desde el 8% al 18% en concepto de intereses.
Los impagos del crédito al consumo están creciendo al 7,8%, lo que supone alcanzar los niveles de 2020, en plena pandemia
En el caso de la morosidad hipotecaria, ésta subió un 3% en marzo. Pero el dato realmente significativo es el de las ejecuciones hipotecarias, que es un dato retrasado, concretamente unos 18 meses. Hace dos años, en julio de 2022, el Banco Central Europeo comenzaba la mayor subida de tipos de interés de la historia para, un año después, en julio de 2023, llegar al 4%, cifras entorno a las que se mantienen los tipos de interés actualmente.
El esfuerzo en la hipoteca lo tuvieron que asumir los titulares de financiaciones a tipo variable, que vieron su cuota elevarse de media unos 200€ al mes. Por lo tanto, si una familia comienza a no pagar su hipoteca en julio de 2023, después de 12 meses de impago, su hipoteca podría ser ejecutada. A este tiempo, habría que añadir un tiempo de notificaciones y de redacción de los pertinentes informes de vulnerabilidad; que a los ayuntamientos se les exige realizar, en estos casos, después de la entrada en vigor de la ley de vivienda.
A partir del cuarto trimestre de 2024 vamos a asistir a un aumento en la cifra de ejecuciones hipotecarias
Es por ello por lo que, a partir del cuarto trimestre de 2024, vamos a asistir al aumento de cifras de ejecuciones hipotecarias que comenzaron a no pagarse en el tercer trimestre de 2023, con un decalaje de unos 18 meses. A esto se añade un problema adicional, que precisamente los bancos no tienen que afrontar, sino, una vez más, los propietarios de viviendas que ponen su activo en alquiler.
Y es que después de la aprobación de la ley de vivienda, el pequeño propietario tiene que afrontar los costes de suministros cuando los inquilinos, considerados “vulnerables”, no pagan el alquiler y tienen que esperar a recibir una solución habitacional. Es decir, que, si tu dejas de pagar tu alquiler, a efectos prácticos vas a poder disfrutar de la vivienda hasta que el Estado te proponga vivir en otro inmueble. Buen negocio para los inquilinos, malo para los propietarios. ¿Entiende el lector por qué la ley de vivienda disminuye la oferta de vivienda en alquiler en España?
La ley de vivienda está influyendo de forma directa en la escasez de oferta de vivienda en alquiler en España
La consecuencia de la escasa oferta de alquileres es que once capitales de provincia están en situación de “esfuerzo”. Se considera esfuerzo al ingreso neto de los hogares que se dedica para pagar la renta del alquiler y en España, de media, se ha pasado del 32% al 37% en el segundo trimestre del año ¡en tan solo un trimestre! Once capitales superan el 30%, que se considera el máximo recomendado. El mercado se encuentra cada vez más tensionado debido a una demanda constante que encuentra cada vez menos oferta, por lo que, en consecuencia, los precios suben.
¿Cuál es la solución a estos problemas que se manifiestan en la mora bancaria? Hay varios problemas con distintas posibles soluciones. El precio de la vivienda se soluciona protegiendo la propiedad privada y dando seguridad al propietario para poner su piso en alquiler, porque, como es lógico, a mayor oferta menor precio. El caso de los tipos de interés es complejo, y pasa por una mayor educación financiera en la población para I) no endeudarse por encima de sus posibilidades y II) saber cuál es el tipo de endeudamiento apropiado en cada caso.
El precio de la vivienda se soluciona protegiendo la propiedad privada y dando seguridad al propietario para poner su piso en alquiler, porque, como es lógico, a mayor oferta menor precio
Otro tema aparte es el aumento generalizado del coste de vida en España. El Covid ya pasó hace cuatro años y el conflicto de Ucrania hace dos, sin embargo, los precios continúan disparados y el incremento salarial no llega al bolsillo del contribuyente, porque los impuestos no se deflactan. Por lo tanto, uno de los mayores problemas es que los impuestos deben ser deflactados para aumentar el poder adquisitivo de la población. En contraposición, si se deflactan los impuestos, hay menor ingresos públicos, por lo que hay que recortar el gasto público. Y recortar el gasto público es una medida impopular puesto que va en contra de la compra de voluntades para poder seguir gobernando.