Cada vez falta menos para celebrar la fiesta coruñesa por excelencia, una noche que pese a ser la más corta del año, deja una resaca que dura días junto a un olor a humo que no sale en semanas. Existe un San Juan distinto para cada rango de edad y nivel de fiesta que se busca alcanzar, pudiendo optar por una noite meiga más tranquila o descontrolada para darle la bienvenida al verano, pero lo cierto es que esta es una noche marcada en el calendario de todos.
San Juan tiene algo especial respecto al resto de celebraciones, no solo por el lugar en donde se celebra o por ser nombrada como fiesta de interés turístico internacional, sino porque cada 23 de junio se palpa en el ambiente que la noche va a ser mágica. Da gusto ver como en cada calle por la que caminas, hay gente bailando y cantando mientras en la parrilla se prepara churrasco y sardinas. Aunque los festejos se concentran en Riazor y Orzán, A Coruña vibra por barrios, con la calle San Juan siempre abarrotada y con casi todos los rincones de la ciudad como punto de encuentro para grupos de amigos.
Este año el Concello repartirá 120 toneladas de madera a partir de las 19:00 de la tarde del día 23 para hacer las hogueras en las playas, donde no se podrá entrar con vidrio. La quema de hogueras estará prohibida en de Adormideiras y las Lapas, al estar situadas en la zona protegida de la Torre de Hércules.
En caso de querer hacer sardiñadas o churrascadas ocupando la acera, Seguridad Ciudadana ya abrió el plazo para obtener autorización para realizarlas entre las 13:00 y las 16:00 y entre las 20:00 y las 00:00 horas. Además, los locales que así lo pretendan, podrán solicitarle al Concello un permiso para ampliar su horario dos horas más. Este año, los grupos The Txandals y Celtas Cortos se encargarán de darle ritmo a la celebración con dos conciertos en el parking del Palacio de los Deportes de Riazor a las 22:15 y a las 00:15 respectivamente. En cuanto a la seguridad, 656 efectivos velarán por que no suceda ningún incidente, a través de un plan que se activará el mismo viernes 23 a las 05:30 de la mañana y se prolongará hasta las 06:00 del sábado 24, hora en la que se desalojarán las playas. El baño estará prohibido desde las 22:00 del viernes hasta las 09:00 del sábado y Salvamento Maritimo contará con dos embarcaciones para posibles emergencias. Como novedad este año, la Policía Municipal vigilará Riazor y Orzán con dos drones para controlar la zona. El paso marítimo se cortará al tráfico a partir de las 19:00 entre Riazor y Matadero. También se establecerá un servicio especial de autobús para conectar ocho líneas con la Plaza Pontevedra con una frecuencia de diez minutos hasta las 02:30 y de treinta minutos entre las 03:00 y las 06:30.
Lo cierto es que San Juan se está masificando cada vez más, tanto en el número de gente que llena las playas de Riazor y Orzán como en los eventos que se celebran en la ciudad. Esto como todo, tiene su lado positivo y negativo, ¿Pero se nos está yendo de las manos? El principal efecto positivo de la celebración es la enorme fuente de ingresos y el impulso al comercio local que genera en la ciudad, unas cifras que se incrementan anualmente junto al crecimiento de la fiesta. Cada vez son más los turistas que visitan A Coruña durante estas fechas para poder presenciar el San Juan, no solo vienen desde otras partes de Galicia, sino también desde otros rincones del país e incluso otras partes de Europa. El lado negativo de todo esto se refleja en la marabunta de gente que uno se encuentra en los arenales de Orzán y Riazor junto a la pérdida del sentido común de mucha gente que piensa que esta es una noche sin normas donde está permitido hacer de todo.
La locura y la exageración se aprecia en los chavales que acampan en la playa desde la madrugada del viernes para parcelar la playa a su gusto, teniendo que organizar turnos entre ellos durante el resto del día para que nadie ocupe ningún metro cuadrado del terreno a proteger. Otro tema del que no se habla es la basura que queda en la playa a la mañana siguiente, la cual dejan en su mayoría los mismo chavales que en sus redes social predican los mandamientos anti-plástico y las profecías de la no contaminación. Por no decir de todas las puntas y demás objetos que quedan en los arenales durante el resto del verano, que dejan la playa como un campo de minas para los bañistas de Orzán y Riazor. El milagro de todo esto es que no se produzcan más desgracias en estas fiestas, ya que a priori, la combinación alcohol con hogueras al lado del mar, no denota mucha seguridad.
Por todo esto, San Juan es una fiesta única y especial, pero que se ha vuelto cada vez más loca durante los últimos años. No podemos perder la cabeza y que esto llegue a convertirse en un macrobotellón en el que solo quepa esperar que nadie muera quemado o ahogado. Hay que celebrar nuestra fiesta con sentidiño para que en el futuro no se tengan que impponer restricciones que afecten a todos por culpa de algunos. Ya que nunca mejor dicho, quien juega con fuego se acabará quemando. La imagen de la ciudad tiene que ser festiva, pero también de control y sentido común. Cada vez queda menos para que sea viernes y poder saltar las hogueras, pasarlo bien, comer sardinas y darle la bienvenida al verano.
¡Feliz San Juan a todos!