En estos días se reúnen los accionistas de Ferrovial para decidir definitivamente si trasladan su sede a Países Bajos.
Un monumental follón mediático que el Gobierno español ha transformado en un ejemplo de deslealtad y falta de respeto patrio, cuando tal decisión es legal, y los accionistas tienen derecho a pensar que en Países Bajos les puede ir mejor que en España. Así de simple.
Fuera de los focos mediáticos tenemos otro caso parecido, y con mayor implicación por sus potenciales consecuencias. En este caso, sobre la economía gallega.
Supongo que el lector ilustrado ya sabrá que me refiero a “Nueva Pescanova”, cuyo 80% está siendo vendido por Abanca a la compañía canadiense Cooke, quedando en el accionariado con una participación residual.
Es difícil hacerse una idea de la repercusión de Pescanova en Galicia . Podría ser objeto de una tesis doctoral aunque se sabe que concentra el 10% del pescado fresco de la UE, que es la primera región europea y segunda mundial en producción de conservas de pescado y marisco, según señala la Conselleira del ramo, Rosa Quintana, Pescanova sin ir más lejos, es el cuarto sector en aportación al PIB gallego.
Entre las numerosas empresas que contribuyen a este tejido industrial, destaca sin duda la “Nueva Pescanova”, que Abanca enajena para mejorar su liquidez. No me puedo imaginar el impacto de esta decisión en Chapela y Porriño, por no resumir con “en toda la provincia de Pontevedra” o Galicia.
Con unos políticos más centrados en lamentar y acusar, más que en prever y anticiparse, solo nos queda sentarnos y esperar que en este cambio de accionariado, los nuevos accionistas sientan simpatía por Galicia, y piensen que es bueno potenciar e invertir en esta esquina del mundo…
Y para evitar el bochorno de que la Conselleira se entere por la prensa, sería un detalle que alguien le hiciera llegar esta noticia antes de que le asalte algún reportero…
Se pregunta Jose Angel: ¿Cuánto tardarán en vender el Deportivo…?