Marlaska se niega a dimitir por la tragedia de Barbate y revela una falta de dignidad que en otros países no se toleraría.

En estos días convulsos que nos está tocando vivir los ciudadanos libres y no ideologizados, debemos expresar sin temor las palabras que algunos callan por temor a ser catalogados como pertenecientes a la famosa “fachoesfera”. 

Hoy un ministro del gobierno de España aún no ha presentado su dimisión y ello encierra una falta de dignidad que en otros países no se toleraría. El ministro Marlaska, que es de oficio Juez y que hasta que entró en el gobierno atesoraba un currículo de lucha contra la delincuencia, ha borrado de un plumazo su historia anterior.

Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior, desmanteló hace más de un año el Grupo antinarco OCON Sur de la Guardia Civil, que incautaba alijos de droga y luchaba contra el blanqueo de capitales.

Si, Sr Marlaska, usted es el responsable político de lo sucedido en Barbate. Usted desactivó el grupo operativo de la guardia civil que estaba obteniendo resultados extraordinarios en el Estrecho de Gibraltar contra el narcotráfico. Esos 130 guardias civiles que conocían a fondo su trabajo fueron desactivados. Acumula usted tantos desaciertos y tantas reprobaciones en el Parlamento de diversos grupos -excepto el suyo, claro está-, que debe dimitir. 

Es usted el responsable de que los guardias civiles de Navarra posean solo 30 chalecos antibalas para 176 agentes. Su antecesora en el cargo había prometido 58.000 y usted no hace nada para que los defensores de la ley estén mínimamente protegidos. Basta ya de buenas palabras, basta ya de medallas y de promesas vacías sobre la dotación de medios: o se actúa de inmediato o no se podrá poner coto al salvaje oeste en que se ha convertido la zona. El territorio lleva décadas asolado por la impunidad con la que actúa el crimen organizado, propiciada por un caldo de cultivo peligroso: una zona deprimida.  

Pedro Sánchez “lamentó la muerte” de los dos guardias civiles, asesinados salvajemente por los narcotraficantes, y, por la tarde, asistió a la Gala de los Goya en Valladolid.

Son solo dos de los cientos de guardias civiles que han dado hasta su propia vida por nosotros. Y, eso sí, ante la desidia, la desconsideración y hasta el menosprecio de su Ministerio. Menos frases hechas, menos gestos y más medios. Menos demagogia, menos blablablá y más lanchas, más armamento, más personal y, sobre todo, más reconocimiento. 

Si usted no presenta su dimisión, su jefe debería cesarlo por sus múltiples desaciertos, incluida la tragedia sucedida en la valla de Melilla. Pero no lo hará, ya que España el verbo dimitir de la clase política, de toda la clase política repito, no sabe conjugar ese verbo.

Tras el asesinato de los dos guardias civiles, Marlaska no se acercó a Barbate para explicar por qué la Guardia Civil tuvo que enfrentarse con una pequeña lancha neumática a las potentes narcolanchas de 15 metros.

No tuvo usted la valentía y el honor de acercarse a Barbate; se quedó en la Comandancia de Cádiz. Igualó lo que hizo su jeje, que “lamento”, si, lamentó, la muerte de dos guardias civiles, cuando en realidad ha sido un asesinato con premeditación y alevosía, con armas desiguales. Una lancha neumática de 6 metros contra narcolanchas de 15 metros y 300 caballos de potencia.  

Foto. La viuda del guardia civil David Pérez Carracedo se negó a que Marlaska le colocase la Medalla de Oro al féretro de su marido, asesinado por narcotraficantes, durante la capilla ardiente que se celebró en Pamplona

Su jefe al igual que usted, prefiere dar un mitin por la mañana y por la tarde de punta en blanco presentarse, como si no hubiese pasado nada, en la entrega de los Goya. Que, por cierto, ni uno solo de los que hablaron tuvieron una sola palabra para los que habían sido asesinados. Es que, manda… 

Dimita Sr. Marlaska y recupere su pasado.