Mostramos tres casos en los que cesaron o dimitieron concejales por haber realizado obras sin licencia en inmuebles de su propiedad.

No hay ninguna duda que las pruebas de la “trapallada” de Lage Tuñas, perpetrada durante su cutre Operación Cambio de Uso, son contundentes y numerosas. Al final de todo, logró convertir una entreplanta barata en dos magníficos pisos en Os Castros, haciendo obras sin licencia y logró que le aprobasen la licencia el 6 de marzo tras finalizar las obras el 4 de marzo, y también consiguió que le perdonasen dos expedientes sancionadores de reposición de la legalidad urbanística que le había tramitado por hacer obras sin licencia. Seguro que en todo esto, no tienen nada que ver que sea el concejal con competencias en Urbanismo. ¡No me sean desconfiados, por favor!

A pesar de las contundentes y abultadas pruebas del comportamiento irregular del concejal con competencias en Urbanismo, la alcaldesa Inés Rey se empeña en blindar las “maniobras urbanísticas” de Lage Tuñas.

Lo que no acaba de entender media ciudad – la que no se informa sólo en los medios de comunicación subvencionados generosamente por la Rey-na y Lage-man – es el empeño de Inés Rey de abrazar al primer teniente de alcaldesa en su caída al abismo. Como ya hemos comentado en el último artículo de esta serie, la alcaldesa ha decidido ponerle un salvavidas a Lage Tuñas porque se está ahogando en el fango de sus “manejos urbanísticos” y, de persistir en este suicidio político, los dos se irán al fondo del barranco.

Lage Tuñas, tras negar hasta cinco veces en el Pleno municipal del 14 de abril que no se habían realizado obras en su entreplanta, tuvo que tragarse sus palabras cuando el portavoz popular, Miguel Lorenzo, le mostró el informe de un Inspector de Urbanismo que certificaba el fin de las obras el 4 de marzo, dos días antes de obtener la licencia municipal.

También está ampliamente probado que el edil con competencias en Urbanismo mintió de forma reiterada en el Pleno municipal del 14 de abril, donde negó varias veces que se hubiesen realizado obras en su entreplanta y aseguró que se empezarían tras lograr la licencia de obra el 6 de marzo del presente año. El problema es que el portavoz popular Miguel Lorenzo le “estampó en los fuciños” un informe de un inspector de Urbanismo que certificaba el 4 de marzo que las obras estaban finalizadas y los dos pisos estaban rematados. Pero nada, ni con esas se puso colorado y dimitió por él y por sus compañeros. Después de este bochorno, la alcaldesa recorrió las “radios amigas” para asegurar que “no había caso” Lage Tuñas. ¡Pues menos mal que las pruebas son contundentes!

Foto. Mostramos tres ejemplos de concejales que cesaron o dimitieron por haber realizado obras sin licencia

La pregunta que formulamos es sencilla ¿qué pasa en otras localidades donde pillan a un concejal “con las manos en la masa”, realizando obras sin licencia? Pues normalmente los fulminan. Por ejemplo:

  1. El caso más reciente, ha salido a la luz en este mes de abril en la localidad asturiana de Corvera, de poco más de 15.000 habitantes. Su alcalde socialista, Iván Fernández, cesó fulminantemente a su concejala de Participación Ciudadana por realizar una reforma integral de su vivienda mediante una licencia de obra menor y no con una licencia reglamentaria para una obra de esa envergadura. ¿Les suena? Si, igualito que el “caso pisitos” de Lage Tuñas, pero con un desenlace diferente. El alcalde socialista de Corvera, estudió el expediente urbanístico de su concejala y mostró una ética política encomiable, pero la alcaldesa socialista de A Coruña “esconde la cabeza debajo del ala” y defiende lo indefendible.
  2. Otro caso similar se produjo, en diciembre de 2019, en la madrileña localidad de Villaviciosa de Odón, cuando un concejal de Ciudadanos se vio obligado a dimitir debido a que realizó obras en su vivienda sin la correspondiente licencia municipal. Tras la petición de que dejase su acta de concejal, formulada por su jefe de filas, el concejal que cometió esa grave irregularidad afirmó: “Me siento en el deber de adoptar la que considero es la mejor decisión y siempre cumpliendo con el código ético de mi partido y en aras a la transparencia que ha caracterizado desde el primero momento a este Gobierno local”. Pues ya ven que, en A Coruña, Lage Tuñas se aferra al sillón como una “garrapata política” y su “jefa de filas” lo alienta con un “se fuerte Lage-man”.
  3. Incluso el PSOE es muy beligerante cuando caza a concejales de otros partidos en la misma situación. Por ejemplo, en el castellanomanchego ayuntamiento de Hellín, el PSOE solicitó la dimisión inmediata del concejal de Urbanismo y Seguridad Ciudadana del PP, por haber construido una vivienda en suelo rústico sin licencia urbanística y ser sometido a un expediente de infracción urbanística y el concejal popular dimitió en 2014. A Lage Tuñas le abrieron dos expedientes sancionadores de reposición de legalidad urbanística, pero no se los llegaron a comunicar y, al final, Gloria de la Montaña, concejala de Urbanismo, redactó un informe justificando que había que “perdonar” los expedientes sancionadores a su jefe porque ella misma había firmado la licencia el 6 de marzo, a pesar de disponer de un informe de un Inspector de Urbanismo constatando que las obras en la entreplanta de Lage Tuñas había finalizado el 4 de marzo.

En conclusión, Inés Rey está desarrollando una estrategia de “sostenella y no enmedalla” o, también, la basada en aquella famosa frase: “Estos son mis principios y, si no le gustan, tengo otros” atribuida por error a Groucho Marx y que apareció por primera vez en un periódico de Nueva Zelanda en 1873. Ya ven, pasan los siglos y los errores se repiten. El problema es que a este “personaje” que miente y vulnera las normas urbanísticas, le pagamos el generoso sueldo con nuestros impuestos y, paradójicamente, es el encargado de hacer cumplir esas normas urbanísticas que él mismo incumple. Y la alcaldesa sigue “defendiendo el fortín”. ¿Hasta cuándo? Tic tac tic tac