No, no vamos a hablar de la multitud de ramas y árboles que han caído en nuestra ciudad gracias a eso que ahora se ha dado en llamar ciclogénesis explosiva y que para el común de los mortales viene siendo los temporales de toda la vida; del pino que vamos a hablar es de ese que parece sacarle el sueño al voceiro nacionalista en el Ayuntamiento y el especial significado que tal reivindicación supone en un momento como el presente.
Seguramente nuestros asiduos lectores, por la “importancia” del asunto, no caigan en la cuenta de qué estamos hablando exactamente, pues nada más ni nada menos que de un pino situado en el Barrio de las Flores y que, por su envergadura, ubicación y facilidad para perder algunas ramas de manera sorpresiva, saca el sueño al Sr. Jorquera.
Y ustedes se preguntarán si un árbol merece un artículo, pues sí, éste en concreto sí lo merece, y no por la preocupación que dicho ejemplar arbóreo nos cause -si bien compartimos que siempre será positivo solucionar la peligrosidad que reviste el ejemplar- sino porque nos ha confirmado lo que ya nos veníamos temiendo desde el apoyo de su formación a la investidura de Inés Rey-ná como co-alcaldesa: la miopía política de D. Francisco, que como bien señala el refrán, produce que el árbol no le deje ver el bosque, por lo que le aconsejaríamos, afectuosa y responsablemente, que se gradúe la vista con urgencia. Para entendernos, va a tener que graduarse la vista política con urgencia.
Desde el respeto que le profesamos al líder nacionalista, hemos de concluir que su comportamiento respecto del gobierno de los co-alcaldes Lage y Rey-ná no es que sea benevolente, es que es sencillamente irresponsable.
El “bosque” coruñés está plagado de otros graves y muy importantes problemas, por señalar algunos: la situación de las trabajadoras a domicilio o del personal de las escuelas municipales; la ausencia de noticias de los presupuestos y estamos en noviembre; la lentitud de las licencias urbanísticas; las recurrentes quejas de las entidades vecinales sobre la inseguridad y el abandono de sus barrios; las sombras sobre la gestión económica del IMCE y el pozo sin fondo en que se ha convertido el área municipal de Fiestas, que no Cultura; la denuncia en vía penal contra el co-alcalde Lage Tuñas por prevaricación y tráfico de influencias; el escandaloso proyecto de RPT que ha enfadado y humillado aún más a los funcionarios del Ayuntamiento; la falta de apoyo al tejido comercial y empresarial de la ciudad; el fantasma de la AESIA; el caos circulatorio; el abandono del Palacio de la Ópera, la Domus o la Casa de los Peces….. ¿no son estos asuntos de la suficiente envergadura para que usted, señor Jorquera, se ocupe y se preocupe?
Somos conscientes de la cercanía de las elecciones autonómicas y la presión que ello pueda suponer en las filas nacionalistas en su intento de alcanzar la presidencia de la Xunta, pero si el voceiro nacionalista está sacrificando, una vez más, a la ciudad por la hipotética posibilidad de un gobierno de coalición en Galicia, déjelo ya, olvídese, porque hay la misma posibilidad de que eso ocurra que la que tiene el co-alcalde de que le crezca pelo en su brillante calva.
No se engañe D. Francisco, aquí hay Rueda para rato, y buena culpa de ello la tienen esos a los que usted les perdona la vida con preguntas insustanciales, mientras la ciudad languidece a pesar de todo el bombo y fanfarria que le imprime el gabinete de comunicación socialista a este co-reinado, por supuesto a golpe de talón que no de gestión. Porque, hombre, señor Jorquera, nos sorprendería bastante que usted también creyese que el Sr. Besteiro es el Messi de la política autonómica, y si, víctima de alguna ensoñación futurista, eso fuera así, ya nos está tardando en que saque a relucir la valiosísima figura de su galaica Pontón Bonmatí o sencillamente se quedarán fuera de juego, si es que no lo están ya.
No le vamos a negar que ese árbol es un peligro, pero más peligro, y por supuesto irresponsabilidad, entraña que usted por ese árbol deje de ver el bosque.
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