“Insolvencia o mala fe”, eso le espetó Sánchez a Feijoo hace casi un año en el Senado.
Se define la insolvencia como la incapacidad para hacer frente a las obligaciones y mala fe como la actitud adoptada con ánimo de perjudicar a la otra parte.
Del daño provocado por una actuación errónea involuntaria a otra conscientemente adoptada hay un gran trecho porque aparte de dañar el presente tiende a embarrar el futuro de cualquier empresa.
¿Y cómo parar esta rabia? … el comunicado oficial nos dio más silencios que certezas. Todos deben cubrirse… lo que desconocemos son sus motivaciones.
Las declaraciones posteriores están a la vista..
Que se estaba cociendo desde hace bastante tiempo era un secreto a voces. Que no hubo toda la diligencia, también. Pero parece claro que se les fue la mano.
Este tipo de cosas las carga el diablo porque basta con que se arme el discurso de la conspiración para que el problema pase de solucionable a irresoluble. Me decía un antiguo colaborador que sería más correcto titularlo “Insolvencia y mala fe” … lo cierto es que no encontré argumentos para quitarle la razón … ¡eso es lo tremendo!
Las consecuencias directas para la economía local las sufriremos en primera persona. El desgaste para el gobierno ya lo están sintiendo.
Ahora también, las sombras sobre todo el proceso son una bomba de relojería a futuro que salpica en todas las direcciones.
Con el presente ya perdido me preocupa el ¿y ahora qué? … todo es mucho más frágil de lo que pensamos.
Todos debiéramos tener en cuenta la fuerza que tenemos y para qué la empleamos porque especular con el patrimonio de todos nos ha debilitado.
Dejar salida digna a la otra parte y respetar la voluntad de la mayoría siempre fue el mejor modo de convivir. Creo que se precisarán esfuerzos generosos para cerrar heridas.
El objetivo de que el globo vuelva a ser un factor de unión hoy se ve lejos. Se han pasado límites inexplorados. El retorno no va a ser sencillo.
La primera tarea será aguantar la injusta humillación para no reventarlo todo… ¡Personalmente nada fácil!
Lo segundo, obligado, es el ahondar en el liderazgo de su elaboración y elevación …. o desvincularse absolutamente.
Ser responsable sin tener control te hace vivir de rodillas, y eso no se puede aceptar.
Dicen que de todo se sale pero … ¡Cada día veo menos apetecible todo!
Hoy no puedo acabar el artículo con un mensaje motivador, pero sí pedir que colaboremos todos en trasladar diligencia y tolerancia en todas nuestras acciones y comentarios… ¡Está la cosa muy malita!