Le han vuelto a pillar con las manos en la masa. Nuestros compañeros de Noticias Coruña han publicado las pruebas de la última “hazaña” de Lage Tuñas. Ayer, comenzada la noche, llegaba tarde a un acto oficial en la DOMUS y comprobó que era imposible aparcar su coche particular en Monte Alto. Como el Sultán de Outes está acostumbrado a hacer lo que le da la real gana, no dudó en estacionar su vehículo en una plaza reservada para personas con movilidad reducida.
No había ningún tipo de duda, vio perfectamente la señalización horizontal, pintada en el suelo, que le prohibía aparcar en esa plaza. Le dio igual. Es el dueño de la ciudad. Dejó el coche allí con un par y se largó raudo y veloz al acto oficial.
Esto es la gota que colma el vaso de sus machadas y la alcaldesa Inés Rey tiene que cesarlo de forma fulminante hoy por la mañana, aprovechando la recepción de Navidad a la que acuden las “fuerzas vivas” de la ciudad. Llueve sobre mojado. Ya ha mostrado antecedentes de incumplimiento de las normas. Recordamos, por ejemplo que dejó su anterior vehículo particular estacionado, durante muchos meses, en la plaza de María Pita vigilado por las cámaras de seguridad y, cuando fue descubierto, condujo el coche sin ITV hasta su barrio y lo dejó mal aparcado en una zona prohibida. ¿A qué va a esperar la alcaldesa para cesarlo, a que le retiren el carné de conducir?
Hay antecedentes de concejales de diversos colores políticos que han dejado su cargo por incumplir diversas normas. Hace un año, por ejemplo, un concejal socialista de La Laguna (Tenerife), otro de Almonte (Huelva), un concejal popular de Barbastro y más recientemente, otro concejal socialista de Villareal. Lo que está claro es que Lage Tuñas ha rebasado todas las líneas rojas con esta actuación y la alcaldesa no puede seguir tapando este nuevo escándalo, por mucho poder que haya dejado en manos del todopoderoso primer teniente de alcaldesa.
Es evidente que el karma siempre se cumple y Lage Tuñas ha comprobado que no siempre se puede tener un “establo para estacionar la vaca”, como predicó en su día la alcaldesa Inés Rey, haciendo alusión a que no era su problema si los vecinos de los barrios no tenían dónde aparcar su coche. Esto pasa cada día en todos los barrios de la ciudad, porque cada vez hay menos sitios para estacionar y las plazas de garaje en alquiler o compra se han puesto por las nubes.
Pero esto no es excusa. El “líder supremo” Lage Tuñas tiene que dar ejemplo a los coruñeses de ética y cumplimiento estricto de las normas de tráfico. Como superconcejal con las competencias de seguridad ciudadana y movilidad, es el que tiene la responsabilidad de que los ciudadanos cumplan las normas de circulación y, tras esta grave infracción, no tiene argumentos morales para exigir a los demás lo que él no está dispuesto a cumplir.
Lo que está claro, es que ha acumulado muchos puntos para que le premien con el “perrito piloto” de su cese fulminante: gestión desastrosa de los contratos y concesiones municipales, insultos y desplantes a los concejales de la oposición en los plenos municipales – a los que llamó basura y filibusteros – absoluta falta de educación en su relación con los funcionarios municipales a los que trata como “vasallos”, incremento desmesurado de comisiones de servicio para “colocar” a personas dóciles al frente de las jefaturas de servicio de las concejalías y un más que demostrado machismo y misoginia con concejalas de su propio gobierno municipal, como Eva Acón o Esther Fontán, que sufrieron un auténtico calvario con las malas maneras de este pequeño Napoleón.
Como los malos entrenadores, Lage Tuñas no debería de comer el turrón en el Palacio de María Pita porque, de lo contrario, la que se va a “comer un marrón” es la alcaldesa de la “muy noble y muy leal ciudad de A Coruña, cabeza, guarda y llave, fuerza y antemural del Reino de Galicia”, donde no se ha visto personaje de semejante calaña en todos los años de democracia que hemos disfrutado.