Primero se cebó con las concejalas Eva Acón, Esther Fontán y Mónica Martínez y ahora le toca a Diana Cabanas sufrir las iras y desprecios de Inés Rey y Lage Tuñas.

He de reconocer que hay asuntos sobre los que me resulta incómodo informar, y son aquellos que afectan a la vulneración de los derechos y la dignidad de las personas, y más si estas personas son mujeres. Como hijo, marido, hermano, padre y amigo de mujeres, y también por mi profesión, nada me violenta más que hablar sobre el trato vejatorio hacia ellas, y si éste procede de otra mujer que, además, por razón de su cargo, ha de servir de ejemplo a la sociedad, entonces sí que ya no quedan excusas o argumentos para mirar hacia otro lado.

El PSOE entregó a Inés Rey el premio Manuel Marín a la mejor gestora municipal y la alcaldesa presumió de feminista.

Se cumple hoy un mes desde que a la alcaldesa de nuestra ciudad, Inés Rey (permítanme la licencia de que en este artículo no bromee con su nombre, pues el asunto bien lo merece) su propio Partido le hizo entrega, en una Convención nacional celebrada en Palexco, del galardón Manuel Marín a la mejor gestora municipal -se constata así que el jurado no estaba compuesto por coruñeses-, premio que ella recogió pletórica, dedicándoselo a todas las demás mujeres, y haciendo exhibición de una verborrea feminista que dista mucho de ser la que aplica en su día a día. Traeré a colación ahora algunos ejemplos de tal afirmación, extraídos de la hemeroteca, así como de los B.O.P., antes de concluir con el asunto que realmente ha provocado este artículo.

Inés Rey siempre se rodeó exclusivamente de hombres en el equipo de asesores, en los cargos de máxima representación en el ayuntamiento y las concejalías de mayor peso también fueron gestionadas por hombres.

En junio de 2019 a las negociaciones para su investidura entre el PSOE y Marea Atlántica, y PSOE y BNG, tres hombres la representaron (Roura, Villoslada y Lage), y ello a pesar de que la máxima responsable política de la Agrupación coruñesa, Eva Acón, era ya concejala de su equipo. Tras ser investida alcaldesa, el primer día que acudió al Palacio de María Pita lo hizo flanqueada por dos hombres (Roura y Castro) que, al menos por un cierto tiempo, gozaron de su más absoluta confianza. 

Siguiendo el rastro de nombramientos del BOP y prensa vemos como las concejalías de más peso (Hacienda, Urbanismo, Infraestructuras, Contratación, Movilidad) recayeron en hombres, dejándole a las mujeres áreas menores, salvo Medio Ambiente, si bien ésta terminó como ya sabemos y algo volveré a recordar hoy. Además, tanto el primer teniente de alcaldesa como el portavoz del Gobierno fueron hombres (Borrego y Lage respectivamente). Algo similar ocurrió en la cohorte de asesores que Inés Rey nombró, donde la presencia femenina quedó reducida a la mínima expresión.

Alguien podrá pensar que o bien las féminas del socialismo coruñés no están capacitadas para asumir encomiendas de entidad o bien a la alcaldesa le molesta la competencia femenina.

No pasarían muchos meses desde la formación del Gobierno Rey cuando saltó a los medios de comunicación el primer caso de acoso y derribo a una concejala; la protagonista y objetivo de este episodio, envuelto en insultos, descalificaciones personales y hasta profesionales, no fue otra que la concejala y, en aquel momento, responsable de la Agrupación coruñesa, Eva Acón, que finalmente fue apartada de sus competencias municipales, si bien ella decidió permanecer en el escaño hasta final del mandato, quizás en un alarde de dignidad de esos que vemos poco en los actuales políticos.

La “feminista” alcaldesa permitió Pleno tras Pleno, como ya comenté en su día en el artículo titulado Cuestión de carácter, de mal carácter, que su portavoz, Lage Tuñas, caracterizado por la ausencia de educación y saber estar, traspasase las líneas del normal debate político para tratar con absoluto desprecio, hiriente mofa y arrogancia a varias concejalas de la oposición, en actitudes que incluso evidenciaban una solapada misoginia.

El acoso y derribo de Inés Rey y Lage Tuñas a Esther Fontán, terminó con la concejala siendo atendida en el servicio de urgencias del CHUAC por una crisis de ansiedad.

Poco tiempo después tuvo lugar un episodio similar al de la señora Acón, pero esta vez en la persona de la entonces concejala de Medio Ambiente, señora Fontán; aquí la repercusión fue más vergonzante para la alcaldesa Rey, dado que la entonces concejala terminaría ingresada en Urgencias con una grave crisis de ansiedad. No logramos entender cómo la señora Fontán no dirigió sus pasos a Lonzas al salir del Hospital.

Tampoco quedaría exenta de ataques la entonces concejala de Deportes, Mónica Martínez, a la que en su día presentaron como un gran fichaje del Gobierno Rey para luego, con el transcurso del tiempo, hostigarla, presionarla y hasta engañarla, a medida que la citada concejala iba sumando enteros en popularidad y apoyo gracias a su excepcional trabajo.

El último episodio de agresión verbal y acoso a una concejala de gobierno lo ha sufrido Diana Cabanas, que tuvo que aguantar a Inés Rey y Lage Tuñas exigiendo su renuncia al acta de concejala.

A lo largo de estos meses hemos sido conocedores a través de alguna asociación feminista que la alcaldesa no sólo les presta poca atención, sino que hace pública demostración de hastío, sin el más mínimo pudor, en los escasos actos a los que acude.

Eliminadas de su equipo las señoras Acón, Fontán y Martínez, nada hacía presagiar que se pudiese repetir un episodio de agresión verbal y acoso a una mujer, concejala de su equipo, y sin embargo ha vuelto a ocurrir hace pocas semanas. En esta ocasión el objetivo y víctima no fue otra que la concejala Diana Cabanas, persona que cuenta con las simpatías de vecinos, entidades, prensa, partidos de la oposición, debido fundamentalmente a su cercanía y sencillez, algo que los vecinos de la Ciudad Vieja conocemos bien.

De nuevo, otra concejala del gobierno, Diana Cabanas, acaba en el servicio de urgencias del CHUAC con una crisis de ansiedad, debido a las amenazas y presiones de Inés Rey y Lage Tuñas.

Tal como se cuenta en los pasillos del Palacio Consistorial la citada concejala fue convocada a una reunión en la que estaban presentes la alcaldesa, su mano derecha Lage Tuñas y su jefa de gabinete para exigirle la dimisión y hasta la renuncia como concejala. La sorpresa de la concejala debió ser mayúscula, pues nos hacen llegar que las agresiones verbales y las falsas acusaciones fueron muy similares a las sufridas por sus excompañeras, y que, a causa de ello, la citada concejala también acabaría en Urgencias con una crisis de ansiedad.

Considero innecesario sacar cualquier tipo de conclusión, estoy convencido de que ustedes mismos sabrán y podrán hacerlo, aunque tal vez un comportamiento de esta envergadura debiera ser objeto más de un psicoanalista que de unos sencillos ciudadanos, que sólo aspiramos a tener dirigentes que obren según dicen, y sean un ejemplo para la sociedad a la que sirven.