Su decisión de dejar el 80% del ayuntamiento en manos de Lage Tuñas y de rodearse de una corte de asesores que sólo le dicen lo bien que lo hace todo, origina una absoluta desconexión de la realidad.

Decía el Gato Sonriente de Alicia en el País de las Maravillas que “si no sabes a dónde vas, cualquier camino te puede llevar allí”; y eso debe ser lo que le ocurre a nuestra co-alcaldesa que, desde junio de 2019, nunca ha demostrado un rumbo claro por el que conducir a nuestra ciudad al esplendor y progreso de los que disfrutó hace años.

No me cabe la menor duda de que Inés Rey-ná pasa sus días sumida en un mundo paralelo, que ve a través del particular e interesado espejo que le han colocado ante sus narices el señor de Outes y todos sus colaboradores, y que le ofrece una imagen muy distorsionada de sí misma y de lo que ocurre en la ciudad. 

La prepotencia y la ausencia de humildad provoca que la alcaldesa de A Coruña no soporte las críticas vecinales

Por ello no sería de extrañar que ella, como Alicia, haya llegado a preguntarse “¿quién soy yo?”, aunque eso no debería sacarle el sueño, puesto que tiene fácil contestación, y fíjense que digo “contestación” y no respuesta, porque eso es lo que ella está cosechando en la ciudad: contestación; contestación en forma de quejas, críticas, pitidos, abucheos, mofas, etc.

Y tal comportamiento por parte de los ciudadanos no debe extrañarnos, cuando uno asiste estupefacto al bochorno de decir que “no hay dinero” para el Trofeo Internacional de Halterofilia Cidade da Coruña -cosa que jamás había ocurrido- pero, por el contrario, no tiene el más mínimo pudor en encargar a mediados del pasado mes de marzo, al arquitecto David Estany, un estudio previo para convertir el Estadio de Riazor en sede de algún partido del Mundial de Fútbol 2030, por la módica cantidad de 90 millones de euros. ¡¡90.000.000…calderilla!!

Inés Rey se plantea gastar 90 millones de euros en el Estadio de Riazor, pero en la ciudad no se ha construido ni una sola instalación nueva en los últimos 10 años para el deporte de base

Antes de desgranar este desmán, sólo quería recordarles a los lectores que la Halterofilia en esta ciudad nos ha dado muchos días de gloria, con nada menos que 695 medallas en campeonatos de España en los últimos doce años, y a una medallista tan impresionante como Irene Blanco Tarela, y todo ello gracias al tesón y buen hacer del gran Ferenc Szabó. ¡Como para suspender el Trofeo, vamos!

Foto. Goteras en el Palacio de la Ópera, en las bibliotecas y centros cívicos municipales, en las instalaciones deportivas de San Diego, …

A ver, piensen conmigo, visualicen la ciudad por un momento, si ustedes fueran alcaldes. ¿Qué harían con ese dinero?  A mí se me ocurren algunas ideas que me atrevo a someter a su consideración, para que entiendan la diferencia que existe entre un modesto ciudadano como usted o como yo, y nuestra particular “Alicia” Rey-ná:

  • Arreglar el techo e instalaciones del Palacio de la Ópera para evitar que llueva dentro.
  • Dotar de una ubicación más idónea y de personal suficiente y bien remunerado a la Escuela de Música.
  • Acometer la mejora de la red de Bibliotecas, así como la situación de su personal.
  • Reparar el Aquarium Finisterrae, y reabrir su restaurante.
  • Reparar la galería y fachada de la Casa del Hombre.
  • Reponer ya la cristalera de la escalera de honor de María Pita.
  • Reparar las terribles deficiencias del Pabellón de San Diego.
  • Recuperar la pajarera de San Diego para usos cívicos.
  • Abrir el Parque del Observatorio y el solar de las Adoratrices.
  • Recuperar y darles uso a los bajos de la playa de Riazor.
  • Una reparación general a los todos los colegios públicos de la ciudad.
  • Hacer una ciudad más accesible (parques, párkings, edificios públicos, etc) dotándola de escaleras mecánicas, rampas eléctricas, cintas transportadoras, ascensores o elevadores.
  • Finalizar y darle una “repensada” al horror del Paseo de Los Cantones.
  • Buscar mejores dependencias para los servicios del Ayuntamiento, para que las y los funcionarios de Servicios Sociales no estén hacinados en Cuatro Caminos, para que los coruñeses no tengan que esperar en la calle para ser atendidos en Urbanismo o para que los funcionarios de la Franja no tengan que convivir con las humedades.
  • Arreglar edificios tan emblemáticos para la ciudad como la Cúpula de San Pedro, la cafetería Atalaya (se ve que no hay otra familia amiga del señor Lage para hacerse con él), el ascensor panorámico o la Finca de los Mariño que sigue sin estar abierta para las prometidas dependencias de Surf, pero sí para que campen esos indigentes que la Señora Neira no es capaz de reinsertar a la vida laboral y social.
  • Se podría acondicionar el Pabellón de Riazor para que esté a la altura de equipos de diferentes disciplinas deportivas que llevan el nombre de la ciudad en lo más alto por España adelante (Básquet Coruña, Hockey Liceo, Hockey Femenino, etc.).
  • ¿Y un arreglito en serio de la Ciudad deportiva de la Torre?
  • ¿Y un Cuartel con instalaciones adecuadas, dignas y prácticas para la Policía Local?
  • ¿Y recuperar la Cárcel para usos museísticos, culturales y cívicos?
  • Y hablando de Museos ¿qué tal un buen reacondicionamiento del Museo Luis Seoane?

Se nos ocurren 20 necesidades más urgentes en la ciudad, antes que gastar 90 millones en el Estadio de Riazor

Bueno, y ya no entro a hablar de calzadas, aceras, pasos de peatones, marquesinas, bancos, farolas y de las necesidades de los barrios, porque entonces necesitaría tres capítulos de este “País de las Maravillas”.

Seguramente la co-alcaldesa al leer este repertorio de causas pendientes me dijese como el Conejo Blanco del cuento “¡Tengo una excelente idea: cambiemos de tema!”

Foto. El deplorable mantenimiento de calles y aceras causa constantes caídas y lesiones de peatones todos los días en A Coruña

¡Ah!, y que no me venga su locuaz concejal de in-Cultura a decir aquello tan manido del “retorno económico para la ciudad”, porque me gustaría que alguien me ilustrase sobre qué tiene que pasar en nuestra ciudad para recuperar o amortizar una inversión de 90 milloncejos. Aún podríamos preguntarles qué les pareció a los usuarios de los servicios, trofeos y actividades deportivas que la anterior concejala de Deportes, Señora Martínez, se viera en la obligación de dejarles esperando porque usted, señora Rey-ná, quiso tener a la Selección española de Fútbol en Riazor destinando 400.000 euros a la causa y dejando al deporte base de la ciudad sin esos recursos.

La alcaldesa Inés Rey acordó con Rubiales gastar 400.000 euros para traer a la Selección Española de Fútbol masculino y recortó el apoyo municipal al deporte de base

 Retorno económico: ¿cuánto? En todo caso permítame que le recuerde que aquí usted no está para funcionar como una empresa (aunque su co-alcalde, Lage Tuñas, pueda pensarlo, a tenor de los beneficios que al parecer está sacando de su gestión). Usted, señora Rey-ná, está aquí para invertir el dinero público en servicios públicos de calidad y para todos los coruñeses, ese es el verdadero retorno a que está obligada.

Cierto que usted ha entrado en una vorágine de hacer las cosas porque sí, aunque luego haya de abandonarlas a su suerte, y después le ocurre aquello que también decía el Conejo Blanco: “Cuanta más prisa llevo, más atrás me quedo”, a mí sinceramente que usted se quede atrás me importa un bledo, pero la que no puede quedar nunca, nunca, atrás es La Coruña.

Cuando se cumple el primer año del segundo mandato del gobierno de Inés Rey, el balance de su gestión es catastrófico

Quizás el magnífico Dodo -personaje preferido de uno de mis hijos- con su razonamiento: “La mejor manera de explicar las cosas es haciéndolas” intentaría dar carpetazo a esta situación, pero mucho nos tememos que si la co-alcaldesa no ha dado signos de ser razonable hasta el momento, vaya a hacerlo ahora; y es que en realidad, la señora Rey-ná se aleja bastante de la personalidad de Alicia, y se acerca mucho más a la Reina de Corazones del cuento, con quien parece compartir un trastorno antisocial de la personalidad, buen ejemplo de ello es su manifiesta manía expeditiva respecto de concejales, colaboradores, amigos y periodistas (¡que les corten la cabeza!).

Pero este cuento debe acabar, y acabar por la vía democrática cuando nos toque, porque La Coruña no es la ciudad de las maravillas que todos ansiamos y merecemos, y como decía el Sombrero Loco “sólo algo es imposible, si tú lo crees”.