Llevamos 15 días de huelga de recogida de basura. Oficialmente dicen que sólo ha habido unos pocos días de huelga, en los que, como siempre, no se han cubierto los servicios mínimos, y el resto de los días en los que “no ha habido huelga”, sólo se ha recogido el 30% de la basura. Vamos, lo que llevamos padeciendo en los últimos años con esta tropa que nos desgobierna en María Pita.

Agradezco a este medio digital el seguimiento que ha hecho de esta nueva huelga y la claridad de sus artículos y vídeos. Ojalá que los responsables de poner solución a este disparate fuesen tan diligentes, pero como hemos visto en estos 15 días, la alcaldesa está “atada de pies y manos” y no piensa hacer nada para garantizar que podamos circular por las aceras, que no tengamos que padecer un tufo insoportable y que no nos coman las ratas y las gaviotas. Total, ¡a ella que más le da!, si la vida es mucho más bonita desde su despacho y desde su coche oficial.

No conformes con no ser capaces de garantizar que se lleve a cabo con eficacia este servicio público, en la última semana han empezado a plantar fuego a contenedores de basura sin que haya habido una sola persona detenida. Todos sabemos quiénes son los autores de esta salvajada, pero no tenemos pruebas para denunciarlos. Lo que me pregunto es si la delegación de Gobierno tomará medidas y pondrá a la policía nacional a investigar y a detener a estos “terroristas callejeros” que plantan fuego a contenedores llenos de basura, al lado de coches de gente trabajadora que corren el riesgo de convertirse en una pira funeraria e incluso cerca de edificios que se pueden convertir en una falla valenciana. ¡Que más da! La alcaldesa esta de fiesta en fiesta y el delegado de Gobierno no sabemos ni quién es.

Estas son las fotos de los contenedores que han ardido “de forma espontánea” en la confluencia de la calle Alfonso VII e Inés de Castro. Propongo que alguien organice una “procesión dos caladiños” una noche y que llevemos cada coruñés una vela y una bolsa de basura a la plaza de María Pita. Seguro que a la alcaldesa Inés Rey no le haría tanta gracia y no estaría “atada de pies y manos” para ponernos una multa.

Charo Catoria (A Coruña)