Félix Bolaños, Andoni Ortuzar y Aitor Esteban escenificaron una comida de trabajo, en La Penela de la calle Velázquez en Madrid, para cocinar la durabilidad de la legislatura.

El pasado día 12 tuvo lugar un encuentro del ministro Félix Bolaños con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y su portavoz parlamentario, Aitor Esteban. La reunión- comida, promovida por el primero, buscaba refrescar los puentes que garanticen la durabilidad de la legislatura.

Hasta ahí todo parece normal, ni épica ni postureo, pero sabemos que al homo sapiens le mueve más el envoltorio que el interior y ciertamente se encargó el señor Bolaños que el encuentro no pasase desapercibido.

Muchos nos enteramos de ese contacto, ese mismo día, a través del programa de televisión la Noche en 24 horas, debate que modera Xabier Fortes, donde no solo se citó esa reunión, sino que el mordaz pontevedrés se recreó con la escenificación y visibilidad del encuentro.

Félix Bolaños se encargó de mantener la reunión con los dirigentes del PNV en un restaurante muy concurrido de Madrid y utilizó el Canal de 24 horas de TVE para “publicitarlo”

Que se acabase hablando del lugar elegido, La Penela, dice mucho de la habilidad de sus propietarios para convertirse en un lugar de referencia y escaparate de muchos de los entresijos de la corte, aunque quizá también tuvo algo que ver eso de la tortilla de Betanzos, de la que se acabó hablando junto a la carne asada.

Conquistar a un vasco con el estómago no puede sorprenderme, pero ver que unos amigos de la infancia hayan conseguido situar sus negocios como referentes culinarios y de la vida social, me llena de admiración.

El lugar no fue escogido al azar, y en las bancadas de enfrente tienen que pensar que, mientras se embarran en arriesgadas acusaciones internacionales, hay quienes han encontrado la forma de estirar el chicle por el centro.

Lo que no ofrece ninguna duda es que, a La Penela, aparte de su excelencia gastronómica, ya se le reconoce la capacidad política de influir en la actualidad.

Unos se empeñan en echarle huevos y otros los prefieren cocinados para conquistar a quien deben. Lo que no ofrece ninguna duda es que, a La Penela, aparte de su excelencia gastronómica, ya se le reconoce la capacidad política de influir en la actualidad.

Que en mis escritos me permita hablar así de claro deben interpretarlo como una humilde opinión, que no implica que sea entendido, compartido o lo quieran corregir y, por supuesto seguro habrá a quien le parezca mal.

Desconocemos lo hablado en esta publicitada reunión, lo que sí es seguro es que esos estómagos salieron mejor de lo que entraron.