La oleada de robos provoca una concentración de protesta de vecinos y comerciantes.
Otro barrio que se echa a la calle por los continuos problemas de inseguridad. Los comerciantes y vecinos de Monte Alto han dicho que están hartos de estar hartos. No es la primera vez que ocurre en A Coruña en los últimos años. Recordamos las manifestaciones en Os Mallos, en Elviña, en el Barrio de las Flores, en Matogrande y en el Agra del Orzán, entre otros. La dejadez del gobierno municipal y su negativa a convocar la Junta Local de Seguridad, para redactar e impulsar un Plan Local de Seguridad, ha colaborado para que la ciudad lídere el ranking de urbe gallega más insegura, según los datos de delincuencia publicados por el Ministerio de Interior.
La concentración pacífica, desarrollada en la plaza de San José el pasado viernes, vivió momentos muy tensos, debido a que una persona que se calificó como toxicómana, y que los vecinos identificaron como uno de los que causaba problemas en el barrio, se encaró con los concentrados y les recriminó su protesta. Esta persona se quejó de la falta de medios existente para superar su enfermedad y alguno le recordó que podía pedir ayuda a ACLAD (Asociación Ciudadana de Lucha contra la Drogadicción), entidad que ha ayudado a muchas personas a superar sus adicciones.
José Luis Boado, presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes de Monte Alto, afirmó que la inseguridad está relacionada con okupas que se han trasladado desde As Atochas hasta la parte de arriba de la avenida de Hércules y que han convertido sus viviendas en narcopisos.
La oleada de robos, que incluso ha provocado el cierre de comercios y su traslado a otras zonas, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la indignación ciudadana. Los vecinos y comerciantes relacionan directamente este aumento de la delincuencia – “a todas horas” afirman – con la existencia de cinco narcopisos en los que residen okupas que trafican con droga.
La paciencia se ha agotado y exigen medidas contundentes para atajar los continuos robos. Puertas de comercios reventadas con tapas de alcantarillas – según los vecinos por personas que acuden a los narcopisos – y la sensación de indefensión de comerciantes y vecinos, que observan cómo se detiene a alguno de estos amigos de lo ajeno y, al día siguiente, ya están en la calle y vuelven a las andadas, incluso con provocaciones a los dueños de los propios establecimientos comerciales.
Los vecinos comentan alarmados que los delincuentes acosan a las personas mayores para exigirles dinero, se pasan todo el día cometiendo hurtos y robos para poder comprar droga y que, incluso, ofrecen droga a los menores del barrio. “Esto se parece cada vez más a los que se vivió en los años 80” comentaba un veterano vecino.
La coordinación de efectivos puede paliar provisionalmente la escasez de efectivos de policía nacional y local, pero la solución definitiva es convocar las plazas necesarias para que la ciudad vuelva a recuperar los niveles de seguridad.
Los vecinos están pensando en organizar patrullas ciudadanas para defenderse, como ya sucedió en el Barrio de las Flores, algo que desaconseja de forma tajante la Policía Nacional por el gran riesgo que conlleva. Es evidente que la precariedad en las plantillas de policías nacionales y policías locales provoca que su trabajo no cumpla las expectativas que exigen los vecinos y comerciantes. La solución, como siempre, está en manos del delegado de Gobierno y de la alcaldesa Inés Rey.
La coordinación de efectivos puede paliar provisionalmente esa escasez de efectivos, pero la solución definitiva es convocar las plazas necesarias para que la ciudad vuelva a recuperar los niveles de seguridad. Desde luego, las 240.000 incidencias atendidas desde la Sala del 091, la quinta con mayor actividad de toda España, hace pensar que no se corresponde ese nivel de llamadas con el nivel de efectivos que después tiene que actuar en la calle.
La concentración contó con la presencia de concejales del grupo municipal del Partido Popular, con Miguel Lorenzo a la cabeza. El portavoz popular pidió que se ayude a los toxicómanos que quieren salir de esa enfermedad, pero también exigió que se actúe policialmente contra los traficantes que venden droga en el barrio. “Es fundamental que se vuelva a desplegar la policía de barrio, como hemos pedido de forma reiterada, e impulsar el Consejo Local de Seguridad, con presencia de representantes de los vecinos y de los comerciantes” afirmó Lorenzo, y finalizó “llevamos años exigiendo a la alcaldesa y a sus socios del BNG que se tomen en serio la seguridad ciudadana y no han hecho nada. Volveremos a llevar las peticiones de Monte Alto al Pleno municipal y esperemos que cese la pasividad de la alcaldesa. Los vecinos no pueden aguantar más tiempo sin soluciones”.
En Monte Alto están hartos de estar hartos con la falta de soluciones a los problemas de inseguridad y esperan que, de una vez por todas, los que gobiernan se ganen el buen sueldo que cobran.