Las mentiras políticas sostenidas en el tiempo y tratadas de justificar en un momento justo antes de que “vengan mal dadas” se convierte, en mi opinión en un delito. La política debe estar basada en la moralidad.
Las mentiras políticas pueden adoptar muchas formas con declaraciones falsas o engañosas hechas por intereses partidistas, se trate de uno u otro lado parlamentario. Pueden ser deliberadas o accidentales, pero siempre tienen el potencial de dañar la confianza del ciudadano en la política.
Pueden ser declaraciones simples, como “yo no he dicho eso”, o pueden ser afirmaciones más elaboradas, como “El gobierno tiene un plan para reducir el desempleo”. También pueden ser mentiras por omisión, como cuando un político evita responder a una pregunta incómoda de los medios de comunicación, que muchas veces, por temor a las decisiones que el político de turno adopte hacia es medio, terminan por callar y no repreguntar.
Muchas veces los ciudadanos leemos en distintos medios de comunicación las afirmaciones o promesas de los políticos y acabamos confundidos, enojados y con ganas de no volver a participar en las citas electorales. Ejemplos existen cada día, desde la exigencia de que la Xunta de Galicia abarate los peajes autonómicos que son de su competencia y no hacerlo en la estatal A-6, criticándose los unos a los otros con argumentos que son un insulto a la inteligencia. O canjear cromos (votos) por condonar deuda que luego pagaremos todos los ciudadanos. Autonomías que han gestionado mal o realizaron un mini golpe de Estado que duró tres minutos, serán ahora premiadas con el “gordo” de la Lotería de Navidad. Los trenes de Extremadura seguirán igual y los accesos a Galicia tendrán que esperar.
Existe un mediador en problemas que afectan a España y las reuniones se celebran fuera de nuestro país, sin que sepamos que se decide en esos “chanchullos”, ni quien se oculta detrás de ese llamado mediador salvadoreño, experto en acuerdos entre guerrillas y Estados. ¿Es este nuestro caso? El lugar de hablar y acordar es nuestro Parlamento, en donde están representadas todas las opciones políticas, incluidas aquellas cuyo objetivo es la modificación del actual modelo de Estado. Pues bien, discútanlo aquí.
Es importante ser consciente de las mentiras políticas para que se puedan tomar decisiones sobre a quién votar y qué políticas apoyar. El no dar explicaciones u ocultarlas puede socavar la democracia, ya que dificultan que los ciudadanos tomen decisiones informadas y veraces.
El no hacerlo así…Eso no es democracia.