“Ahora me toca ser madre, pues estos años pasan y no vuelven, y la empresa sigue conmigo, y crecerá cuando yo la haga crecer”

Me comentabas hace más de un año que el negocio nacía de la intención de conciliar vida laboral y familiar y ahora me cuentas que estás más en la parte de madre, ¿Cómo te organizas para seguir con la actividad empresarial?

Sí, mi empresa nació con la clara idea de poder conciliar vida laboral y familiar, no tener que prescindir de ninguna de las dos es indispensable para mí.

Ahora mismo soy más madre que empresaria pues tengo gemelos que acaban de cumplir tres años y una bebé de siete meses.

Compaginar no es fácil, pero se puede si te organizas muy bien, y si como en mi caso tienes una pareja que te ayuda a ello, pues él trabaja por las mañanas y yo me quedo con los niños en casa y cuando él viene aprovecho para atender a temas de mi trabajo. Es una concatenación de circunstancias que solo se puede dar si trabajas en casa y tienes claro cómo hacerlo.

En ese momento, hace un año, ibas a hacer limpieza y renovar para la nueva temporada, ¿Cómo fue? ¿En qué tipo de productos te centraste y cómo funcionó?

La verdad que me fue muy bien, uno de los mayores problemas de mi trabajo son las plagas, que me pueden hacer perder toda una cosecha y con ello todo el tiempo y dinero invertido en ello, con lo que en lugar de obtener beneficios obtendría perdidas. Parar y limpiar bien todo, asegurar qué cultivos funcionan mejor y qué es lo que demandan mis clientes actuales y futuros, es la base del éxito en este trabajo.

Me he centrado en el tomate, y algunos productos más de temporada como fresas blancas, guisante lagrima, tirabeques de colores, etc.

Productos de máxima calidad para clientes de máxima exigencia.

¿Sigues trabajando 500 variedades de tomate? ¿Has añadido algún otro vegetal u hortaliza?

Como en gran parte solo uso mis propias semillas me centro en obtener las mejores variedades para poder guardar las mejores semillas, sigo teniendo un banco de germoplasma de más de 1.000 variedades de vegetales, de las que más de 500 son tomates.

Cada año alterno variedades para seguir guardando estas semillas renovadas y que no pierdan su viabilidad, pues son seres vivos que con el paso del tiempo dejan de germinar correctamente.

Estoy probando nuevos cultivos, pero son ensayos de cara al futuro, cuando los peques empiecen el colegio y yo tenga más tiempo para ampliar la superficie que cultivo y llegar a nuevos clientes.

Tus principales clientes eran de la hostelería, ¿Cómo han sido estos últimos meses? ¿Se ha recuperado el consumo y la actividad o aún queda?

Estos meses, en parte, han sido duros para ellos y, por ende, para mí, pero al estar de baja por maternidad no lo he sufrido en gran manera.

Mis clientes me piden unos cultivos muy específicos y que en sus cartas son básicos, con lo que realmente no noto la bajada de consumo. Y los clientes que no son hostelería,  exactamente igual, son clientes que entienden mi forma de trabajar y valoran el producto que les ofrezco.

El consumo de productos ecológicos y de proximidad va creciendo, pero ¿aún queda mucha concienciación de los consumidores para valorarlos?

Muchísima. En parte es todo una hipocresía pues se van al supermercado a comprar ecológico que viene de Holanda pero no quieren coger el coche para desplazarse a mi explotación que está a cinco quilómetros de su casa, asique,  el km0 y el impacto de huella de carbono,  es complicado que con estos conceptos de ecología, se reduzca.

No se plantean lo que cuesta cultivar de manera sostenible, y solo se ve la comodidad de que te lo sirvan en un lineal con unas etiquetas y embalajes muy bonitos, pero poco sostenibles.

No obstante, estoy satisfecha con la gente que se va concienciando y valora un producto menos bonito que los de las tiendas, pero con sabor y olor y sin químicos nocivos.

¿Cómo ves los próximos meses con la crisis económica, la guerra de Ucrania….?

Por temas del trabajo de mi marido, nos podría tocar muy de cerca lo que está sucediendo, pero una vez más el conciliar y poder disfrutar de nuestros hijos lo ha alejado, al menos por ahora.

Son meses que para muchas familias serán duros, ya que esto no ha hecho más que comenzar.

Desde luego nada que ver con los pobres ucranianos, que debemos tener presente que ellos si están sufriendo, como en todos los conflictos bélicos que hoy en día están activos, no nos olvidemos de ellos.

Pero está claro que como nos toca más de cerca y al bolsillo directamente, lo vamos a padecer todos.

Pero también hay muchos que se están aprovechando de la situación y no dejan de subir precios para subir sus propios beneficios. En mi caso he decidido seguir manteniendo los precios para fidelizar a mis clientes, y así no bajar mis ventas con lo que ganaré lo mismo que si los subiese pues algún cliente dejaría de comprarme.

¿Qué balance haces de los siete años de Olor y Sabor?

Han sido años de mucho éxito y de muchas preocupaciones, he perdido a mis referentes familiares, los que me ayudaron e impulsaron con esta idea de negocio, y por y para ellos solo tengo palabras de agradecimiento, pues emprender sin ayuda habría sido imposible.

Ahora con la perspectiva de los años veo que ha sido todo un acierto, la idea de poder disfrutar de mis mayores con un trabajo a la puerta de casa se antojaba perfecta, y ahora poder disfrutar de mis hijos pequeños y ver cada uno de sus nuevos descubrimientos, esto no tiene precio.

Quizás sería más fácil llevarlos a una guardería y yo trabajar a pleno rendimiento, pero me es mucho más satisfactorio poder estar con una mano en el trabajo y con la otra mostrando a mis hijos lo que hago; esto les aportará unos valores que de otra manera quizás no tendrían y podrán disfrutar de su madre en los momentos de su vida que más la necesitan.

Digamos que ahora mismo estoy en un impasse de mantener la empresa activa e investigando nuevos cultivos y nuevos mercados, pues en unos meses la organización del tiempo en mi familia será diferente y tocará hacer crecer de nuevo la empresa.

Hay que saber valorar lo que se tiene, y tener claro los objetivos futuros, no cambio el ver crecer a mis hijos por ver crecer a mi empresa ahora. Eso llegará en unos años.

Ahora me toca ser madre, pues estos años pasan y no vuelven, y la empresa sigue conmigo, y crecerá cuando yo la haga crecer.