Tras la crisis de 2008, se inyectó dinero público para salvar el sistema financiero y comenzó el proceso de concentración bancaria que está terminando estos años.

La industria bancaria ya no es lo que era. En época de la peseta, los bancos nacionales prestaban el dinero a tipos de interés en el entorno del 15% en la década de los 80 y los 90. A mayor tipo de interés, mayor margen también para el banco. Otra partida importante es la de comisiones por productos; a menor conocimiento financiero de la población, los bancos pueden cargar a los clientes mayores comisiones. 

Desde el año 2008, la industria bancaria se lleva trasformando por diversas causas. La primera y más importante es el saneamiento del balance de los bancos. La politización de los órganos de dirección de las cajas de ahorros fue un factor clave en el descontrol del balance de estas entidades financieras. Cuando estalló la crisis, los bancos tenían en balance, activos que podían ser el doble o el triple de su valor real. Por lo tanto, hubo que inyectar dinero público para salvar el sistema financiero y comenzó el proceso de concentración bancaria que está terminando estos años. 

Los bancos tradicionales no paran de perder cuota de mercado y su única opción para ser sostenibles es concentrar el sector en cada vez manos entidades

Ahora que el conocimiento financiero medio de la población es mayor que hace 20 años, los bancos son tratados por igual, a fin de cuentas, el producto que ofrecen es el mismo, da igual que sean rojos, azules, naranjas, amarillos… casi como la política. Por ello, los bancos tradicionales no paran de perder cuota de mercado frente a nuevos jugadores (neobancos o tecnológicas que actúan con productos financieros). Es por ello por lo que la única opción que tienen los bancos para defenderse es concentrar el sector en cada vez menos entidades. 

Durante todo el mes de mayo se lleva deliberando la operación corporativa entre los bancos BBVA y Sabadell. Si se llevara a término y se produjera su fusión, o la absorción del segundo por el primero, se crearía un macro grupo financiero. De tal manera que en el mercado español existirían tan solo tres grandes actores importantes: Santander, Caixabank (quien recientemente adquirió Bankia) y BBVA-Sabadell. 

Si se produce la fusión de BBVA y Sabadell, quedarían tres grandes bancos en España que poseerían el 74% de los créditos otorgados, el 65% de los activos bancarios y el 35% de las sucursales

Estos tres jugadores tendrían el 74% del crédito otorgado en España, el 65% de los activos del sector bancario español y el 35% de las sucursales bancarias. En consecuencia, hay que preguntarse ¿es positivo este movimiento entre BBVA y Sabadell? O llevado a otros términos, ¿es positiva la concentración bancaria?

En primer lugar, la concentración en industrias se produce cuando las empresas por separado ven reducidos sus márgenes y tienen que fusionarse o ser adquiridas por terceras para seguir siendo rentables. Es el caso de España ya explicado. Para que una concentración tenga sentido se tiene que dar un término denominado “sinergias”. Sinergias es toda actividad que ambas entidades en negociación tienen en común y que puede ser eliminada, creando ahorros de costes. Entonces, el daño colateral que se produce siempre en una concentración de cualquier industria son los despidos o ahorros de costes. Dependiendo del lado donde se vea la situación. 

En los procesos de concentración industrial se produce un mecanismo de compensación – remedies – para diluir la proporción de la cuota de mercado de la entidad resultante, algo que no se produce en las fusiones bancarias

Por poner un ejemplo de concentración industrial, vamos a ver el sector aéreo nacional con la adquisición de IAG (el holding al que pertenece Iberia) y Air Europa. Antes de la adquisición, la Comisión de Competencia Europea tiene que evaluar si esta operación corporativa es dañina para el usuario. En casos donde la empresa resultante tenga una proporción de mercado significativa, debe deshacerse obligadamente de cuota de mercado. Lo que en el argot es conocido como remedies. Estos remedies son adquiridos por terceras empresas, que hacen diluirse la proporción de cuota de mercado que tiene la empresa que está siendo observada.

Esto, que suceden en sectores como el de telecomunicaciones o el aéreo, rara vez sucede en el bancario. Es más, desde el Banco Central Europeo (BCE) se desea que haya bancos concentrados, grandes y fuertes. Por ello, no pueden existir los citados remedies para que una tercera entidad más pequeña los adquiera, puesto que estas entidades más pequeñas deben ser eliminadas (vía fusión o adquisición) por mandato del BCE.

En España, el negocio bancario está volcado en el cliente minorista, especialmente en el mercado de hipotecas

En definitiva, el sector bancario es el segundo lobby más importante de España por detrás del eléctrico, lo que hace que sus intereses, normalmente, estén en contra de los consumidores. Con un factor añadido, el negocio bancario en España está sesgado de una manera muy importante hacia el cliente minorista, con especial interés en las hipotecas. Por lo tanto, ante una Pirámide Demográfica invertida y con un superávit residencial importante, el peso de los bancos en la economía bajará notablemente como reflejo de la disminución de la clase media.