Desde la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno de España hemos asistido a un Circo de cinco pistas, donde cada número superaba al anterior. Funambulistas, adiestradores, prestidigitadores, magos y trapecistas han mantenido a la Sociedad española obnubilada, mientras entre bambalinas se decidía encerrar a 48 millones de españoles en sus casas, se escapaba al control parlamentario, se gobernaba a golpe de decreto y se diseñaba una estrategia de debilitamiento institucional para empoderar al Ejecutivo y aglutinar en torno a él al Legislativo y al Judicial.

A lo largo de estos años hemos visto cómo Sánchez acercaba a los presos de ETA a las cárceles del País Vasco, dulcificaba los delitos de sedición y malversación para mantener el apoyo de independentistas y rupturistas que odian a España y extendía sus tentáculos al CNI, a RTVE, al CIS, al INE… para que nada escapara a su control. La lista de despropósitos es interminable y a estas alturas buena parte de la Ciudadanía es consciente de ello.

Cuando nos encontramos al final de la función todos permanecemos expectantes y en silencio, para ver el Salto Mortal del presidente del Gobierno, que está practicando en la Pista Central del Circo. Sin duda, se trata del mayor golpe que puede asestar a las instituciones y, sobre todo a la Constitución Española. 

Sólo el hecho de contemplar la posibilidad de amnistiar a quienes atentaron contra la Carta Magna habría tenido serias consecuencias en cualquier estado democrático moderno, sin embargo, en España ni siquiera hemos visto hasta el momento una contestación social como semejante infamia merece.

Estamos a poco más de dos meses para que el Régimen de 1978, que nos trajo el periodo de mayor convivencia, prosperidad y progreso a España en nuestra historia reciente, prevalezca, y para ello la Sociedad no puede permanecer adormecida.

Es el momento de alzar la voz contra quienes quieren implantar un nuevo régimen encubierto en España, que empieza a cobrar muchos tintes de dictaduras comunistas. No es suficiente con que el PP o Sociedad Civil Catalana hayan convocado actos de protesta contra la amnistía de los golpistas y la ruptura del Estado.

Hasta ahora son escasas las voces discrepantes que han surgido desde las propias filas del PSOE, y aún siendo importantes, lo es mucho más que la Sociedad Civil manifieste cuál es su postura, de lo contrario, el silencio de hoy será el lamento de mañana.

Sólo el clamor de la Sociedad Civil en la calle podría conducir a “Sánchez salve la democracia”, de manera que ante semejante presión el presidente en funciones abandone el salto mortal, se erija en el salvador de España, argumentando que no puede ceder a semejante chantaje y se acaben repitiendo las elecciones, en las que, a buen seguro, el resultado no sería tan favorable para JxCat.