El constante aumento de la deuda en España para salvar el presente, se hace a costa de sabotear el futuro.

Desde el año 2008, el crecimiento de España está sustentado en la deuda. Por cada euro que nos endeudamos generamos menos de ese euro (más intereses) que nos tenemos que financiar. La consecuencia es clara, un aumento de la deuda viviendo en el presente a consta de sabotear el futuro. Dicho de otra manera, en la anterior crisis financiera se acusó a los ciudadanos españoles de vivir “por encima de sus posibilidades”; ahora es el Estado quien está viviendo “por encima de sus posibilidades”.

Es muy probable que la Unión Europea obligue a España a realizar un fuerte ajuste fiscal para seguir transfiriendo fondos Next Generation.

Se espera que entre este año y el que viene, la Comisión Europea obligue a España a realizar un fuerte ajuste fiscal sin el cual no desembolsará fondos Next Generation para reformas estructurales. Un ajuste fiscal llevará a que el sector público tenga que apretarse el cinturón y tenga que dejar de invertir (ineficientemente) en la economía. 

El problema, a corto plazo, es que se ha engordado tanto al sector público, que el propio consumo público ya representa un tercio del PIB. Dicho de otro modo, la resiliencia de la economía española se debe al aumento del gasto público, lo que metafóricamente viene a describirse como que la salud del yonki se mantiene gracias a la droga. Pero sabemos cómo acaba esto en el medio o largo plazo.

Los tipos de interés al 4% para financiar la deuda causan un efecto devastador en el sector público.

La lógica dice que el crecimiento de un país tiene que darse a raíz del crecimiento de su sector privado. Si el sector público aumenta su participación en la economía alguien lo tendrá que financiar, y en España viendo la dinámica del sector privado, quién está financiando el crecimiento del sector público es la deuda. Y hasta hace relativamente poco tiempo, los tipos de interés para financiarse estaban al 0%, pero ahora financiarse al 4% tiene un efecto devastador en las cuentas públicas. Cuando al yonki le quitas su droga, su salud se resiente en el corto plazo para mejorar en el largo plazo. Si a España le rebajas el sector público, su economía se resentirá en el corto plazo para luego florecer. Estamos viendo ese caso en tiempo real en Argentina. 

Según ha publicado el INE en 2023, el total de las administraciones públicas representa el 16% del PIB, pero necesitan ocupar al 24% de los ocupados del país.

El aumento de los tipos de interés está haciendo que el tamaño del sector privado disminuya, puesto que hay que exigirles más a las inversiones para endeudarse. Adicionalmente, la escasa seguridad jurídica de España, unida a la depredación del ciudadano por parte de la Agencia Tributaria, hace que los gestores privados se lo piensen dos veces antes de realizar cualquier inversión. Según las cifras de la contabilidad nacional publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2023, el total de las administraciones públicas representa el 16% del Producto Interior Bruto, pero necesitan ocupar al 24% de los ocupados del país. Estas cifras son propias del sector agrario de inicios del S. XX, pero no, es la ineficiencia del sector público actual. 

El sector público genera uno de cada seis euros de la producción española y es el segundo mayor aportador a la economía por delante del sector primario y el industrial.

Pero lo más grave es que actualmente uno de cada seis euros de la producción en España lo aporta en sector público (que llegó a ser casi uno de cada cinco euros durante la pandemia). Siguiendo con los datos de contabilidad nacional, el sector público es el segundo mayor aportador de la economía española, tan solo por detrás del comercio, hostelería y transporte (que se engloba en un solo epígrafe). Visto de otra manera, es más importante el sector público que el sector primario (ganadería y agricultura) o el sector secundario (transformación industrial). Esto dice mucho de la economía del país.

A nivel estratégico, un país funciona mejor cuanto mayor es el valor añadido que aporta la relación de sus mayores sectores económicos. El turismo (viajes, hostelería y restauración) aporta poco valor añadido, porque no tiene economías de escala; si o si para crecer necesitas mano de obra. El sector público directamente destruye valor, ya hemos comentado que por cada euro que se endeuda recauda menos de ese euro. Mientras que los sectores que realmente aportan valor como puede ser el tecnológico, financiero e incluso el industrial (dependiendo cual) cada vez pesan menos dentro de la contabilidad nacional. Es como si España estuviera empleando la misma táctica que Europa de autosabotaje. Y ojo, es un sabotaje desde dentro, pero no sabemos a cambio de qué.