Un breve repaso por una la historia de una especialidad que abarca más de 250 enfermedades o procesos distintos y de origen muy variado.
La reumatología es la ciencia que se ocupa de las enfermedades reumáticas y el reumatólogo es el médico especialista que las estudia y las trata. Las enfermedades reumáticas son aquellas que afectan las estructuras óseas y articulares de nuestro organismo, así como sus elementos de sostén, músculos, tendones y ligamentos.
Se conocen casos de artrosis en el Pithecantropus Erectus, en el hombre de Java y el hombre de Neanderthal
Y es que acaso el reúma, como comúnmente se le denomina, sea más antiguo que el hombre, ya que se han encontrado lesiones articulares degenerativas en el esqueleto fósil del Platecarpus, reptil nadador de gran tamaño que vivió hace unos cien millones de años y que se conserva en el museo de historia de la universidad de Kansas en Estados Unidos. Lesiones reumáticas de han hallado en los huesos fósiles de reptiles y peces de Mesozóico, en los dinosaurios y osos de las cavernas. Nuestros antepasados, como el Pithecantropus Erectus y hombre de Java, de hace medio millón de años, ya padecían artrosis y el hombre de Neanderthal artrosis de cadera y de columna.
Hipócrates reconoció factores no espirituales que podían ocasionar enfermedades y que éstas se podían evitar, curar o aliviar
Lesiones articulares de muy diversa causa se han encontrado en las momias egipcias. En el papiro de Ebers, 1.500 años antes de cristo, se habla del ¨reuma¨ como hoy lo haríamos de la artrosis: ¨el endurecimiento de las bisagras de las extremidades”.
La palabra sanscrita ¨sru¨ significa fluir, verter, rezumar, es antecedente de nuestro reúma que, como enfermedad, se dice que padeció Asurbanipal, 600 años antes de Cristo. La medicina griega, con Hipócrates, da un gran paso al dejar de considerar la enfermedad como destino ciego o castigo divino, reconociendo que además de lo espiritual existen elementos externos que pueden ocasionar enfermedades y que estos a su vez pueden evitados, curados o al menos aliviados.
La medicina hipocrática ya diferencia la artritis de la artrosis
La medicina hipocrática hace ya alguna distinción, la artritis que cursa con fiebre, dolor articular fijo u errático, que no dura mucho y rara vez es fatal, que afecta a los jóvenes y lo separa del llamado catarro o reúma, que cursa con dolores ligeros que no producen hinchazón y no están asociados a podagra. Se conocía ya la podagra (la gota de hoy), sinónimo de pie cogido en la trampa. Se decía de esta enfermedad, que era la más violenta y tenaz de las afecciones articulares, que sucedía en gente de buen comer, no la padecían los eunucos (que nunca eran calvos), las mujeres regladas, ni los adolescentes hasta que no adoran a Venus o liban en el altar de Baco.
En la Edad Media, la doctrina galénica se trasmite a través de la medicina Bizantina, monástica, árabe y la enfermedad vuelve a ser sinónimo de castigo divino
En la medicina china eran conocidas las enfermedades articulares y atribuidas al desequilibrio de dos energías el Ying y el Yang. En el mundo romano, Augusto padeció gota y en el año 190 Celso describe los signos de inflamación: calor, rubor, tumefacción y dolor. Areteo de Capadocia, médico griego, es quien escribe el primer libro sobre artritis.
No todo fue claro en esos tiempos, pues otros estudiosos de esa época mezclan y confunden todo lo antes diferenciado, como lo hace Claudio Galeno, el científico de los humores (colérico, sanguíneo, melancólico etc.) o Pablo de Egina, para el cual el reuma no es más que un catarro de un humor bilioso, sanguíneo, melancólico, linfático, pero siempre viscoso, que se sitúa en una articulación, flujo que procedía del cerebro y que descendería a través de las vísceras a las articulaciones, cuyo alivio se lograría liberando al organismo mediante sanguijuelas y sangría, purga y enema, hierro, fuego y sudor, lo que nos da una idea de los sufridos reumáticos de la época.
La clasificación de las enfermedades nace en 1676 y en el siglo XIX se completa el estudio de la artrosis
En la Edad Media, la doctrina galénica se trasmite a través de la medicina Bizantina, monástica, árabe y la enfermedad vuelve a ser sinónimo de castigo divino.
La revolución del conocimiento surgió con Vesalio, con sus exhaustivos estudios anatómicos, mientras la clínica es obra de Paracelso (1493-1541). Éste define el reuma como ¨enfermedad tartárica debida a los posos que nuestros alquimios procesos dejan en nuestras coyunturas¨. Ya en 1576 A. Boorde, médico de Enrique VIII recomendaba el clima cálido y seco para tratar ciertos reumatismos.
Estamos en el Siglo de Oro cuando los reumatismos se incluyen entre los catarros, corrimientos, fiebres, tabardillos, pero se conoce ya bien la clínica de la gota o podagra (sin saber porque se produce) y otra afección denominada ¨reumatismo poliarticular agudo¨ y en 1721 discurre la vida de Willian Musgrave de Exter que describe la artritis asociada a gonorrea o purgaciones.
En el siglo XX, la aparición de los rayos X permite visualizar las estructuras óseas y articulares y más tarde el TAC o la Resonancia Magnética, sin olvidar la más eficaz, la Ecografía, que es para el reumatólogo el estetoscopio de la articulación
En 1676 Thomas Sydenham destaca nuevamente en su obra el reumatismo agudo, que ataca a los jóvenes vigorosos en la flor de la edad, preferentemente en otoño o invierno, con fiebre y dolor articular cambiante, denominado fiebres reumáticas y él mismo describe la corea minor o baile de San Vitto, ocasionada por la misma enfermedad. Separa esta enfermedad de la gota, que él padecía, y del lumbago. Está naciendo la clasificación de las enfermedades. En el año 1691 el irlandés Bernard Connor hace la primera descripción anatómica de la que luego denominaremos Espondilitis Anquilosante, enfermedad de la que dice, afecta a la columna vertebral, uniéndola y volviéndola rígida como si fuese un sólo hueso.
Hoy en día la reumatología abarca más de 250 enfermedades o procesos distintos y de origen muy variado y la ciencia avanza por buen camino para la curación o alivio de estos procesos
En el siglo XIX se completa el estudio de la artrosis. Heberden define los nódulos que deforman las articulaciones de los dedos y B. Brodie define histológicamente las lesiones de los reumatismos inflamatorios.
En el siglo XX es cuando la reumatología, con la escuela Alemana y Francesa, alcanza su auge asentando sus bases dentro de la medicina, contribuyendo de forma especial la aparición de los rayos X, lo cual permite visualizar las estructuras óseas y articulares, más tarde otras técnicas como el TAC o la Resonancia Magnética, sin olvidar la más eficaz a la cabecera del enfermo que es la Ecografía, es para el reumatólogo el estetoscopio de la articulación.
Los conocimientos en fisiología e inmunología propician grandes avances, luego la farmacopea para el dolor, la inflamación, la osteoporosis; más tarde los medicamentos inmunosupresores y, finalmente, los tratamientos biológicos que cambian la vida y el pronóstico de nuestros pacientes.
Hoy en día la reumatología abarca más de 250 enfermedades o procesos distintos y de origen muy variado, degenerativos, mecánicos, metabólicos, infecciosos, autoinmunes etc y afortunadamente la ciencia avanza inexorablemente por buen camino para la curación o alivio de estos procesos.

Dr. Luis Guerra Vázquez · Reumatólogo