El relato era y es utilizado por dictaduras o sistemas progubernamentales para fomentar el odio hacia quienes realizan las mismas acciones que ahora denuncian.

Sin lugar a duda, opino que el tema de la llamada piñata representando a un monigote con el apéndice muy alargado y siendo aporreado con garrotes para comprobar quien le daba más fuerte, me recuerda a aquellas atracciones de feria en la que con un mazo golpeabas en una plataforma y se elevaba un artilugio que casi nunca llegaba a su punto más elevado. Es decir, no conduce a nada y es inapropiada. 

Pues bien, esa forma de protesta personalmente nunca la practicaría, guardándome toda la energía necesaria para que, llegado el momento, la utilizase en el lugar apropiado. Es decir, mediante una papeleta depositada en una urna, eso sí una urna legal, no como aquellas utilizadas en una votación incontrolada y prohibida. 

Dicho esto, como aclaración de mi posición sobre la “mamarrachada”, me indigna la postura adoptada por el partido gobernante denunciando ante la fiscalía (¿de quién depende? pues ya está), el supuesto delito de odio por entender que se trata de “una exaltación de conductas con tintes violentos, de odio, de hostilidad y discriminación que estamos viviendo en estos momentos, que incitan a actitudes no legítimas, como es un magnicidio o un linchamiento“. Así lo describe la formación socialista en su denuncia.

Lo que antes era libertad de expresión ahora es delito

Las “otras cosas” del enunciado de mi opinión se refieren a la quema de retratos con la figura del Rey, Rajoy siendo guillotinado, Abascal con un supuesto tiro en la nuca, Yolanda Díaz en declaraciones ante una TV lamentando que algún Rey no fuese pasado por la guillotina, los guardias civiles apaleados, una figura del Rey ahorcado en la Universidad Complutense, la figura de Ayuso siendo apaleada o los escraches siempre a políticos ajenos a su ideología. 

Por ello, recalco mi primer enunciado: El RELATO. La difusión al hecho del monigote apaleado está siendo utilizado como cortina de humo por parte de los medios de comunicación afines, silenciando otros hechos como los que han tenido que sufrir otras personas. Se olvidan, incluso, la inmoralidad de pactar con aquellos que son herederos de haber asesinado a sus propios compañeros. 

El RELATO era y es utilizado por dictaduras o sistemas progubernamentales para fomentar el ODIO hacia quienes realizan las mismas acciones que ahora denuncian. Es decir, lo que antes era libertad de expresión ahora es delito. 

Esto me recuerda los relatos que, hacia un ministro alemán en el gobierno de Hitler, Goebbels, que mentía y mentía y volvía a mentir hasta llegar a perturbar la mente de los ciudadanos, mientras se masacraba a los judíos y el mensaje era que no, que los judíos se quemaban solos. 

Otra vez y como siempre, la doble vara de medir.