Pedro Sánchez convierte los principios de libertad, igualdad, solidaridad y justicia social en represión, discriminación, egoísmo y arbitrariedad con sus acciones de gobierno, para aferrarse a la Moncloa.

Cuando asistimos al episodio más triste de la historia reciente de España, por los despiadados e insistentes ataques del Gobierno a derechos y libertades fundamentales consagrados en nuestra Constitución, es inevitable indagar cuáles son los principios que mueven a los artífices de esta deriva. 

El PSOE de Pedro Sánchez, de Emiliano García-Page, de los ministros Marlasca, Bolaños, Puente y compañía; de los expresidentes González, Zapatero, y de un amplio elenco de socialistas honestos defiende, literalmente, en sus bases ideológicas que “Nuestra razón de ser es la de contribuir a alcanzar una sociedad mejor, detectando los problemas y aportando soluciones, sobre la base de los principios de libertad, igualdad, solidaridad y justicia social”.

Pedro Sánchez ha cambiado la libertad de prensa por la represión, la igualdad de territorios por discriminar a las regiones pobres, la solidaridad con las comunidades menos favorecidas por los privilegios a Cataluña y la justicia social por la financiación singular

Extraño modo el que tienen para defender esos principios y esos valores, a juzgar por las últimas actuaciones del Gobierno de Pedro Sánchez. Más bien parece que defienden los principios de represión, distinción, egoísmo y arbitrariedad social.

El loable principio de libertad, que proclama el PSOE, se ha convertido en una acción de represión y control a los medios de comunicación díscolos, a los que ha llegado a denominar seudomedios y a acusar abiertamente de verter bulos y fakes news continuamente. Así lo refleja su pretensión de imponer una polémica normativa que pretende imponer, denominada pomposamente Regeneración Democrática, para que solo sea posible que sobrevivan los medios de comunicación afines al amado líder.

Sánchez quiere eliminar a los medios que critican los indultos, la amnistía, la corrupción, el asalto a las instituciones y la financiación singular a cambio de 7 votos

Perseguir a los medios críticos e independientes; “distinguir” con indultos, perdones y amnistías a los “amigos”, regalando financiaciones singulares a una región rica para castigar aún más a las comunidades pobres; fomentar la desigualdad y los desequilibrios entre comunidades, y sacrificar la armonía y la concordia en pro de su egocentrismo enfermizo, es la hoja de ruta del “desaparecido” presidente del Gobierno.

La piedra angular de sus postulados, la igualdad, se transforma en un desmedido afán por privilegiar a los que solo tienen 7 votos, los que necesita para seguir respirando un rato, y que se ha manifestado recientemente en acciones trascendentales, elevando la desigualdad a su máximo exponente, como con los indultos concedidos a los delincuentes del Procés, y la ley de amnistía, aprobada con el único fin de aferrarse a la Moncloa. 

Foto. Pedro Sánchez trata de seguir extremando el enfrentamiento ideológico para tratar de desviar la atención de los escándalos que afectan al PSOE y a su entorno familiar

Por si no fuera suficiente, los principales responsables políticos procesados y condenados por prevaricación y malversación en el caso de los Eres de Andalucía, camparán a sus anchas, sin tacha alguna. El intervencionismo judicial de Sánchez en el Tribunal Constitucional, fulminó los fallos de la Audiencia de Sevilla y del Tribunal Supremo, y blanqueó a los altos cargos socialistas de la Junta de Andalucía de entonces.

Como resulta que las concesiones a Puigdemont (indultos, amnistía…) no eran suficientes para investir a Salvador Illa como President de la Generalitat, recurió al favor de ERC a cambio de una financiación singular para Cataluña. 

¿Hay algo más antagónico a la Igualdad que la Singularidad? Pues esta es la última hazaña del Sr. presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón.