Pedro Sánchez coloca a su amigo Juan Manuel Serrano en el Ministerio de Óscar Puente, tras dejar un agujero en Correos de 1.200 millones.
Normalmente, la meritocracia exige una relación de premios o castigos dependiendo de las acciones previas que hayan realizado los titulares. Cabría pensar que acciones correctas se relacionan con premios, mientras que acciones incorrectas se relacionan con castigos. Así pues, ¿qué consecuencia puede tener haber dejado a la mayor empresa pública española de paquetería con 1.200 millones de deuda?
Después de esta hazaña en la empresa pública Correos, el máximo responsable fue nombrado máximo responsable de la empresa pública Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte (SEITT). Normalmente en la empresa privada se pasa por un comité de nombramientos o bien las entrevistas laborales se pueden dilatar durante varios meses. El caso de Juan Manuel Serrano es notorio, porque, en tan solo una semana, ha pasado de un puesto público a otro, y sin mucha relación entre las posiciones laborales.
Juan Manuel Serrano provocó con su gestión en Correos, desde 2018 a 2024, un agujero económico de 1.200 millones
Juan Manuel Serrano fue jefe de gabinete de Pedro Sánchez hasta 2018 y es amigo del actual presidente del Gobierno. En ese año, Juan Manuel se despertó en la silla de dirección de Correos. En enero de 2024 fue cesado de su puesto, después de una ineptitud sobrevenida demostrada en la gestión de la compañía de paquetería pública, que provocó pérdidas por 1.200 millones de euros al erario y, en consecuencia, a todos los españoles. Parece que su historial, actitudes y aptitudes han sido valoradas de nuevo para dirigir la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte (SEITT), una empresa pública bajo el paraguas del Ministerio de Transporte, que dirige Óscar Puente, y que gestiona unos 700 kilómetros de autopistas de pago en España.
Se puede decir que la gestión de Juan Manuel Serrano ha estado cerca de quebrar Correos, pues la empresa ha tenido que pedir un préstamo para abonar tanto los salarios de los empleados como los bonus de los directivos. No se entiende muy bien el tema de los bonus de los directivos, puesto que la cuota de Correos en el mercado en el servicio postal bajó del 97% al 85%, perdiendo por el camino unos 600 millones de euros. El equipo de Juan Manuel Serrano, que estuvo gestionando Correos durante 5 años, consiguió una caída del negocio del 50% en ese período y, a pesar de ese fracaso, reciben un suculento Bonus.
Parece que los altos cargos del Gobierno de Pedro Sánchez – Serrano, Tezanos, García Ortiz, Conde Pumpido y compañía – están cortados por el mismo patrón: fidelidad absoluta a su amado líder
En la empresa privada, después de un historial poco eficiente de gestión, un ejecutivo es difícil que vuelva a ser llamado para un proyecto nuevo. Será relegado a tareas más asumibles en las que pueda destacar su valía para así alinear su capacidad a la del proyecto. Lo terrible para el erario es que personas con un carné político (que ojo, los hay en los rojos, en los azules, en los verdes, en los morados y en los de la estrellita independentista) puedan acceder a gestionar empresas públicas sin ningún requisito para medir la idoneidad del candidato.
El premio que le ha otorgado Pedro Sánchez a su amigo Serrano, tras su catastrófica gestión, ha sido colocarlo en otro chiringuito con un sueldo de 160.000 euros anuales
Por lo tanto, para adecuar la gestión pública, lo primero que hay que solventar son los requisitos de idoneidad para todos los gestores. Incluyendo los perfiles políticos que dirigen ministerios. En segundo lugar, y aunque suene contraintuitivo con la que está cayendo, hay que elevar los salarios públicos de los gestores al nivel de los de la empresa privada para captar talento. Esto conllevaría una reducción de puestos ejecutivos públicos sin valor añadido, que dirigen chiringuitos en el ámbito nacional, autonómico y local.
Finalizando sobre la meritocracia, tiene que quedar claro que cada acción tiene una consecuencia. En particular, el mensaje que se da con Juan Manuel Serrano no es el mejor: puesto que después de que su gestión ha provocado casi la quiebra de Correos, se le ha “condecorado” con un sueldo que, cumpliendo los variables, puede llegar a ser de 160.000€.