Hoy traemos el Ford T, uno de los pioneros en la cadena de montaje que demostró la célebre frase de “nada es particularmente difícil si se lo divide en pequeñas tareas”.
Hace unas semanas hablábamos del superventas en España en el año 2023. Aprovechando que las puertas del Museo de Automoción e Historia ya están abiertas al público, traemos a esta sección al que fue el superventas mundial en los años 20.
Como alguno de nuestros lectores ya habrá deducido, estamos hablando de uno de los pioneros en la cadena de montaje: el Ford T.
Pero efectivamente, al contrario de lo que también algunos de nuestros lectores creían, El Ford T no es el primero en ser construido mediante este sistema, ni Henry Ford su inventor, sino Ransom Eli Olds, quien había patentado este sistema en 1901, lo que le permitiría sextuplicar la producción de Oldsmobile en un solo año. También resulta muy importante la aportación de Henry Leland con su estandarización de componentes para los Cadillac.
Ransom Eli Olds patentó el sistema para sextuplicar la producción de vehículos
Lo relevante en este caso es que Henry Ford, o más bien su equipo de cuatro directivos llamados Charles E. Sorensen, Clarence Avery, Ed Martin y Walter Flanders, adapta todas estas cuestiones para conseguir una optimización hasta entonces nunca vista, aplicando una de tantas frases atribuidas a Ford: Nada es particularmente difícil si se lo divide en pequeñas tareas.
Y esto es precisamente lo que se hizo en la Ford Motor Company debido, entre otros factores, a que empleaba mano de obra no cualificada, compuesta por granjeros que habían acudido a la ciudad en busca de fortuna. La clave del sistema estaba en subdividir las tareas hasta la mínima expresión y llevar los componentes hasta los trabajadores, en vez de esperar a que cada trabajador se desplazase hasta el vehículo que estaba fabricando. De esta forma, esos obreros apenas necesitaban formación y Ford pudo reducir costes que se repercutieron en los precios, lo cual hizo aumentar las ventas. Aun así, un año después de instaurar el trabajo en cadena, Ford duplicó el sueldo a sus empleados. Las razones para hacerlo son de carácter moral, pero también económico, ya que, al disponer de un mejor sueldo, los trabajadores pueden erigirse en consumidores de sus propios productos.
La realización del trabajo en cadena hizo que el tiempo de producción de cada unidad pasase de las 12 horas que llevaba en un principio a 6 horas y más tarde a 3, llegando en poco tiempo a los 93 minutos.
El Ford T salió a la venta en 1908 con un precio de 825 dólares. Durante los años de producción de este modelo, el precio no dejó de ajustarse hasta llegar a los 260 dólares en la versión más básica. Esto supuso la venta de 15 millones de unidades, hasta que dejó de fabricarse en 1927. Y también hizo que en 1921 el modelo T de la Ford Motor Company aglutinara del 57 % de la producción mundial de automóviles, que llegaron a montarse, no sólo en Norteamérica, sino en otros muchos países, incluida España desde 1920.
El carácter pionero de Henry Ford y estas cifras, también le llevó a exclamar: Si hubiera preguntado a la gente qué querían, me habrían dicho: Caballos más rápidos.
Pero Ford no sólo fue pionero con el modelo de fabricación, sino también en el de comercialización, ya que fue el primero en instaurar un sistema de franquicias distribuidas por todo EE.UU.
Muchas otras curiosidades de este modelo, del propio Henry Ford y de su marca se pueden descubrir en el Museo de Automoción e Historia, cuya visita no sólo nos permitirá disfrutar de este vehículo en persona, sino de otros muchos con otras tantas curiosidades en su haber.