Después del linchamiento, el Gobierno admite que los supermercados no son los responsables de la subida de los alimentos.
Aunque a muchos se les haya olvidado, hace unos meses el actual Gobierno manifestó que los supermercados eran los responsables de la subida de los precios de los alimentos y que se lucraban del sufrimiento de las familias. Estas manifestaciones de la sección menos moderada del Gobierno; milimétricamente calculadas para formar una cortina de humo ante su iletrado electorado, tuvieron como foco de las críticas a Juan Roig, máximo accionista de Mercadona.
De esta manera a las familias con un bajo perfil tanto de ingresos como de educación financiera, se les daba una excusa simple que servía a un propósito múltiple: en primer lugar, alejar del Gobierno toda responsabilidad sobre la inflación en la cesta de la compra y, en segundo lugar, azuzar al tradicional electorado de éste ala del Gobierno hacia el enemigo tradicional: el empresario. El empresario, ese ser que gana dinero por haber asumido riesgos; por lo tanto, si gana dinero es insolidario y se beneficia de las pobres familias que no llegan a fin de mes.
A raíz de toda esta polémica y ya en las estribaciones de la campaña electoral, allá por finales del mes de abril, la sala de máquinas intelectual de Podemos acuñó una nueva idea para solucionar el problema de la inflación en la cesta de los alimentos: un supermercado público (no han dilucidado todavía si se necesitará cita previa para comprar). El caso, que verificando los perfiles de los principales intelectuales de este partido político no se puede probar ningún tipo de experiencia en el sector logístico alimentario, ni en general, ninguna experiencia en el sector privado. Tan solo se salva la actual ministra de igualdad, Irene Montero, que entre 2010 y 2011 ejerció tareas de contabilidad en la empresa Saturn de electrodomésticos.
Pues bien, después de toda esta parafernalia, el ala moderada del Gobierno presenta en su Programa de Estabilidad 2023-2026 publicado a finales del mes de abril, enunciando que los costes importados explicaron cerca de un 95% del incremento de los precios en las materias primas. Y los más gracioso viene ahora “por lo tanto, la evolución de los componentes domésticos de los precios -márgenes y salarios de la cadena alimentaria- no está en el origen de este tensionamiento de los precios”. No existe constancia de ninguna disculpa oficial por parte del ala menos moderada del Gobierno. No existe espíritu crítico entre los electores de un partido político que son el hazmerreír de sus líderes.
Pero sigamos que hay más. En el mismo informe se publica que los márgenes de la cadena alimentaria han tenido una contribución negativa haciendo que los alimentos, en lugar de subir, bajen. Dicho de otra manera, los supermercados han tenido que reducir sus márgenes para seguir vendiendo los productos. Por lo que este sector I) está asumiendo más riesgos, II) está obteniendo menos recompensa, III) está recibiendo odio infundado y IV) se les acusa de algo que no han hecho. Y luego quieren que haya empresarios en España.
Siguiendo con el informe del Programa de Estabilidad 2023-2026, se destaca que “la reducción del IVA de los alimentos se ha trasladado de forma íntegra tras
menos de un trimestre en vigor y alivia las tensiones inflacionistas”. Por lo tanto, se observa quién es realmente el responsable de acentuar o mitigar la inflación: el Gobierno. Recordemos que en nuestro país vecino, el también socialista Gobierno de Portugal, ha eliminado el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de una cesta básica de alimentos y ha reducido el IVA en los frescos. Sin inventar nada nuevo, tan solo copiando medidas, el actual Gobierno de España puede mitigar el efecto de la actual inflación.
¿Cuál es el problema de segundo orden que aparecería? O, dicho de otra manera, ¿por qué en España no se reduce más el IVA de los alimentos? Pues porque el IVA es un ingreso fiscal y ante un año de elecciones, tanto municipales como generales, no se puede reducir el gasto público. Si se reduce el gasto público hay mucho voto clientelar que puede replantearse su elección y eso, no interesa.
Para concluir, recordemos las palabras de la actual ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. La misma que en un acto de su partido político en Zaragoza el pasado 21 de enero afirmó “es indecente compañeros y compañera que las grandes empresas de distribución en España, como Mercadona o Carrefour, se estén haciendo de oro a costa de la crisis económica derivada de la Guerra de Ucrania. Es indecente que el señor Juan Roig se esté llenando los bolsillos siendo un capitalista despiadado. Y hay que decirlo claro, son capitalistas despiadados”. Colofón con aplausos de la audiencia.
Esto no va de ser de derechas o de izquierdas, se trata de tener algo de criterio.