Puede estar próximo el fin de la neutralidad mantenida desde el siglo XVI por razones económicas.

La reciente recomendación del Ministerio de Defensa suizo de abandonar el estatus de neutralidad internacional que ha mantenido el país desde el siglo XVI, tras la batalla de Marignano, supone un indicio más de la situación tan comprometida que atraviesa el sistema internacional en materia de seguridad y defensa.

La carrera armamentística del siglo XXI continúa acrecentándose, fruto de las aspiraciones de expansión de influencias por parte de Estados Unidos y China. La consolidación de nuevos sistemas de alianzas por parte de ambas superpotencias representa un aspecto clave para asegurar el statu quo y mantener las sucesivas escaladas de tensiones.

China y USA siguen tensionando el panorama internacional y eso afecta a las decisiones de los países en materia de seguridad y defensa

Pese al breve período de multipolaridad experimentado tras el fin de la Guerra Fría, a partir de 2001 con los atentados del 11 de septiembre, que rompieron con la figura consolidada de Estados Unidos como actor invencible, y tras el fin de la crisis financiera de 2008, volvemos a encontrarnos sumidos en un sistema internacional bipolar dividido entre las áreas de influencia estadounidense y china (y en un 2º plano también la rusa, alineada, en general, con los intereses chinos).

En este sentido, la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 ha obligado a Europa a reorganizar sus alianzas políticas y militares y sistemas de defensa, con el fin de conseguir una mayor eficacia en el caso de producirse una expansión del conflicto por el continente, poniendo el foco en la Unión Europea y sus aliados occidentales, la OTAN.

Ahora bien, pese a que la seguridad europea y la necesidad de desarrollar una política defensa común con la UE y la OTAN, el cambio de la estrategia de defensa y de política exterior por parte de Suiza, presenta un aspecto clave: el factor económico es el principal motivo de la pretensión suiza de abandonar la neutralidad internacional.

Foto. El factor económico es la principal razón que maneja Suiza para abandonar la neutralidad

Suiza es de uno de los mayores fabricantes y comerciantes de armas del mundo, por lo que la venta de todo tipo de material militar -armas, munición, maquinaria, vehículos, etc.- supone una de las principales fuentes de ingresos para el país. No obstante, la Ley suiza de exportación de armas prohíbe la venta de estas a países en conflicto; al igual que la política de neutralidad prohíbe su reexportación por terceros países.

El pasado año, las exportaciones de armamento suizo disminuyeron casi un 30%, a causa de la implicación de sus socios occidentales en la guerra de Ucrania, lo que ha situado a la industria armamentística suiza en una posición comprometida sin precedentes. 

La industria armamentística suiza ha visto cómo disminuía las exportaciones en casi un 30%, debido a la participación de los países occidentales en el conflicto entre Ucrania y Rusia

Debido a la expansión de la influencia rusa hacia occidente, el estado helvético se encuentra ante un panorama internacional de seguridad que le sugiere, de una parte, cambiar su política exterior para no perder el incremento de sus ingresos por exportaciones de armas y equipo militar, y de otra, construir un sistema de defensa conjunto con la UE y la OTAN, ya que hay que recordar que ya colabora con la OTAN. 

El objetivo final de este cambio radical de política exterior sería situarse en un sistema de alianzas capacitado para una defensa global, que no ponga en peligro su constante crecimiento económico a expensas del estallido de un futuro conflicto armado internacional, el cual, atendiendo a los parámetros del realismo político y su anarquía internacional, podría producirse en cualquier momento.

¿Renunciará Suiza a su neutralidad?

¿Sería positivo para Europa y para el resto del mundo y para el país helvético?