Los aficionados del club naranja lo tenemos claro. El Básquet Coruña tiene un lastre con el ayuntamiento. Ya lo tenía cuando jugábamos en LEB Oro y sufríamos la disputa de partidos en la peor cancha de España, como aseguró su entrenador Epi. Un auténtico congelador en invierno donde los jugadores se exponían a riesgo de lesiones y donde, por no tener, ni teníamos una cafetería para tomar un refresco y un bocadillo y, para rematar, ciudades como Burgos o Lugo apoyaban económicamente a sus equipos el doble o el triple de lo que lo hacía aquí el gobierno municipal. A pesar de todas las dificultades y de los rácanos apoyos de ayuntamiento y diputación, se logró lo imposible y hoy estamos en ACB tras 56 años de espera.
Estar en la máxima categoría del baloncesto español no ha hecho más que poner en evidencia las costuras de los gobernantes municipales. La concejalía de Deportes es un desastre y la alcaldesa solo está para las fotos cuando asciende el equipo, como si ella tuviese algún tipo de mérito en esa hazaña.
Lo que está claro es que los aficionados estamos con el club y así lo hemos demostrado con la avalancha de abonos para ver los partidos en el Coliseum y esperábamos que el ayuntamiento se volcase para, entre todos, lograr el milagro de la permanencia en ACB.
Pero no, una vez más, la alcaldesa y su gente no está a la altura de un club profesional de la ciudad. Primero se hicieron los remolones para firmar el convenio que posibilitaba usar el Coliseum como cancha de juego y lo hicieron a regañadientes poniendo como condición que se desmontase la pista cada vez que hay un concierto. Es decir, el 60% de los entrenamientos los tendrán que hacer en el “congelador” del Palacio fe los Deportes de Riazor y no en la cancha donde tienen que jugar. Por cierto, hace unos días ni el Básquet Coruña, ni el Liceo de hockey pudieron ni siquiera entrenar en el Palacio de los Deportes por los problemas de condensación que padece la vetusta instalación deportiva.
A esto hay que añadir que todavía no está instalada la cancha en el Coliseum y quedarán pocos días para que los jugadores se aclimaten a la cancha de juego, antes del primer partido contra el poderoso Real Madrid, el 29 de septiembre.
Tal es el nivel de desinterés que el ayuntamiento ni siquiera acepta ceder una sala para que el Básquet Coruña puede montar un gimnasio en el Coliseum, un requisito básico para un club profesional de ACB.
Todo un rosario de disparates que complican la vida a un club que solo debería de estar preocupado en sobrevivir deportivamente en su primera temporada en ACB.
Para poner la guinda en este desastroso pastel, un asesor de la corte de Inés Rey, un tal Rodri Suarez, no se le ocurre otra cosa que insultar en la red X al club, a la directiva y a su afición llamándoles “pijos y neoliberales”.
Teníamos una pequeña esperanza de que el ayuntamiento arrimase el hombro para que los aficionados al baloncesto pudiésemos seguir soñando para disfrutar de un equipo en ACB. Ya vemos que no. Lo tendremos que conseguir sin apoyo. Tomamos nota.
El padre de Leymita (A Coruña)