Retomamos la segunda parte de la guía de viaje a Egipto. Recordamos que los paquetes turísticos que se suelen vender para el país son los mismos, lo único que cambia es el orden, pero suelen seguir la misma estructura: El Cairo-crucero por el Nilo-Asuán. Lo que suele cambiar es que el inicio sea en El Cairo para hacer la visita en la ciudad y luego el crucero o empezar en Luxor para iniciar primero el crucero y luego terminar en el Cairo. En nuestro caso particular empezamos por el Cairo y al cuarto día comenzamos con el crucero. Aquí es donde continuamos nuestra guía de viaje, a bordo del barco Rey Toth.

DÍA 5: KARNAK, COLOSOS DE MEMNON, LUXOR Y TEMPLO DE LA REINA HATSHEPSUT

Después del susto inicial de haber pensado que nuestro barco era un esqueleto antiguo que se caía a trozos, llegamos en la noche del día 4 al crucero sobre las 11 de la noche. El guía nos recibe en el barco y nos informa amablemente que hay que levantarse a las 5 de la mañana para salir a las 6 hacia el templo de Karnak. Cuando vas hacia el sur de Egipto, hay que madrugar e ir temprano puesto a mediodía hay temperaturas cercanas a 45 grados en verano, con una sensación térmica incluso superior. Nos consideramos afortunados pues el grupo con el que compartiríamos la travesía, que llegaba de Madrid esa noche, tuvo un retraso en el vuelo y llegó a las 3 de la mañana; teniéndose que despertar dos horas más tarde.

Al día siguiente en el desayuno, no me sentía muy católico intestinalmente hablando; no le di mayor importancia y comenzamos la excursión. En primer lugar, fuimos al templo de Karnak, uno de los recintos religiosos más grandes del mundo y francamente muy bien conservado. El templo tiene una sala de columnas impresionante, contiene cerca de 120 columnas de piedra de cerca de 25 metros de altura. Así como una serie de gigantescos obeliscos. El guía nos explicó cómo creen que se construyeron todos esos monumentos: con métodos rudimentarios y fe; una respuesta francamente decepcionante.

A continuación, fuimos al templo de Luxor. El templo de Luxor y el templo de Karnak se comunican por una avenida de 3km flanqueada por esfinges a ambos lados que ha sido excavada en su totalidad recientemente, teniendo que derruir construcciones erigidas en su vertical. El templo de Luxor llama la atención porque tiene una mezquita “suspendida” que muestra el antiguo nivel del suelo cuando el templo estaba enterrado. Parece que la puerta de acceso de la mezquita está a unos 7 metros de altura utilizando como pilares las columnas del templo. Eran ya cerca de las 8 de la mañana y el calor comenzaba a apretar; mi intestino también.

Después de Luxor cruzamos el río Nilo en una barca para coger el autobús y dirigirnos a los colosos de Memnon: dos estatuas gigantes bastante erosionadas de cerca de unos 15 metros de altura. No recuerdo la explicación del guía sobre los colosos, yo ya estaba intentando sobrevivir a mi intestino y a un cuadro que se parecía a un golpe de calor. Seguidamente del sube-baja del autobús para hacer las correspondientes fotos a los colosos; el guía nos llevó a otra parada no contemplada en el itinerario: un taller de piedra. Allí los turistas podíamos comprar artesanía local a precios europeos. A consecuencia de esas transacciones, el guía se llevaría su porcentaje de beneficio por haber llevado un autobús lleno de compradores a la tienda.

Por último, fuimos al templo de la reina Hatshepsut. En una lucha por la supervivencia me bajé del autobús para disfrutar de la brisa ardiente del desierto a 47 grados de temperatura y unos 50 grados de sensación térmica. El templo es espectacular y tiene su mérito subir una rampa de unos doscientos metros a través de las dos terrazas que presenta. En ese momento todos los participantes de la excursión estábamos deseando acabar debido a una palpable falta de aclimatación al entorno. Nuestra agencia puso de su parte para el correcto aclimatamiento gracias a proveernos un autobús sin aire acondicionado.

Llegamos al barco y éste rápidamente soltó amarras hacia nuestro siguiente destino. Por mi parte, disfruté de las siguientes 12 horas en el camarote viajando de la cama al baño y con mi amigo inseparable el Fortasec (imprescindible en este tipo de viajes). Tan solo subí a la cubierta cuando pasamos la esclusa de Esna, construida para que los barcos pudieran solventar un desnivel en el río debido a una antigua cascada. Con un cuadro de golpe de calor unido a incontinencia intestinal, procedí a volver al cuarto hasta el día siguiente.

DÍA 6: TEMPLO DE EDFÚ Y TEMPLO DE KOMOMBO

El día siguiente fue más suave, pero había que levantarse igual a las 6 de la mañana. Fuimos al templo de Edfú mediante unos carruajes tirados por caballos que nos fueron a buscar al barco, la verdad algo totalmente prescindible dado el estado famélico de los equinos. El templo merece la pena pues se encuentra en un estado de conservación muy interesante. Seguidamente vuelta al barco y éste soltaba amarras hacia el siguiente destino, por lo que aprovechamos para subir a la cubierta y disfrutar del crucero por el Nilo, eso sí, con mucho calor en las horas centrales del día

Sobre las 4 llegamos al templo de Komombo. Uno de mis favoritos del viaje por la combinación de muchas particularidades. En primer lugar, se muestran herramientas médicas utilizadas hace más de más de 2000 años (bisturí, fórceps, sierra…). También nos mostraron un Nilómetro que funcionaba tanto para medir las crecidas como para atrapar cocodrilos. También el templo tenía un cementerio para cocodrilos momificados destinados al Dios Sobek. Después de la visita, sorteamos a la gente local que te intentaba estafar y volvimos al barco para descansar de cara a lo que nos esperaba al día siguiente.

DÍA 7: ABÚ SIMBEL, POBLADO NUBIO Y ASUÁN

Este día nos levantamos a las 2 de la mañana para coger un autobús que nos llevaría 3 horas al sur hasta cerca de la frontera con Sudán, donde se encontraba el templo de Abu Simbel. Tan solo esta excursión nos costó 120€ por cabeza, que incluía 6 horas de autobús o 600km de trayecto y los 12€ de entrada al recinto. Francamente nos pareció una estafa, puesto que por 20-40€ se puede hacer la excursión con guías locales y sabes que ese dinero se va a repartir convenientemente.

Aún así el templo es muy recomendable, y hay que tener en cuenta que no es el original, sino que fue movido desde su emplazamiento original que actualmente está sumergido por el lago Nasser al construir la gran presa de Asuán. Después 3 horas de vuelta a Asuán, donde la mayor sorpresa fue ver campos de cultivo en medio del desierto; en un proyecto que está realizando el gobierno Egipto para que la población no esté tan concentrada en los márgenes y el delta del Nilo.

Una vez llegamos al barco, comimos y remontamos el Nilo en una lancha para visitar el poblado Nubio. Una visita altamente prescindible pero que nos gustó por el hecho de contratarla aparte del grupo, lo que nos dio una mayor tranquilidad en los tiempos, así como salirnos por un tercio del precio que la agencia nos solicitaba.

Este día volvimos al crucero para dormir la última noche ya que al día siguiente teníamos que tomar un vuelo para seguir con la parte destinada al “relax” dentro de las vacaciones.

Egipto, guía de viaje (I parte).