Seguimos esta pequeña ruta por Polonia con la última ciudad que pude visitar del país durante el pasado fin de semana, la maravillosa Wroclaw. O Breslavia, si os resulta más fácil pronunciar el nombre alemán.
La tercera ciudad más grande del país es llamada por muchos como la “Venecia polaca”, ya que Wroclaw es la quinta ciudad de Europa con más puentes (120), tiene 13 islas y allí se encuentra el foso más largo de todo el viejo continente. Pese a que esa denominación me parezca bastante exagerada, destaca la belleza y encanto de la ciudad. La verdad es que Wroclaw me ha sorprendido muchísimo y se ha convertido en una de mis ciudades favoritas que he visitado durante mi Erasmus.
¿Cómo llegar?
La ciudad se encuentra a 3 horas en coche de Cracovia y casi 4 horas desde Varsovia, por lo que no es un destino cómodo para viajar desde los destinos más populares del país. Wroclaw está a 2 horas y 40 minutos de Czestochowa y a 2 horas y 20 minutos de Łódź. La conexión con las cuatro ciudades es económica y constante durante todo el día, tanto trenes como autobuses.
El mejor punto de la República Checa para viajar a la ciudad es Praga, tanto por las buenas conexiones como por la distancia de trayecto (3 horas y 40 minutos). Desde Alemania hay varios puntos desde donde podréis hacer una escapada: Berlín (4 horas), Lepizig (4 horas y cuarto) o Dresden (3 horas)
¿Qué ver?
- 1. Rynek
La Plaza del Mercado (Rynek) es el centro cultural y social de la ciudad, siempre lleno de gente tanto de día como de noche. Es sin duda una de las plazas más bonitas de Europa, para mi incluso más que la de Cracovia.
El edifico más importante de esta plaza del antiguo mercado medieval es el Stary Ratusz (el antiguo ayuntamiento), un espectacular edifico gótico que en la actualidad alberga el Museo Municipal de Wroclaw. En total, 60 coloridas casas rodean los 213 metros de largo y 178 metros de ancho de la segunda plaza más grande del país. Algunas de las casas más famosas son la “Casa bajo el Sol Azul” y la “Casa bajo los Grifos”.
Por toda la plaza os topareis con los personajes estrella de la ciudad, los gnomos. En total hay más de 400 estatuas, de entre 20 y 30 centímetros, de estos simpáticos personajes repartidas por todo Wroclaw. Simbolizan la oposición del pueblo al régimen comunista que tuvo sometido el país hasta 1989. La propaganda anticomunista pintada por las calles era tapada por las autoridades, por lo que los locales dibujaban gnomos encima de las coberturas para así indicar que habían tapado propaganda contra el régimen.
El motivo de por qué un gnomo sigue siendo un misterio, pero en 2005 comenzaron a aparecer estatuas de estos personajes fantásticos y se convirtieron en el icono de la ciudad. Si queréis encontrar todos los de la ciudad, en las oficinas de información turística os darán mapas con la localización de todos ellos.
- 2. Ostrów Tumski
Esta isla, situada a unos 10 minutos andando del centro, es la zona más antigua de Wroclaw, allí se irguió la primera población que habitó la ciudad allá por el siglo IX.
En Ostrów Tumski se encuentra la Catedral de San Juan Baptista y algunas de las iglesias más importantes de la ciudad, como la Iglesia de San Gil, la más antigua de Wroclaw. Se conoce popularmente como el pequeño Vaticano por el gran número de iglesias que hay en un espacio tan reducido, cuatro en total. Tendréis que cruzar el puente Tumski, “el puente de los candados”, para llegar a la isla.
- 3. El Palacio Real
Este palacio de estilo barroco es en la actualidad otra sede del Museo de la Ciudad de Wroclaw, su entrada es gratuita y recomiendo su visita si contáis con tiempo suficiente. La antigua residencia del rey de Prusia es una preciosidad, tanto por fuera como en su interior.
Wroclaw perteneció a Prusia desde 1871 hasta 1918 con el fin de la Primera Guerra Mundial. Posteriormente se integraría a la República de Weimar y al III Reich. Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad quedó arrasada y un 30% de la población murió durante el conflicto.
- 4. La Universidad de Wroclaw
Wroclaw es una ciudad ideal como destino Erasmus. Es barata, la fiesta es increíble y su universidad es una de las mejores del país. De los 600.000 habitantes de la ciudad, casi 150.000 son estudiantes.
La visita al Museo de la Universidad de Wroclaw es una parada obligatoria. El tour incluye la visita a la impresionante Aula Leopoldina, el Oratorium Marianum y la Torre Matemática. La entrada a todas las salas tiene un precio de 14 zloty (unos 2,30€).
Como dato para demostrar el prestigio de la Universidad de Wroclaw, hasta 9 ganadores del Premio Nobel han salido de esta universidad: Theodor Mommsen (Literatura), Philipp Lenard (Física), Eduard Buchner (Química), Paul Ehrlich (Medicina), Fritz Haber (Química), Erwin Schrödinger (Física), Otto Stern (Física) y Max Born (Física).
¿Dónde comer?
Tal como destaqué en todos los artículos sobre Polonia hasta la fecha, los mejores bares donde degustar platos tradicionales a un precio imbatible son los milk bars. Para que os hagáis a la idea, por unos 6 euros comeréis un plato de sopa, un plato principal y uno a compartir. Muchos se han modernizado en las últimas décadas y puedes hacer los pedidos desde pantallas táctiles, pero otros mantienen su esencia con los carteles manuales, sin traducción al inglés. Ambos son de 10.
Los milk bars que os recomiendo son el Bar karmazyn, Mewa, Rozowa Krowa y Jacek i agatka. Todos ellos situados en el centro y a poca distancia de Rynek. Para el postre os recomiendo comer una pretzel dulce o uno de los famosos bollos polacos de cualquiera de los puestos que os encontréis por el centro, cualquiera será un acierto.
Hasta aquí el viaje de hoy, espero que os haya resultado interesante y que os sea de utilidad en una futura visita a esta maravillosa ciudad de Wroclaw. Como dije en el artículo anterior, Polonia te sorprende y enamora cuantas más veces la visitas, afirmación que se ha vuelto a cumplir.
La ciudad tiene lo mejor de Varsovia y Cracovia, la combinación de modernidad, tradición, cultura y ambiente. Nos vemos en el próximo artículo con una visita a una de las ciudades más bonitas de Alemania, Dresden. ¡Hasta la próxima!