Una de los lugares que más ganas tenía de visitar este año era Viena, ya que es una de las ciudades que más me han recomendado y de las más accesibles para viajar desde Brno. La capital de Austria es una de las grandes capitales turísticas de Europa, así como uno de los lugares referencia de la música y la cultura del viejo continente. Su elegancia, historia y belleza la convierten en un destino obligatorio de visitar. Como en capítulos anteriores, haré una breve explicación sobre la manera más accesible de llegar a la ciudad desde República Checa, una lista los monumentos que no puedes perderte y una serie de recomendaciones de sitios donde poder comer comida tradicional a un buen precio.
¿Como llegar a Viena?
Brno es posiblemente la ciudad mejor conectada con Viena debido a su proximidad, ya que la distancia que separa a la ciudad checa de la capital austriaca es de tan solo 127 km. El trayecto en autobús, tren y coche es prácticamente el mismo en cualquiera de los tres medios de transporte, aproximadamente 1 hora y 45 minutos. En cuanto al precio, el tren es un poco más económico que el bus, ya que un billete de ida cuesta en torno a 5 y a 12 € respectivamente. Como indiqué en otros artículos, las mejores compañías para desplazarse desde República Checa son Regio Jet para trenes y FlixBus para autobuses.
¿Qué ver?
Una ciudad como Viena es imposible de visitar al completo en un solo día, por lo que recomendaría pasar allí 2 o 3 días para poder disfrutarla al máximo. Para hacer viajes cortos bien aprovechados hay que tener muy claro que lugares hay que visitar, por lo que esta guía te va a ser de gran utilidad para lograr ese objetivo. Para poder ver todas las atracciones os recomiendo comprar el Vienna Pass, ya que esta tarjeta incluye el acceso a más de 60 atracciones a un precio de 59€, 89€ o 119€ por un pase de 1, 2 o 3 días respectivamente. Esta tarjeta también te permite obtener descuentos especiales, saltarse las colas de los monumentos y poder subirse a los buses turísticos Hop-On Hop-Off. En la siguiente lista, os mostraré cuales son los lugares imprescindibles si viajas a Viena.
1. La Ópera de Viena
Considerada como una de las óperas más importantes del mundo (por no decir la más), este es el monumento más representativo de la ciudad. Nombrada como Ópera de la Corte de Viena hasta el año 1920, la posterior Ópera Estatal fue inaugurada con Don Giovanni de Mozart en el año 1869. La Segunda Guerra Mundial afectó gravemente a su infraestructura por las bombas que los aliados tiraron en la ciudad y el incendio que sufrió el 12 de marzo de 1945. Algunas partes del edificio, como las escaleras principales o los frescos de Moritz von Schwind, pudieron salvarse. La reconstrucción tuvo lugar una vez finalizada la guerra, esta fue reinaugurada el 5 de noviembre de 1955 con Fidelio de Beethoven bajo la dirección de Karl Böhm. Si deseas asistir a una ópera, dependiendo de la temporada turística en la que visitas la ciudad, puedes encontrar entradas a precios tan asequibles como 15€.

Imagen de la fachada de la Ópera
2. Los palacios de la ciudad
Los tres palacios más impresionantes de Viena son Hofburg, Schönbrunn y Belvedere.
Hofburg
Situado en el casco histórico, el Palacio Hofburg fue la residencia real de los Habsburgo por más de 600 años, pero en la actualidad, el recinto es la residencia oficial del presidente de Austria, actualmente, el Señor Alexander Van der Bellen. El palacio también alberga museos e importantes estancias, por ejemplo, el Museo de Sisi, los antiguos aposentos imperiales o la Escuela Española de Equitación. Justo detrás del palacio está el Burggarten, un parque perfecto para descansar bajo la sombra mientras admiras la arquitectura del Hofburg. El parque está lleno de fuentes y estatuas, incluida la de Mozart.

El Palacio Hofburg
Schönbrunn
El Palacio Schönbrunn es la mayor atracción turística de la ciudad. En 2022 el recinto fue visitado por 2.3 millones de turistas. Este impresionante palacio barroco era la residencia de verano de los Habsburgo y es popularmente conocido como el Versalles vienés. Su decoración interior es uno de los pocos ejemplos existentes del rococó austríaco. Entre sus estancias más destacadas, se encuentra la Gran Galería, el Salón Chino Circular y el Salón Chino Azul. Sus impresionantes jardines cuentan con un laberinto de 1.715 m2 y un Zoológico, el más antiguo del mundo y el mejor de Europa, por lo que pueden realizarse otras actividades junto a la visita del palacio. Las vistas desde lo alto de los jardines son impresionantes, sin duda merece la pena visitarlo para obtener una vista panorámica de la ciudad. El palacio está bastante alejado del centro, por lo que es necesario utilizar el transporte público. En metro se tarda 15 minutos desde el centro y el ticket cuesta 2.40€ por trayecto.

Foto de la fachada frontal del palacio
Beldevere
La antigua residencia de verano del Príncipe Eugenio de Saboya es un complejo formado por dos palacios barrocos unidos por un jardín de estilo francés. Las edificaciones más destacadas del complejo son los edificios del Alto y el Bajo Belvedere. El alto es el edifico principal y su estancia más conocida es el Salón de Mármol. En cuanto al bajo Belvedere, sus salas más destacadas son el Salón de los Espejos y la Galería de Mármol. En la actualidad, los palacios albergan el museo de Arte Barroco austríaco, la Galería de arte austríaca y el Museo de Arte Medieval austríaco. Si llegas a Viena en tren, recomendaría ir directamente a visitar el palacio, ya que este se encuentra a 10 minutos andando desde la estación.
3. El Parlamento y el Ayuntamiento de Viena
Este edificio neoclásico de finales del S.XIX es uno de los edificios insignia del proyecto de renovación de Ringstrasse, la gran avenida que rodea el centro de la ciudad y en la que se encuentran varios de los edificios más importantes. Muy cerca de este edificio se encuentra el ayuntamiento de la ciudad, un edificio neogótico construido por Friedrich von Schmidt a finales del S.XIX. La torre más alta del edificio mide 97,9 metros y en su punto más alto se encuentra la estatua del hombre de hierro, uno de los símbolos de la capital austriaca. El ayuntamiento también alberga la biblioteca regional y nacional. Desde el mes de noviembre, la ciudad se prepara para las festividades navideñas y el ayuntamiento es el epicentro de la celebración. El mercadillo navideño y la pista de hielo se instalan a los pies del edificio, lo que le aporta una magia extra al entorno.

El Ayuntamiento iluminado en inivierno
4. La Catedral de San Esteban
Situada en el centro de la ciudad, esta iglesia es la sede de la archidiócesis en Viena. La construcción del templo fue ordenada por Rofolfo IV de Austria sobre los cimientos de una antigua iglesia románica, de la cual aun se conservan la puerta de los gigantes y las torres de los paganos. En su interior pueden apreciarse los distintos estilos que la catedral ha vivido durante su historia, aunque el gótico es el predominante ya que este se encuentra en la nave central, las capillas laterales y el coro. En esta iglesia tuvo lugar tanto la boda como el funeral de Mozart y en ella descansan los restos de la familia Habsburgo y el Emperador Federico III. La catedral se encuentra al final de la calle Graben, la calle comercial más importante de la ciudad y donde se alza la famosa estatua de la peste que recuerda la epidemia de peste que sufrió la ciudad en 1679. Sin duda, lo más característico de San Esteban es su impresionante tejado.

Imagen de San Esteban
5. La Iglesia de San Carlos Borromeo
Esta iglesia barroca es una de las más importantes de Viena y fue la última construcción del famoso Johann Bernhard Fischer von Erlach, quien falleció durante la construcción de esta obra en 1723. Su hijo Joseph Emanuel, Fischer von Erlach, fue quién continua a cargo de la obra. La iglesia se construyó a raíz de la promesa realizada por el emperador Carlos VI de que una vez la ciudad lograse superar la epidemia de la peste negra, se construiría una iglesia en honor a San Carlos Borromeo, patrono de la lucha contra la peste y antiguo arzobispo de Milán. La entrada es de 8€ para adultos y 4€ para estudiantes.

Fachada de la Iglesia de San Carlos Borromeo
6. Hundertwasserhaus
Después de toda la clase y elegancia que derrochan los monumentos y palacios de la capital austríaca, se agradece cambiar un poco de aires. Hundertwasserhaus es el edificio perfecto para visitar algo distinto y único, que además sirve como escenario perfecto para tu siguiente foto de Instagram. Construido en 1985 por el artista austríaco Friedensreich Hundertwasser, este es un complejo residencial en el que la naturaleza forma parte de la estructura. En el edificio se plantaron sobre 250 árboles y arbustos que forman un parque en el tejado del edificio. Hundertwasserhaus es sin duda uno de los lugares más fotografiados de toda la ciudad, merece la pena visitarlo.

Imagen de la fachada de la Hundertwasserhaus
7. Wurstelprater
Si vas varios días a Viena, una de las actividades que podrías hacer es ir al parque de atracciones de la ciudad, el Wurstelprater. Inaugurado en 1766, Prater es el segundo parque de atracciones más antiguo del mundo, solo por detrás del Bakken en Dinamarca. Esta es una excursión perfecta si se viaja con niños o con un grupo de amigos y que muestra el lado más familiar de la ciudad. La entrada al parque es gratuita, solo se paga la entrada de las atracciones a las que te quieres montar. La atracción más famosa es la noria, pero también cuenta con varias montañas rusas y coches de choque. Entre el 15 de mayo y el 31 de octubre, el parque abre de 10:00 a 01:00, pero hay algunas atracciones que están abiertas todo el año.

Imagen de una de las montañas rusas del parque
¿Dónde comer?
Viajar siempre abre el apetito, especialmente después de visitar todos los lugares de este artículo, por lo que es necesario saber en que lugares se puede comer comida tradicional apta para todos los bolsillos. El plato típico de Viena es el Wiener Shnitzel, una chuleta de cerdo empanada acompañada por una ensalada y patatas fritas. Schnitzelwirt o Gasthaus Kopp son dos locales perfectos para probar este u otros platos típicos. Si lo que buscas es algo rápido y económico, el hot dog es la opción perfecta. Hay muchos puestos de salchichas repartidas por el centro, donde te encontraras desde gente en traja hasta jóvenes universitarios haciendo colas en estos puestos.
Por último, para darle un toque dulce a la comida, que mejor manera de hacerlo que con el postre rey de Viena, la tarta Sacher. El lugar ideal para comer este famoso postre es el Café Sacher, pero id preparados para dejaros 9€ por una porción.

Foto de la Tarta Sacher
En definitiva, es imposible resumir en una lista tan pequeña todo lo que hay que ver de una ciudad como Viena, pero creo que puede ser útil para poder ver lo principal si se va con poco tiempo y hacer algún plan alternativo si se viaja con más días. Uno nunca se cansa de ir a Viena, por lo que si no has ido o ya lo has hecho, ¿a que esperas?