Un recorrido por la ciudad más grande de Polonia.

Pese a haberla visitado el pasado mes de noviembre, decidí no publicar el artículo sobre este destino porque sabía que muy pronto estaría de vuelta paseando por sus calles. Han pasado varios meses desde ese momento, pero por fin se cumplió de nuevo, ya que el pasado fin de semana pude viajar por segunda vez a una de mis ciudades favoritas de toda Europa, Varsovia. 

Con una población de 1.765.000 habitantes, la capital de Polonia es la ciudad más grande del país y la séptima más poblada de toda la Unión Europea. Tras la decisión de Segismundo III de mover la capital del Reino de Polonia y Lituania a Varsovia a finales del siglo XVI, la ciudad se convirtió hasta la actualidad en el epicentro económico y cultural del país. 

La ciudad fue ocupada el 27 de septiembre de 1939, 26 días después del inicio de la invasión de Polonia por la Alemania nazi. Allí se estableció el mayor gueto judío de Europa, sobre un 30% de los habitantes de la capital fueron forzados a habitar en esa zona. La ciudad se convirtió en el ejemplo de resistencia civil contra el régimen nazi con el alzamiento de Varsovia, cuyo objetivo era liberar la ciudad antes de que lo hiciesen las tropas soviéticas. 

La ciudad resistió 63 días y la resistencia se saldó con la muerte de más de 150.000 civiles. Pese a haber sido bombardeada desde el comienzo del conflicto, Hitler ordenó en enero de 1945 la destrucción de la ciudad y esta quedaría reducida a escombros. Un 85% por ciento de la ciudad fue destruida y un 60% de la población falleció. 

El resurgimiento de Varsovia es el reflejo de la historia de sufrimiento y superación del pueblo polaco, una ciudad vibrante, moderna y preciosa. En este artículo os contaré la mejor manera de viajar hasta la ciudad, que monumentos hay que visitar y cuáles son los mejores lugares para degustar la gastronomía polaca. ¡Comenzamos!

¿Cómo llegar?

Varsovia está muy bien comunicada con España; hay vuelos directos desde casi todos los principales aeropuertos de nuestro país durante todo el año. El precio del billete se sitúa entre los 30 y los 60 euros por trayecto.

La ciudad está a tan solo 1 hora y 45 minutos en tren de Łódź, 3 horas de Lublin y 3 horas y media de Poznań. Para viajar por Polonia os recomiendo descargaros la apliciación de Polish Trains, que informa sobre las conexiones constantes entre las grandes ciudades del país y podréis comprar los billetes con antelación. Como siempre FlixBus es también otra buena opción, pero si queréis ahorrar tiempo y dinero me decantaría por viajar en tren.

¿Qué ver?

  • La Ciudad Vieja y Nueva

Pese a ser conocida como la “ciudad vieja”, el barrio más antiguo de Varsovia tuvo que ser reconstruido por completo tras la Segunda Guerra Mundial. La meticulosa reconstrucción de la zona, siguiendo la urbanización original, fue reconocida por la UNESCO en 1980, al incluir el casco histórico de Varsovia en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad.

En esta zona se encuentra la Columna de Segismundo, el Castillo Real (la antigua residencia de los reyes polacos desde el siglo XVI) y la Catedral de San Juan Bautista. Tras pasar por la calle Piwna, llegareis hasta la plaza más bonita de la ciudad vieja, la Plaza del Mercado, en cuyo centro se alza la famosa estatua de la Sirenita. Cuenta la leyenda que la sirenita bajó desde el Mar Báltico hasta el río Vístula para poder proteger Varsovia. El final del casco antiguo lo marca la Barbacana, una de las torres que formaban la antigua muralla que bordeaba la ciudad.

Al otro lado de la Barbacana se encuentra la Ciudad Nueva, fundada a finales del siglo XIV, y allí se encuentran varios de los monumentos más interesantes de la ciudad. Caminando por la calle Freta os topareis con la Iglesia del Espíritu Santo y el Museo de Marie Curie, la premio nobel de física y química nació en Varsovia el 7 de noviembre de 1867. Al final de la calle llegareis hasta la preciosa Plaza de la Ciudad Nueva, detrás de esta hay un pequeño mirador con una espectacular vista del Vístula y el Estadio Narodowy de fondo.

  • El Palacio de la Cultura y la Ciencia

Una de las cosas más sorprendentes es la cantidad de rascacielos que forman el skyline de la ciudad, pero si hay un edificio que destaca sobre el resto es el del Palacio de la Cultura y la Ciencia. Construido en 1955 como “un regalo de Stalin” al pueblo polaco, este descomunal edificio de 234 metros de altura alberga en la actualidad varios museos, oficinas, un salón de congresos, teatros e incluso un cine. 

Os recomiendo subir hasta lo más alto del edificio para observar Varsovia desde una perspectiva única. El acceso al mirador tiene un coste de 5,8 para adultos y 6,4 con descuento de estudiante.

  •  La Ruta Real

El camino que recorrían los antiguos reyes de Polonia es la mejor ruta perfecta para ver varios de los monumentos más importantes de la ciudad.

La plaza del Castillo Real marca el inicio de la ruta, que continua por la espectacular calle Krakowskie Przedmieście, la más importante de la ciudad. Allí se encuentra el Palacio Presidencial, la Universidad de Varsovia, la Iglesia de Santa Ana o la Iglesia de la Santa Cruz. Esta última es famosa por albergar el corazón del personaje más famoso y querido de la ciudad, el compositor Frédéric Chopin. La calle finaliza con el monumento al astrónomo y matemático polaco más famoso de la historia, Nicolás Copérnico.

El Camino Real finaliza con el barroco Palacio Wilanów, una impresionante villa construida entre 1677 y 1696 por orden de Juan III Sobieski. Algunas de las estancias más impresionantes del complejo son el Salón Blanco, el Gran Vestíbulo o la Galería Norte. Con unos 3 millones de visitantes por año, el “Versalles Polaco” es uno de los monumentos más visitados del país. El precio de la entrada es de 8€ para adultos y 6,5€ para estudiantes. El trayecto a pie es de 2 horas, por lo que os recomiendo coger el autobús 116 o 180 desde el Parque Łazienki.

Si queréis pasear tranquilamente rodeados por naturaleza Łazienki es el sitio perfecto para ello; allí podréis visitar la residencia de verano del último Rey polaco y la estatua de Chopin. Cualquier época es perfecta para ir, el parque está precioso en invierno con los árboles cubiertos de nieve y en primavera con los jardines llenos de flores. Todos los domingos desde el 14 de mayo hasta el 24 de septiembre, a las 12:00 y a las 16:00, podréis acudir a los conciertos de Chopin que se organizan en frente de su estatua.

¿Dónde comer?

Si habéis seguido el resto de los artículos sobre Polonia, ya sabéis que este país es sinónimo de milk bar, los antiguos bares comunistas donde comeréis platos tradicionales a precios imbatibles. Os recomiendo el Bar Prasowy, podréis pedir desde una pantalla por lo que el idioma no será una barrera. Las sopas y las tortitas de patata son un escándalo, no podéis iros sin probarlas. Otros de los milk bars más conocidos son los bares Familijny, Zlot Kurka y Bambino. 

Para ir a tomar algo os recomiendo pasear por la calle Nowy Świat, da igual por la hora que paséis porque siempre habrá buen ambiente. Os recomiendo el bar pijalnia wódki i piwa, una cadena de bares repartida por toda Polonia que ofrece la cerveza más barata de toda la ciudad y una variedad de chupitos increíble. 

En cuanto al dulce, no encontrareis nada más delicioso que los bollos de dobra pączkarnia, los mismos de los que os hablé en el artículo sobre Cracovia. Si os apetece ir a mover el esqueleto la discoteca que os recomiendo es Teatro Cubano.

Hasta aquí la aventura de hoy, espero que os haya resultado interesante y os anime a visitar esta preciosa ciudad. Varsovia es el principal motivo por el que estoy tan enamorado de Polonia, nunca me cansaré de visitar esta ciudad y siempre estaré deseando volver. ¿Os venís conmigo?