Moderna, cómoda y bonita, es la segunda ciudad más grande de Países Bajos.
De todas las ciudades de los Países Bajos y Bélgica que pude visitar, si tuviese que quedarme con una seguramente sería con Róterdam. Debe ser una de las paradas obligatorias en vuestro futuro viaje por los Países Bajos.
Tras ser arrasada durante la Segunda Guerra Mundial, Róterdam es el ejemplo perfecto de cómo se debe reconstruir una ciudad, después de haber sido reducida a escombros. Una ciudad que se ha reconvertido en las últimas décadas, pasando de ser a la más peligrosa de todo el país a ser una de las más modernas y vibrantes de toda Europa.
En este artículo os contaré cuál es la mejor manera de viajar hasta Rótterdam, qué monumentos no podéis perderos en vuestra visita a la ciudad y cuáles son los mejores lugares. ¡Arrancamos!
¿Cómo llegar?
La conexión entre Róterdam y nuestro país no es muy buena, ya que no hay muchas conexiones directas y las que hay son bastante caras. Hay vuelos directos a Barcelona, Málaga, Valencia y Alicante, rondan entre los 150 y los 200€. Los vuelos a Ámsterdam desde España tienen mayor frecuencia y los precios son más económicos, por lo que os recomiendo volar a la capital y desde allí desplazarse a Róterdam.
Desde Róterdam podréis viajar en tren hasta las principales ciudades del país en muy poco tiempo y a un precio económico. La Haya está a tan solo media hora en tren, Utrecht a 37 minutos, Ámsterdam a 46 minutos y Eindhoven a 1 hora. También hay líneas de FlixBus a todas horas del día conectando con Bélgica y Alemania. Aunque no viajéis en tren, no podéis iros de la ciudad sin antes haber visitado la Estación Central, ya que esta es una de las edificaciones más modernas y originales de toda la ciudad.
¿Qué ver?
Como muchos sabréis, Róterdam es mundialmente conocida por su puerto. Con 12.500 hectáreas, el Europort es el más grande del viejo continente y el tercero del mundo por detrás de Shanghái y Singapur. Considerado como la entrada comercial de Europa, el puerto genera más de 500.000 puestos de trabajos directos e indirectos, generando un valor añadido de más de 60 billones de euros, un 6% del PIB de los Países Bajos. En el 2023, este puerto gestionó más de 438,8 millones de toneladas.
Pese a su gigantesca magnitud, el puerto queda un poco alejado del centro de ciudad, y su atracción insignia son las Casas Cubo. Construidas por el arquitecto neerlandés Piet Blom en 1970, estos pisos con forma de cubículos son uno de los edificios más icónicos de los Países Bajos, así como un símbolo de Róterdam y de la arquitectura contemporánea.
Aunque parezca imposible, las casas están habitadas. Si tenéis curiosidad por saber cómo son por dentro os recomiendo visitar el museo ubicado en una de las casas. Tendréis que reservar con bastante antelación ya que la demanda es altísima.
Justo detrás de las casas cubo, se encuentra el Puerto Antiguo de Rotterdam (Oude Haven), una pequeña zona dentro del centro de la ciudad que os hará viajar atrás en el tiempo y hacernos una idea de cómo lucía el distrito marítimo antes de que Róterdam fuese arrasada durante la Segunda Guerra Mundial.
Repleta de embarcaciones históricas rehabilitadas, como el SS Rotterdam y las famosas casas flotantes, en su orilla también podréis visitar la Witte Huis o el Museo Marítimo de Rotterdam. Otra de las zonas que os harán viajar atrás en el tiempo es el puerto de Delfshaven, la única parte de la ciudad que no fue destruida por las bombas durante la guerra. Allí podréis observar a la perfección la belleza de la arquitectura neerlandesa, visitar el molino De Distilleerketel, la fábrica de cerveza de la ciudad o la Iglesia Pelgrimvaderskerk.
Las principales atracciones de la ciudad se encuentran en el céntrico distrito de Coolsingel, siendo el precioso ayuntamiento renacentista el edificio más espectacular de todos. Otro de los monumentos que no podéis perderos es la Catedral de San Lorenzo, la única iglesia medieval que aún se conserva en la ciudad, aunque fue reconstruida en 1940. En la misma plaza del templo se encuentra la estatua de su personaje más célebre, Erasmo de Róterdam, nacido el 28 de octubre de 1466. El filósofo renacentista también le da nombre al puente más importante de la ciudad y uno de los más icónicos de Europa, conocido localmente como “El Cisne”. El Erasmusbrug conecta el centro con el distrito de Fejenoord con Coolsingel. En homenaje al europeísmo de su filosofía humanista, la Red Europea para Intercambios Académicos se denomina Programa Erasmus.
La ciudad está repleta de rascacielos, pero desde el mirador del edificio Euromast, el más alto del país, se encuentra la mejor vista de todo Róterdam. La entrada tiene un precio de 12 euros y merece la pena. La ciudad también está llena de museos espectaculares, siendo el más importante de todos el Museum Bojimans van Beuningen. La gran mayoría de museos se concentran en la zona del Museumpark, por lo que os será sencillo ir de uno en otro una vez ya estéis allí.
¿Dónde comer?
Como bien sabréis tras haber leído los artículos sobre Ámsterdam, La Haya y Utrecht, la gastronomía neerlandesa no brilla por su calidad, pero eso no quita que algunos platos sean realmente deliciosos.
Toda la comida que podáis imaginar la encontrareis en el Markthal, un alucinante edificio residencial en forma de arco que alberga un mercado gastronómico abierto a todo el público. Además de los platos insignia de la gastronomía local, encontrareis puestos de comida de todos los rincones y un ambiente animadísimo. El Markthal se encuentra en pleno centro de la ciudad, en frente de las casas cubo, por lo que es el lugar perfecto donde comer en Róterdam.
Cruzando el Erasmusbrug y a escasos metros del Hotel New York se encuentra otro estupendo mercado gastronómico, el Foodhallen, mucho menos concurrido que el Markthal pero con la misma variedad gastronómica y precios más económicos.
Pues hasta aquí el artículo de hoy, espero que os haya gustado esta pequeña guía de Róterdam y os anime a visitar esta preciosa ciudad, si todavía no habéis tenido la oportunidad de hacerlo. Ponemos punto final a este espectacular viaje por Bélgica y los Países Bajos. Espero estos artículos os hayan hecho viajar a cada uno de los destinos que he podido visitar. Si todavía no habéis tenido la oportunidad de explorar esta parte de Europa y visitar estos dos países, id planeando un futuro viaje porque de verdad tenéis que visitarlo una vez en la vida. Nos vemos muy pronto en una nueva aventura por Europa, ¡Hasta la próxima!