Exploramos una de las ciudades más importantes de Polonia, uno de los epicentros económicos y culturales del país.
Con más de 500.000 habitantes, Poznań es la quinta ciudad más poblada y una de las más antiguas de Polonia, con una historia que se refleja en la arquitectura y belleza de su impresionante casco histórico.
Tras formar parte de Prusia y posteriormente del Imperio Alemán tras su unificación en 1871, la cultura alemana se fue introduciendo en Poznań y la población de origen alemán se disparó hasta el 40% en 1910. El renacimiento de la Segunda República Polaca, gracias al Tratado de Versalles, provocó una emigración masiva de la población alemana pasando de más de 65.000 a tan solo 4.000.
La ocupación nazi de Polonia entre 1939-1945 provocó que la población alemana llegase hasta los 95.000 habitantes en 1944. El 23 de febrero de 1945 tuvo lugar la famosa Batalla de Poznań, donde el ejército soviético salió victorioso, pero como consecuencia, el centro histórico quedó en ruinas. Es por ello por lo que, en la actualidad, todo lo que se ve en la ciudad vieja es una reconstrucción.
Como siempre, en esta guía os contaré la mejor manera de viajar hasta Poznań, que monumentos no podéis perderos en la ciudad y cuáles son los mejores restaurantes tradicionales para comer al mejor precio.
¿Cómo llegar?
Una de las cosas que más me gusta de la ciudad es su excelente ubicación y conexión con los principales destinos del país. Las playas del Mar Báltico y la preciosa Gdańsk están a tan solo 5 horas en tren, mi querida Varsovia está a 4 horas, Łódź a 3 horas y 45 minutos y Wroclaw a 1 hora y 45 minutos. Además, Berlín está a 3 horas en coche y 4 horas en tren.
Viajar directo desde España a Poznań puede llegar a ser un auténtico chollo, por menos de 40€ ida y vuelta. Obviamente esos precios no son los habituales durante todos los meses del año; la media es de 100-150€, siendo febrero el mes más caro de todos. Si no encontráis conexiones baratas, os recomiendo buscar vuelos a Berlín o Varsovia, ya que la oferta es mayor y los precios más económicos.
¿Qué ver?
- La Plaza del Mercado Viejo
Esta preciosa plaza, reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial, es el núcleo de la ciudad y el centro de la vida social de sus habitantes. La mayoría de los puntos de interés de Poznań están ubicados en torno a este lugar.
Allí se encuentra el ayuntamiento y el Museo de la Historia de Poznań, uno de los 5 museos que exponen la colección del Museo Nacional. Caminando por la plaza, os topareis con esculturas dedicadas a los dioses Neptuno, Marte y Apolo, pero sin duda lo más curioso son la de las dos cabras pelándose en el campanario del ayuntamiento. Consideradas como el símbolo de la ciudad, estos dos animales chocan sus cuernos doce veces cuando el reloj marca el mediodía. Las cabras son disfrazadas cuando el Lech Poznań (el equipo de fútbol de la ciudad) gana un título o para celebrar determinadas épocas del año, como Navidad.
- La Catedral de Poznań
A unos 20 minutos caminando del centro, llegareis hasta la orilla del río Varta y cruzando el puente, a la Isla de la Catedral. Este lugar es la zona más antigua de la ciudad, ya que ahí fue donde nació la ciudad en el siglo X. Lo más destacado de la Basílica Archicatedral de San Pedro y San Pablo es su impresionante Capilla de Oro, el altar gótico del siglo XVI y las ruinas de la antigua catedral prerrománica conservadas en el sótano del templo.
La segunda iglesia más importantes de la ciudad es la Basílica menor de Poznań, una de las iglesias barrocas más bonitas de todo el país. Ubicada a escasos metros de la Plaza del Mercado, la localizareis fácilmente gracias a su característica fachada de color rosa. Dentro de su cargado interior, destaca su órgano con más de 2.600 tubos que, según cuenta la leyenda, está custodiado por el fantasma de la mujer que financió la compra del órgano en 1870. Cada sábado a las 12:15 horas se organizan conciertos de música clásica, completamente gratuitos.
- El Castillo Real
Otro de los monumentos que se encuentran cerca de la plaza principal es el Castillo Real, fortaleza que data del año 1249, reconstruida en 1959 tras los daños sufridos Segunda Guerra Mundial. En la actualidad la fortaleza alberga el Museo de Artes Aplicadas; la entrada es de 4.6€ pero podéis visitarlo gratuitamente los martes. Además, en lo alto de la torre del castillo encontrareis el mirador con las mejores vistas del casco histórico de toda la ciudad.
El Castillo Real es el más antiguo de la ciudad, pero no el único que podréis visitar, ya que otra de las paradas obligadas es la visita al Castillo imperial. Construido en 1910 para Guillermo II, el último emperador alemán, es la residencia real más nueva de toda Europa. Pese a su corta historia, el edificio sirvió como la residencia oficial del presidente de Polonia y posteriormente, tras la Primera Guerra Mundial, para albergar la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Poznań.
Como curiosidad, el mecanismo de la máquina Enigma fue descifrado en el mismo Castillo Imperial por los matemáticos Marian Rejewski, Jerzy Różycki y Henryk Zygalski en 1939. La tecnología de cifrado alemán iba mejorando con el tiempo y es por ello por lo que la inteligencia polaca compartió la información, obtenida hasta la fecha, con un grupo de matemáticos de los ejércitos de Francia e Inglaterra en una reunión secreta. Aunque el mérito y la fama se lo llevó el equipo de Bletchley Park liderado por Adam Turing, sin el trabajo de previo de estos tres matemáticos polacos, Enigma no se podría haber descifrado hasta mucho más tarde, y con ello, la guerra se hubiese prolongado varios años más.

(Imagen de Marian Rejewski)
Durante la Segunda Guerra Mundial el castillo fue ocupado por los nazis y reconstruido como residencia oficial, por orden de Hitler, para el gobernador nazi de la zona. En la actualidad el castillo sirve como centro cultural y varias de las antiguas estancias imperiales pueden visitarse pagando una entrada de tan solo 1.5€. Del complejo, lo más destacado es el monumento a las víctimas de 1956, la Plaza de Adam Mickiewicz y la fuente del Patio de las Rosas, siendo esta una copia de la fuente del Patio de los Leones de la Alhambra de Granada.
¿Dónde comer?
Después de tanta visita por la ciudad, es hora de reponer fuerzas y parar a comer. Si sois lectores habituales sabréis que los milk bars son un clásico en Polonia y una parada obligada si visitáis el país. Mis recomendaciones son el Bar Caritas, Pod Arkadami y el Bar Mleczny Apetyt.
Otro clásico polaco son los bollos de dobra pączkarnia, perfectos para desayunar o como postre, después de una buena comida en el milk bar. Pero otro dulce que hay que porbra son los croissants de San Martín; son tan populares que hasta hay un museo en la ciudad donde podréis elaborarlos vosotros mismos.
Por último, si queréis ir a tomar algo, os recomiendo ir al bar pijalnia wódki i piwa. Hay varios por el centro de la ciudad y, además de gran cerveza, sirven comida a muy buen precio para acompañar con la bebida.
Legamos al final de la aventura de hoy. Siempre es una maravilla volver a Polonia y explorar más ciudades de este precioso país. Poznań no es una de las ciudades más espectaculares, pero no dudéis en visitarla si tenéis la ocasión de hacerlo. Es una ciudad muy animada, cómoda, barata y bonita. Como siempre digo, Polonia nunca defrauda y en esta ocasión ha sido Poznań el destino que lo ha demostrado de nuevo. ¡Nos vemos muy pronto con un nuevo viaje!