Hoy voy a hablar de un sitio que posiblemente no habreis escuchado nunca, ya que se trata de un pueblo de menos de 50.000 habitantes. Este lugar es Karlovy Vary, una pequeña localidad situada al oeste de República Checa (casi en la frontera con Alemania) que no podeis perderos si visitais el país.
Karlovy Vary es la villa termal más importante de República Checa y una de las más populares de Europa. La fama de este lugar se remonta al s.XIV, tiempos del reinado de Carlos IV. Según dice la leyenda, las termas fueron descubiertas durante una de las muchas expediciones de caza del Rey. Mientras estaban paseando por el bosque, uno de los perros que acompañaba al grupo se cayó en un lago de agua caliente. Rescataron al animal y Carlos IV se fijó en que las heridas que tenía el perro se habían curado, por lo que el propio monarca se metió en el agua para comprobar si esta tenía algun tipo de propiedad medicinal. Tras salir de la terma, el dolor de rodilla que padecía desapareció y el Rey ordenó que se construyese una ciudad bordeando las termas. De ahí viene el nombre de Karlovy Vary (“Baños termales de Carlos”).
El rumor de la existencia de estas fuentes medicinales se extendió como la polvora y la villa empezó a recibir muchos visitantes, primero por parte las clases altas de la región y más adelante, el resto de ciudadanos tuvo acceso a ellas. Personajes históricosa como Pedro el Grande, María Teresa de Austria, Beethoven o Karl Marx, fueron algunos de los visitantes más famosos que viajaron hasta este lugar. Pero como comprobareis en esta guía, Karlovy tiene mucho que ofrecer además de sus fuentes termales ya que todas sus calles, edificios y entorno son de cine. De hecho, la ciudad ha sido escenario de la primera película de Daniel Craig como James Bond, Casino Royale.
Tengo que reconocer que no sabía que este lugar existía hasta que llegué a Brno. Una vez allí, los locales me comentaron que no podía irme del país sin haber visitado este lugar, algo sobre lo que dudaba bastante ya que no me creía que Karlovy fuese para tanto. Siendo sincero, no pude estar más equivocado. Como siempre, en esta guía os indicaré la mejor manera de viajar a Karlovy Vary, que ver allí y donde comer comida tradicional a un buen precio.
¿Cómo llegar?
Al tratarse de una localidad muy pequeña, el transporte público es la opción más asequible para viajar desde desde otros rincones de República Checa. El trayecto tanto con FlixBus como con RegioJet es en autobús, ambos con una duración de 2 horas y 30 minutos desde Praga. No hay viaje directo desde Brno, por lo que habría que viajar 3 horas hasta la estación Florenc en Praga, donde se haría el transbordo. Los billetes más asequibles los ofrece RegioJet a un precio de 11€ por trayecto. En cambio, si eres estudiante, FlixBus ofrece billetes entre 2€ y 4€ por trayecto. Este descuento es aplicable a cualquier viaje por el país, por lo que viajar por República Checa siendo estudiante es una maravilla.
Viajar a Karlovy Vary en avión es una opción posible, ya que la ciudad cuenta con su propio aereopuerto, pero no es la más recomendable. Karlovy tiene conexión directa con Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla y Tenerife. Independientemente de desde donde vueles, el viaje ronda los 100 € ida y vuelta. En mi opinión, la mejor opción sería volar a Praga y viajar a Karlovy Vary desde allí en autobús, ya que este es el lugar perfecto para hacer una excursión de un día desde la capital.
¿Qué ver?
- Las columnatas de Karlovy Vary
Como supongo que ya habreis deducido, el mayor atractivo de la ciudad se centra en sus fuentes termales, las cuales se encuentran en las columnatas repartidas por el centro a lo largo del río Teplá. Las columnatas son una estructuras del s.XIX sostenidas por varios pilares, las tres columnatas más famosas son la del parque, el molino y el mercado.
En total existen 15 fuentes medicinales repartidas entre todas las columnatas, cada una de ellas con una temperatura y un sabor distinto. La temperatura puede variar entre los 30 y los 65 grados, por lo que cuidado porque pueden salir muy caliente. Debido a sus propiedades medicinales, el agua tiene un sabor un tanto desgradable, pero no podeis iros sin haberlas probado.
El souvenir perfecto para recordar el viaje a Karlovy Vary es la taza tradicional que se usa para beber el agua de las fuentes, así ya teneis la excusa perfecta para probar el agua y tener un bonito recuerdo de la localidad. Las podreis encontrar en cualquiera de las muchas tiendas de souvenirs situadas cerca de las columnatas.
- La Iglesia de San Pedro y San Pablo
Cuando vas paseando por las calles de Karlovy Vary, una de las cosas que más llaman la atención son las 5 impresionantes cúpulas doradas de la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Esta iglesia ortodoxa de estilo bizantino fue construida en 1898 por el Gustav Wiedermann. El arquitecto se inspiró en la antigua iglesia bizantina de Ostankino, una pequeña localidad cerca de Moscú, para diseñar esta espectacular iglesia.
Los fondos para la construcción del templo fueron donados por aristócratas serbios y rusos que frecuentaban las termas de la ciudad, pero esta no es la única relación que existe entre Rusia y Karlovy Vary. Si llegais a visitar la localidad, una de las cosas que seguro que os sorprende es la cantidad de anuncios y carteles que están escritos en cilírico. Esto se debe a la enorme población rusa que reside en la ciudad y a la multitud de turistas rusos que solían visitar la ciudad. Escribo solían porque desde la invasión de Rusia a Ucrania, el Gobierno checo a prohibido la visita de turistas rusos al país, lo que ha tenido un impacto tremendo en la economía local. Por ello, en los últimos dos años, ha habido cierta tensión entre la población rusa y el resto de habitantes debido al actual conflicto, así como discrepancias entre los hosteleros locales y el Gobierno.
Por tanto, el símbolo de la influencia rusa en este pequeño pueblo de República Checa es esta iglesia, un impresionante monumento que nos recuerda la influencia de este país en el pueblo y la complicada situación que se vive en el presente. La iglesia puede visitarse todos los días desde las 9:00 hasta las 18:00 horas.
- Los miradores de la ciudad
Aunque pasear por sus calles ya es una maravilla, no podeis marcharos sin haber visto el pueblo desde lo alto. Al estar encajonado en un valle, los miradores que rodean la villa son el punto perfecto para poder apreciar su impresionante localización y como se ha ido expandiendo por las colinas con el paso del tiempo.
Para poder acceder a los miradores vais a tener que hacer un poco de ejercicio porque el camino es bastante empinado, pero os aseguro que merece la pena. En algunos miradores como en el de Diana, existe la opción de subir en funicular para poder ahorrarse la caminata. Si os decantais por esta última opción, el funicular se encuentra muy cerca del Gran Hotel Pupp y os tendreis que bajar en la parada Jelení skok. A continuación, solo tendreis que seguir las direcciones que marcan las placas para llegar al mirador.
Si os decantais por ir andando tendreis la oportunidad de ver una de las estatuas más icónicas de la ciudad, la estatua del rebeco, uno de los símbolos de Karlovy Vary. Construida en el s.XIX, esta simboliza el descubrimiento de las aguas termales por Carlos IV en el s.XIV.
¿Dónde comer?
Como ya he mencionado en las guías de Brno y Praga, la comida tradicional checa es muy contundente, ya que se centra principalmente en la carne. Karlovy Vary ofrece una amplia oferta de restaurantes y bares en los que podreiss degustar comida típica, pero al ser un sitio muy turístico, los precios son
son bastante elevados. La buena noticia es que sigue habiendo sitios con muy buena relación calidad-precio y aquí os los traigo para que no perdais el tiempo buscando un lugar donde comer.
Uno de los restaurantes más económicos es el Restaurace Sklípek, donde podrás probar platos típicos por entre 6 y 8€. Os recomiendo pedir el queso Camembert frito, uno de los aperitivos más típicos de la gastronomía checa. De postre, me decantaría por la tarta Marlenka, un dulce de miel y nueces que también es típico de Armenia. Sin duda, este fue uno de los mejores restaurantes en lo que he comido desde que estoy en República Checa. La única pega es que no aceptan tarjeta, por lo que tendrás que llevar efectivo.
Otra de las opciones para comer es el Pub Velokopopovicka, uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad y de los más recomendados por los locales. Situado a 15 minutos del centro, este es otro gran lugar para probar comida casera sin pagar los precios de los restaurantes de la zona turística. Si viajais en invierno, no podeis iros sin probar la sopa del restaurante Becherplatz, a 3,50€ que es una auténtica delicia.
Por último, Karlovy Vary no es solamente conocida por sus termas, si no también por ser el hogar del licor más popular en República Checa, el Becherovka. Este licor que combina más de 20 hierbas y especias se lleva elaborando desde 1807, lo que lo convierte en la marca de alcohol más antigua del país. Su receta secreta se ha ido pasando de generación en generación y solo dos personas en el mundo la conocen en la actualidad. Podreis encontrar varios puestos por el centro de la ciudad donde degustarlo o botellas en todas las tiendas de souvenirs, hay varios sabores pero yo os recomiendo el tradicional. Suele tomarse solo o mezclado con tónica.
En definitiva, espero que esta guía os sea de utilidad en el futuro y que os anime a visitar este pequeño pero precioso pueblo de República Checa. En mi opinión, la visita a Karlovy Vary es la excursión perfecta para acompañar vuestro viaje a Praga, ya que el viaje es corto, los billetes son muy asequibles y el lugar es espectacular. Este país tiene muchísimo más que ofrecer que Praga y Brno, y Karlovy Vary es la muestra perfecta de ello. ¡Nos vemos en la próxima aventura!