Resumen del viaje de siete días por Macedonia del Norte y Albania.

Después del pequeño viaje visitando pueblos de República Checa, finalicé el mes de enero haciendo el viaje más largo hasta la fecha, un roadtrip de siete días por Macedonia del Norte y Albania. Seguiré el orden cronológico de la ruta que realizamos y en este primer artículo hablaré sobre el primer destino que visitamos, Skopje, la capital de Macedonia del Norte. 

Puede que este país os resulte desconocido o incluso extraño por su nombre, pero estoy seguro de que en los próximos años se mencionará más en las noticias, ya que se convertirá en Estado Miembro de la Unión Europea. 

Tras lograr independizarse de Yugoslavia el 8 de septiembre de 1991, dejo de ser la “República Socialista de Macedonia” para pasar a denominarse “República de Macedonia”. Un nombre polémico desde el punto de vista de Grecia, ya que una región del Norte del país heleno también se llama Macedonia, disputa por la cual Grecia vetaba la entrada del país balcánico en la Unión Europea. Como solución al bloqueo, en junio de 2018 ambos países firmaron el “Acuerdo de Prespa”, tratado en el que se acordaba el cambio de nombre de Macedonia a “República de Macedonia del Norte”.

En este artículo os contaré la mejor forma de viajar hasta Skopje, qué monumentos hay que visitar en la capital y dónde se puede probar comida tradicional al mejor precio. 

¿Cómo llegar?

El viaje hasta Skopje no es muy cómodo, ya que es habitual hacer escala en algún otro país. Desde España, los vuelos más económicos son desde Madrid o Barcelona y rondan los 120/130€ (ida y vuelta). La escala suele realizarse en Frankfurt o Viena. 

 

Nosotros tuvimos mucha suerte, ya que el viaje es mucho más factible desde República Checa. Desde Brno nos fuimos en tren hasta Bratislava y desde allí volamos directos hasta Skopje. Como anécdota, tengo que destacar que el aeropuerto de la capital de Eslovaquia es el aeropuerto con menos vuelos que he visto en mi vida y creo que muy pocas capitales del mundo puede tener menos tráfico aéreo. Cuando fuimos, el único vuelo del día era el nuestro a Skopje, algo extraño al tratarse del aeropuerto de una capital europea.

Una vez en Macedonia del Norte, hay que comprar una tarjeta SIM si no queréis que os cobren un dineral por utilizar vuestros datos móviles. La moneda local es el Dinar Macedonio y el cambio al euro es de 60 dinares, aproximadamente. Por último, si tenéis pensado alquilar un coche, tendréis que obtener previamente el permiso internacional y pagar una cantidad extra si vais a cruzar la frontera a otros países. 

¿Qué ver?

No había consultado ninguna información de Skopje para no condicionarme y mi propósito se cumplió, pero me sorprendió negativamente. Se trata de una ciudad rara, llena de contrastes, a la que le han dado un lavado importante en los últimos años y que tiene zonas muy bonitas. 

Sorprende que en una manzana haya impresionantes palacios y dando la vuelta a la esquina los edificios se encuentren en ruinas. Gran parte de la ciudad fue destruida por un terremoto en 1963 y el Gobierno central ha ido aprobando planes para renovar y modernizar la ciudad. Uno de los más destacados fue el “Proyecto Skopje 2014”, iniciado en 2010 para reconstruir los principales edificios gubernamentales, fuentes y monumentos del centro. El proyecto fue muy polémico en el país, porque el presupuesto pasó de 80 millones de euros a más de 500 millones.

Skopje cuenta con lugares y monumentos impresionantes y también se pueden realizar grandes planes a muy pocos minutos de la ciudad. La renovada zona monumental choca mucho con el caos del resto de la capital, pero es ese extraño contraste lo que le aporta esa cultura a la ciudad. Esto es lo que no podéis perderos si visitáis la ciudad:

  • El centro de Skopje

Los monumentos a visitar se aglutinan en el centro y a escasos metros unos de otros, por lo que podréis visitarlos todos andando. Pasando por el arco del triunfo llegareis hasta la Plaza Central o de Macedonia del Norte, el epicentro de la ciudad.

Si algo impresiona de la plaza es la espectacular estatua de Alejandro Magno, cuya curiosidad es su discreto nombre, “Guerrero a Caballo”. Debido a disputas con Grecia sobre la nacionalidad de este personaje histórico, decidieron ponerle al monumento este nombre neutral para no incrementar tensiones, aunque claramente se reconoce que es Alejandro Magno. Como recordareis, la relación con Grecia ya era tensa por el antiguo nombre del país y su hipotético acceso a la Unión Europea depende de mantener una buena relación con Grecia. La plaza fue sin duda lo que más me gustó de la ciudad y la estatua es una de las más bonitas que he visto en mi vida. 

La perspectiva de la plaza es aún más imponente si la ves de frente al cruzar el Puente de Piedra, que conecta con el Gran Bazar. Este es el bazar más grande de los Balcanes y el lugar perfecto donde comer, tomar algo, irse de compras y callejear. Situado en el corazón del barrio turco de Skopje es, sin duda, la zona más original y bonita de la ciudad. Sus coloridas y animadas calles contrastan con el gris de los edificios del resto de la ciudad, por lo que os recomiendo pasar la mayoría de tiempo en esta zona. Las mezquitas más importantes se encuentran allí, siendo las más destacada la Mezquita Mustafa Pasha.

Cruzando el río Vardar por el Puente de las Civilizaciones o el Puente del Arte, Podemos disfrutar de estatuas de bronce, a tamaño real, representando a personajes históricos del país, y cuyo coste superó los 2 millones de euros cada uno. Este es uno de los mayores contrastes de Skopje; muchas de las carreteras no tienen ni las líneas pintadas, pero hay estatuas hasta debajo de las piedras. Justo al cruzar cualquiera de los puentes, os topareis con los tres museos más importantes de la ciudad: el Museo Arqueológico de Macedonia, el Museo de la Lucha Macedonia y el Museo del Holocausto Macedonio. 

Para sorpresa de muchos, Skopje es la ciudad natal de una mujer conocida por todos, la Madre Teresa de Calcuta. Agnes Gonxha Bojaxhiu nació el 26 de agosto de 1910 en la actual capital de Macedonia del Norte, que en esa época formaba parte del Imperio Otomano. Fue bautizada y recibió su primera comunión en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. En la actualidad, en el lugar donde se encontraba este templo católico, se construyó un memorial en su honor. También podréis visitar su casa museo y tiene varias estatuas por la ciudad.

Después de visitar los puntos de interés del centro histórico y tomar algo en alguno de los bares del barrio turco, os recomiendo subir una de las colinas de la ciudad, para visitar la fortaleza de Skopje, conocida popularmente como Kale (fortaleza en turco), fue construida en el s.VI bajo el mandato del emperador Justiniano I del Imperio Bizantino. La entrada es gratuita y está abierta las 24 horas del día. La vista de la ciudad desde las murallas es magnífica, aún más, si planificáis vuestra visita con la puesta de sol. 

  • El Cañón del Lago Matka

Pese a tener más de medio millón de habitantes, la ciudad se hace pequeña y te quedas con ganas de ver más. Un plan perfecto, si viajas con tiempo, es visitar el Cañón del Lago Matka, una maravilla natural a tan solo 15 minutos en coche del centro, que te dejará con la boca abierta.

Considerado como una de las mayores atracciones turísticas del país, este lago artificial fue construido en 1938 junto a la presa del río Treska, convirtiéndolo en el más antiguo del país. El cañón puede visitarse de varias maneras, a pie por el sendero que recorre el cañón o por un paseo en barco de 30 minutos o 1 hora. El precio del viaje es de 4€, con una visita incluida a la Cueva del Vrelo, pequeña pero bonita. Si no dispones de coche, podéis coger la línea 60 de autobús desde la estación central.

¿Dónde comer?

Tras este intenso día, es hora de parar a comer y probar un pilar fundamental de la cultura de este país, la comida. La cocina tradicional de Macedonia del Norte combina la gastronomía de los Balcanes con la turca, una mezcla deliciosa de texturas y sabores.

Uno de los platos más conocidos son las sarmas, hojas de col rellenas de sofrito de carne de cerdo y arroz. Es uno de los platos más complicados de cocinar, ya que requiere varias horas de cocción (2-3 horas). Otra estrella de la cocina macedonia y de la gastronomía de los Balcanes en general es el cevapi, una especie de salchicha cocinada a la parilla, acompañada por cebolla, pimientos y pan de pita. El considerado plato nacional es el tavče gravče, alubias acompañadas con bacon o cerdo y especies picantes como paprika

En cuanto a una opción fast food tradicional, os recomiendo el zelnik, una empanadilla rellena de queso, carne y espinacas que podréis encontrar en puestos callejeros o panaderías. Pasando a los postres, no podéis marcharos sin pasar por las tiendas de dulces en el barrio turco, una auténtica delicia que refleja la influencia de la cultura otomana en el país. Un postre típico de Macedonia del Norte es el bougatsa, una masa de hojaldre crujiente rellena de crema pastelera con azúcar espolvoreado por encima. 

Este a sido el primer país realmente barato que he visitado hasta la fecha, podréis comer un plato principal, bebida y postre por 6€. Un lugar perfecto para degustar platos tradicionales y con música tradicional en directo es Stara Gradska Kuča, aunque es un poco más caro que otros locales. En el barrio turco os recomiendo ir a Brenda, situado muy cerca de una de las calles más bonitas de Skopje (la calle de los paraguas); es el lugar perfecto para comer bien, rico y barato. Si no os importa gastar un poco más que del precio medio y comer en un sitio completamente distinto, podéis ir al restaurante que hay en los barcos a la orilla del río. Otra buena opción es el Restaurante Nacional, pero siendo sinceros, casi cualquier opción va a ser un acierto en cuanto a calidad y precio. 

Espero que os haya resultado interesante lo que ofrece una de las capitales más desconocidas y menos visitadas de Europa. En las próximas semanas vamos a recorrer más rincones de Macedonia del Norte y de su país vecino, Albania. Como decía al principio, la ciudad me ha dejado con una sensación agridulce. Aunque no sea una de las capitales más bonitas de Europa y no merezca la pena visitarla por sus monumentos, me fui con una sensación positiva gracias a la amabilidad de su gente. Macedonia del Norte es, junto a Albania, los dos países donde mejor me han tratado sin ninguna duda. ¡Hasta la próxima aventura!