Llegamos al final de nuestro viaje en Eslovenia y os contamos cómo llegar, qué ver y qué comer en Liubliana.

Llegamos al final de este imborrable viaje por Centroeuropa con el último país del roadtrip, Eslovenia. Si todavía no has podido leer las dos primeras partes de la serie, te recomiendo hacerlo antes de continuar con este artículo, para así ponerte en contexto y seguir el orden de la ruta. 

Tras el espectacular viaje por Italia, pusimos rumbo hacia la capital de Eslovenia para hacer noche allí y poder visitar la ciudad al día siguiente. Liubliana es una ciudad que puede verse perfectamente en un día, por lo que tuvimos tiempo suficiente para visitar los monumentos más importantes de la ciudad en el poco tiempo que estuvimos. Tras pasar toda la mañana allí, comenzamos el trayecto de vuelta a Brno, pero como es habitual, decidimos cambiar la ruta en el último segundo y pasamos la tarde en Graz. La segunda ciudad más grande de Austria está justo en el medio, entre Liubliana y Brno, por lo que era el lugar perfecto donde parar. Una vez caída la noche, volvimos de nuevo a la carretera rumbo a casa para así ponerle broche final a este viaje inolvidable.

Como en todas las guías, hoy os contaré cual es la manera más barata de viajar hasta cada destino, que monumentos no podéis perderos si viajáis a cada ciudad y donde podréis probar comida tradicional al mejor precio. ¡Arrancamos!

Liubliana

Llegamos al final de nuestro viaje en Eslovenia y os contamos cómo llegar, qué ver y qué comer en Liubliana

Liubliana

La República Socialista de Eslovenia se independizó oficialmente de Yugoslavia el 25 de junio de 1991, una separación lograda con sangre y balas. Tras la aprobación del referéndum en favor de la separación y la posterior declaración unilateral de independencia, el gobierno central reaccionó con violencia y comenzó la guerra de independencia. La conocida como “Guerra de los 10 días” fue de tan corta duración, debido a la estrategia del Ejército Popular Yugoslavo de centrarse en el inminente conflicto en Croacia y por la falta de interés real en mantener a Eslovenia dentro de Yugoslavia, al ser considerado como un territorio “éticamente homogeneo”. Finalmente, el conflicto finalizó el 7 de julio de 1991 con la firma del Acuerdo de Brioni, documento en el que Yugoslavia aceptaba la independencia eslovena y la soberanía de sus fuerzas armadas en su territorio.

Tras lograr la independencia, Liubliana se mantuvo como la capital, ya que siempre ha sido la ciudad más importante del país. Eslovenia no es precisamente un país turístico y su capital no es uno de los lugares a visitar si viajas por Europa, pero si tenéis la ocasión de hacerlo, no dudéis en ir hasta allí. Liubliana es una ciudad pequeña, cuidada, bonita y tranquila. 

¿Cómo llegar?

Al hacer frontera con Italia, Croacia y Hungría, Liubliana es muy accesible desde varias ciudades de estos tres países fronterizos. El viaje en coche desde Trieste es de tan solo 1 hora, 2 horas desde Zagreb y Graz, 2 horas y 40 minutos desde Venecia y 4 horas y media desde Budapest. El viaje en tren o autobús os llevará casi el doble de tiempo que en coche, salvo si viajas desde Trieste, por lo que casi os saldría más rentable alquilar un coche si tenéis pensado visitar la ciudad.

Como pasaba en Austria, en Eslovenia el sistema de peaje también va por pegatina y al igual que en Austria, nosotros nos enteramos una vez ya estábamos circulando por la autopista. No hagáis como nosotros y comprad la pegatina en alguna gasolinera antes de pasar la frontera u online antes de circular por el país. El precio del peaje por una semana es de 16€ y de 32€ por un mes. La multa por no llevar la pegatina es de 300€, por lo que no os despistéis y aseguraos de que se viaja con ella puesta.

Viajar desde España es posible, pero por un precio bastante alto y haciendo escala en algún aeropuerto de Europa. El precio medio se sitúa en los 150€ (ida y vuelta).

¿Qué ver?

  • El Castillo de Liubliana

El Castillo de Liubliana

Construido a mediados del s. XV, este impresionante castillo es el monumento más importante de la ciudad y uno de sus lugares más icónicos. Situado en el punto más alto de la colina de 367 de altura que protege el casco histórico, las vistas de la ciudad son espectaculares desde allí. El acceso a la gran mayoría de zonas de la fortaleza es gratuito, además, allí se encuentra el Museo de Historia de Eslovenia y el Museo de Marionetas. El camino hasta el castillo es muy bonito, pero tendréis que hacer un poco de ejercicio porque es todo cuesta, pero si no estáis por la labor, hay un funicular que os llevará hasta la cima. El precio de la entrada a los museos y a las estancias de pago es de 16€ en total (con billete del funicular incluido) o 20€ con audioguía.

  • El Puente de los Dragones

El Puente de los Dragones

Tras la visita al castillo, es hora de explorar el casco histórico de Liubliana, una zona bastante pequeña pero muy bonita y acogedora. Una de las bajadas del castillo se encuentra justo en frente del puente más famoso de la ciudad, el Puente de los Dragones. Encontrareis a este animal fantástico en muchísimos rincones, ya que este es el símbolo de Liubliana, lo veréis en estatuas, las tapas de las alcantarillas o en el escudo del equipo de fútbol. La leyenda cuenta que Jason, uno de los héroes en la mitología griega, mató al dragón que vivía en la actual Liubliana mientras escapaba junto a los argonautas del Rey Eetes.

Construido en 1901, este puente de estilo art noveau, protegido por sus cuatro dragones, es una de las muchas pasarelas que cruzan el río Lubljanica y conectan con la zona histórica donde se encuentran la mayoría de los monumentos. Pero no tendrás que cruzar el puente para visitar la iglesia más importante de la ciudad, la Catedral de San Nicolás. Reconstruida en el s. XVIII bajo un estilo barroco, sus espectaculares frescos, la cúpula o la puerta recreando la historia del país os dejarán boquiabiertos. Podréis localizarla muy fácilmente desde cualquier punto del centro, gracias a sus dos imponentes torres y su cúpula verde. La iglesia está a tan solo cinco minutos del puente de los dragones y a unos pasos del mercado central. La entrada cuesta 2€.

Catedral de San Nicolás

Una vez cruzado el puente, os recomiendo pasear por la orilla del río y explorar las plazas y calles de esta parte de la ciudad. Una de las plazas más transcurridas es la Plaza Prešeren, justo en frente del famoso puente triple que veréis en muchas imágenes de Liubliana. La plaza se llama así en honor al poeta esloveno France Prešeren, cuya estatua se encuentra justo delante de la Iglesia de la Anunciación. Este templo franciscano de estilo barroco es uno de los más fotografiados de la ciudad por su característico color rosa. Otra plaza espectacular es la Mestni Trg, allí se encuentra el ayuntamiento de Liubliana y la réplica de la fuente de Robba, ya que la original se encuentra en la Galería Nacional. 

¿Dónde comer?

Después de esta intensa visita por la ciudad es hora de sentarse a comer y reponer fuerzas para continuar viajando. Por su situación geográfica, la cocina eslovena está muy influenciada por la italiana, la austrohúngara y la del resto de países de los Balcanes, una mezcla de influencias con un resultado delicioso. Los ingredientes más comunes son la carne, el repollo y la patata.

Uno de los platos más populares son los idrijski zikrofi, unos dumplings rellenos de patata y cebolla servidos con una salsa de carne o verduras. La sopa más típica del país es la obara, que se elabora con carne o pollo, zanahorias, nabo, judías verdes y cebolla. Si lo que buscas es fast food tradicional tu mejor opción es el burek, una especie de calzone relleno de queso, patata o carne. En cuanto a postres, una de las tartas más tradicionales es la prekmurska gibanica, compuesta por ocho capas de queso, nueces y manzana (dos capas por sabor). 

prekmurska gibanica

Algunos de los restaurantes donde podrás probar todos estos platos tradicionales a un buen precio son Das Ist Valter, Moji štruklji o Sarajevo ´84. El mejor restaurante para degustar la prekmurska gibanica es el Restavracija Neboticnik, las vistas desde allí son increíbles ya que está ubicado en el último piso del edificio más alto de la ciudad. Por último, el mejor burek de Liubliana lo encontrareis en Burek Olimpija, a unos 15 minutos andando del centro histórico.