Nuevo año, nuevos viajes. Volvemos a la rutina después de las festividades navideñas y continuamos con una nueva aventura por la que ya es mi segunda casa, la República Checa.
Tras haber explorado Praga, Brno y Karlovy Vary, aún seguía con la sensación de que me quedaban muchos lugares por ver del país. Por eso decidí que el primer viaje del año sería dentro de República Checa. Considerado por muchos como el pueblo más bonito del país, hoy viajamos a Český Krumlov.
Declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1992, la localidad parece totalmente un escenario de película, el enclave donde está situado es impresionante y al pasear te sientes teletransportado a la Edad Media.
El pueblo es muy pequeño y se ve perfectamente en una mañana, por lo que es perfecto para hacer una parada intermedia. La excursión típica que se suele ofrecer desde Praga es viajar hasta Český Krumlov, por lo que este artículo os será perfecto para valorar si os merece la pena hacer el tour o si os conviene viajar a otro destino.
Como siempre, en este artículo os enseñaré cual es la mejor manera de llegar a Český Krumlov, que es lo que no podeis perderos y donde podreis comer comida tradicional al mejor precio.
¿Cómo llegar?
El trayecto es bastante largo desde casi cualquier punto de República Checa. El pueblo está a 2 horas y 40 minutos desde Praga en tren o autobús, mientras que el viaje en coche sería de unas 2 horas y cuarto. Desde Brno hay una única línea directa de autobús con la compañia FlixBus, el bus sale a las 9:15 horas y el viaje es de 4 horas. Recuerda que tienes descuento si eres estudiante, pero tendrás que enseñar la tarjeta de estudiante internacional.
Si os encontrais en Alemania o Austria, la escapada a Český Krumlov es factible pero un poco larga, ya que el trayecto en coche es de 3 horas y 30 desde Munich, 4 horas desde Nuremberg y 1 hora desde Linz.
¿Qué ver?
- El Castillo de Český Krumlov
La antigua residencia de la familia Rožmber es uno de las más importantes de Europa Central y el segundo castillo más grande del país, solo por detrás del Castillo de Praga. El castillo fue mencionado por primera vez en la historia en el poema “Der Fraundienst” en 1253 y su nombre proviene de la expresión latina castrum Crumnau y del alemán “Crumbenowe”. La expresión “Český” no se incluyó hasta el s.XV.
Esta espectacular Fortaleza, construida a mediados del s.XIII, está situada en lo alto de un acantilado, con el río Moldava a sus pies. Además de las estancias del complejo, también se puede visitar el teatro barroco, los jardines del castillo y el palacio de verano de Bellaria, con su imponente auditorio. Uno de los edificios más famosos es la colorida torre defensiva del “castillo pequeño”, monumento que se ha convertido en uno de los iconos de la localidad. En total, el complejo tiene un kilómetro de extensión.
El precio para visitar las estancias del castillo varia en función del tour que hayáis seleccionado. Por ejemplo, el tour básico número 1 es de 10€ para adultos y de 8€ para estudiantes. Lo mismo sucede con el horario de visitas, que varian también en función de la época del año. En total
teneis hasta 6 tours para elegir.
- La Plaza de la Concordia y la Iglesia de San Vito
Este es el centro de la vida social, allí se encuentra el ayuntamiento, las famosas coloridas casas renacentistas, el Museo de la Tortura y la Columna de la Peste, monumento construido en 1715 como gratitud por haber evitado la epidemia que azotó a Europa. Justo encima de la plaza, se encuentra la Iglesia de San Vito, la iglesia más importante de la ciudad. El templo se construyó en 1340 y merece la pena entrar a verla. La entrada es gratuita. Podréis ver el templo desde casi cualquier punto del pueblo, ya que se encuentra en el puntos más alto del casco histórico.
A escasos minutos de la cathedral, os topareis con la calle Latrán, una de las más bonitas e importantes de la localidad. La calle comienza al pie del castillo, recorre el puente de madera que conecta con la otra parte del pueblo y termina en la Puerta de Budějovice, una de las nueve antiguas entradas que aún se conservan. Cerca de allí, podréis encontrar el Monasterio de Minoristas y Claristas; os recomiendo pasear por sus jardines y visitar las exposiciones de arte que se organizan en su interior. El monasterio fue fundado en 1350 por Pedro I de Rosenberg, antiguo chamberlán del Reino de Bohemia.
El centro histórico está concentrado en una pequeña peninsula y no hay muchos monumentos destacados, por lo que lo podreis recorrer de punta a punta en unos 15 minutos.
¿Dónde comer?
Después de este paseo es hora de parar y reponer fuerzas. La gran mayoría de restaurantes se encuentran en el casco histórico y a pocos metros de los monumentos más destacados, por lo que no tendreis problema en encontrarlos.
Muchos de los restaurantes de cocina tradicional checa son tabernas subterraneas, ambientadas en la época de la Edad Media. Entrar en ellas es como un viaje al pasado. Svejik restaurant es uno de los lugares donde podréis vivir esta experiencia, mientras probais lo mejor de la cocina checa a muy buen precio. Os recomiendo pedir la parrillada de carne para compartir, pero id con el estómago vacío, porque la cantidad es muy abundante. El precio por persona ronda los 20€, pero de verdad que merece la pena. Nosotros comimos tanto que ni cenamos después…
Otra de las tabernas más conocidas es U dwau maryi, un edificio renacentista convertido en restaurante con una vistas increibles al castillo. El lugar es conocido por su famoso “festín bohemio”, una parrillada con distintos tipos de carne que recuerda a la comida medieval. Si buscais algo fuera de la zona turística, os recomiendo Krcma v satlavske, el codillo es su plato estrella. Además de la carne, la sopa de ajo (česnečka)y la sopa de col (zelňačka) son los platos más típicos de la zona. Son la comida perfecta para los frios días de invierno y podréis encontrarlas por un precio de tan solo 2€.
Hasta aquí el artículo de hoy. Espero que os haya resultado interesante y que os sirva de ayuda para un futuro viaje a la República Checa. Pese a ser un destino muy bonito y que merece totalmente la pena visitar, este no es en mi opinión el pueblo más bonito del país, Karlovy Vary tiene mucho más que ofrecer. Lo cierto es que el pueblo se hace muy pequeño y que un día puede hacerse hasta largo- Así que lo mejor que podeis hacer sería ir en un tour. La cuesta de enero se hace mucho más corta viajando y todavía quedan muchos viajes por hacer durante lo que queda del mes, así que estad atentos a lo que se viene.¡Nos vemos pronto!