Me hace mucha ilusión escribir este nuevo artículo porque se centra en una de las ciudades que más ganas tenía de visitar. Tanto, que este era el sitio en el que soñaba hacer mi Erasmus hasta que supe que la UDC no tenía ningún acuerdo bilateral con universidades de allí. Estoy hablando de la “Reina del Danubio”, Budapest.

Pese al enorme interés que tenía en visitar la capital de Hungría, no sabía realmente con que me iba a encontrar allí. Lo único que conocía de antemano era el parlamento, los ruin bars y su increible vida nocturna, nada más. Pese a ello, Budapest siempre me ha atraido mucho y no podía esperar más en visitarla. Solo me habían hablado bien de ella y tenía las expectativas muy altas, pero lo cierto es que se superaron con creces.

Aunque no sea la ciudad más bonita que haya visitado, puede que sí que se trate de la más especial. Capitales como Praga o Viena son mucho más elegantes y con más lugares que visitar, pero Budapest tiene algo especial que se palpa una vez paseas por sus calles y te dejas llevar por el entorno. La cultura nocturna de la ciudad es impresionante, pero la ciudad vibra durante todas las horas del día. De todos los lugares que he visitado desde que he empezado mi Erasmus, esta es sin duda mi ciudad favorita y dudo mucho que alguna otra la llegue a superar.

Como en todas las guías, hoy os recomendaré la mejor manera para viajar a Budapest, que no puedes perderte de la ciudad y donde podrás comer comida tradicional a buen precio.

¿Cómo llegar?

Viajar a Hungría desde España puede llegar a ser caro, pero lo cierto es que pueden encontrarse muy buenas ofertas. Los vuelos desde Madrid y Barcelona cuestan entre 80 y 120€ (ida y vuelta) de media,  también hay vuelos directos desde Alicante. Si los precios están elevados, os recomiendo volar a Viena y  viajar a Budapest en tren o autobús. El trayecto en ambos medios de transporte es de 2 horas y 30 minutos y los billetes pueden encontrarse precios muy asequibles si los compras con bastante antelación.

Desde República Checa, como suele ser habitual, el viaje más cómodo y económico es en autobús o tren. En esta ocasión, RegioJet también ofrece buses y a un precio más económico que FlixBus, por lo que me decantaría por este medio de transporte y esta compañía. La duración del viaje desde Brno es de 4 horas y 30 minutos y el coste total de los billetes ronda entre los 20 y los 30€ (ida y vuelta) con el descuento de estudiante. Para adultos, este precio subiría hasta los 35-50€.

¿Qué ver?

  1. El Parlamento Húngaro

Estoy seguro de que si pensais en Budapest, la imágen que os vendrá a la mente es la del edifico más icónico de la ciudad, el Parlamento Húngaro. Considerado como uno de los edificios más bonitos de Europa, este es el tercer parlamento más grande del mundo, solo por detrás del Parlamento de Rumanía en Bucharest y el Congreso de la Nación Argentina en Buenos Aires.

Construido a las orillas del Danubio en 1902, este impresionante edificio de 268 metros de largo y 123 metros de ancho, cuenta con 691 salas y 10 patios interiores. En su interior, las instancias más impresionantes son la de la antigua cámara alta, la sala de la cúpula y la entrada principal con sus impresionantes escaleras. Las entradas para visitar el edificio cuestan 14€ para adultos y 7€ para estudiantes. Si teneis pensado comprarlas, os recomiendo hacerlo con la mayor antelación posible porque se agotan muy rápido.

El parlamento es espectacular durante todas las horas del día, pero impresiona aún más de noche. Os recomiendo hacer un paseo en barco por el Danubio de noche para poder ver el edificio iluminado, de verdad que merece la pena.

  1. La Gran Sinagoga de Budapest y el barrio judío

Situada en el corazón del barrio judío, la Gran Sinagoga de Budapest es la segunda sinagoga más grande del mundo, solo por detrás de la de Jerusalem. Diseñada por el austriaco Ludwig Foster y construida en 1859, este impresionante templo de 59 metros de alto combina el estilo gótico, con el románico y el bizantino, aunque el predominante es el árabe.

La historia de Budapest está muy ligada a la de sus habitantes judíos y los horrores que sufrieron durante la Segunda Guerra Mundial aún siguen muy presentes en la memoria de todos. La ocupación de Hungría en marzo de 1944 por la Alemania Nazi, marcaría el comienzo del infierno que se vivió en un lugar anteriormente  considerado como seguro para los judíos. En junio de ese mismo año, 25.000 judíos de los suburbios de la ciudad fueron enviados a Auschwitz-Birkenau. El 8 noviembre, más de 80.000 judíos fueron forzados a caminar hasta los campos de concentración de Dachau y Mauthausen en Austria, la conocida como Marcha de la Muerte. Ese mismo mes, aquellos que permanecieron en la ciudad fueron juntados en un gueto, de los cuales, más de 2.000 murieron de hambre y frío. Entre diciembre del 44 y enero del 45, alrededor de 20.000 judíos fueron asesinados a la orilla del Danubio y sus cuerpos fueron lanzados al río. En la actualidad, a escasos metros del parlamento, el conocido como monumento de los zapatos sirve como memorial a las victimas de esta tragedia.

78 años después del fin de la guerra, el barrio judío es ahora unq de las zonas con más vida de la ciudad y en donde concentra la mayor actividad nocturna. Allí se encuentran los famosos ruin bars, edificios abandonados por los nazis que fueron comprados o alquilados por jóvenes artistas en la época de los 2000 para convertirlos en puntos de encuentro de los bohemios de la ciudad. Su caos artístico y decoración única han conseguido que estos edificios en estado deplorable se hayan convertido en bares mundialmente conocidos. El más famoso de todos es Szimpla Kert, que ya se ha convertido en una atracción turística más como el parlamento o la sinagoga.

Aunque los ruin bars siguen siendo el lugar perfecto para tomar algo o probar comida tradicional, lo cierto es que la fiesta se ha ido concentrando en estos establecimientos y algunos ruin bars son ya  “ruin clubs”. Si tienes pensado salir de noche por los ruin bars, mis recomendación es ir a Morrison´s 2  los lunes y jueves, Doboz el sábado e Instant el resto de días de la semana. No te imaginas lo que esconden estos lugares hasta que entras en ellos, es simplemente alucinante. Sin ninguna duda, Morrison´s es la mejor discoteca en la que he estado en mi vida, pese a no ser una discoteca como tal.

  1. El Castillo de Buda y el Bastión de Pescadores

Budapest está formada por dos ciudades separadas por el Danubio, Buda y Pest. En Pest podrás encontrar la mayoría de atracciones que ofrece la ciudad, ya que de todos los lugares que he destacado en el artículo, salvo el Castillo de Buda y el Bastión de los Pescadores, se encuentran en este lado de la ciudad.

Mi parte favorita de la ciudad es Pest, pero Buda también es preciosa. Cruzar el Danubio por el Puente de las Cadenas es una experiencia única que debes hacer, especialmente si vas a visitar el castillo, ya que la el puente se encuentra justo debajo de la colina en donde se alza la fortaleza. En lo que era el antiguo palacio real de los reyes húngaros, ahora se encuentra la Galería Nacional Húngara, el Museo de la Historia de Budapest y la Biblioteca Nacional Széchény. Construido en el s.XIII, la fortaleza original fue muy dañada durante la ocupación turca de Hungría entre 1541 y 1699, por lo que la estructura en la actualidad es una reconstrucción.

La subida al castillo es bastante empinada, pero teneis la opción de subir a lo más alto usando el funicular o el bus. Que no os de pereza la subida porque las vistas de la ciudad son espectaculares desde arriba, el esfuerzo merece la pena.

Otro lugar magnifico para tener una vista panorámica de la ciudad es desde el Bastión de los Pescadores, una edificación neo-gótica de 1902 cuyas 7 torres simbolizan las 7 tribus magiares que fundaron Hungría a finales del s.IX. A escasos metros del Bastión, podrás visitar la que posiblemente sea la iglesia más bonita de la ciudad, la Iglesia de Matias. Considerado como el templo católico más visitado de Budapest, esta iglesia de estilo neogótico fue el lugar en el que se celebraron muchas de las bodas reales y coronaciones. Entre las más destacadas, la coronación de Carlos I en el año 1916, el último emperador del Imperio Austro-Húngaro. La entrada a la iglesia no es gratis, el precio de la entrada es 6,60€.

  1. La Basílica de San Esteban

Volvemos a cruzar el Danubio para visitar uno de los monumentos insignia de Pest, la Basílica de San Esteban. Con 55 metros de ancho, 87 metros de largo y 96 metros de alto, la basílica es el edifico más alto de la ciudad junto con el parlamento.

Tras más de 100 años en construcción debido al colapso de la cúpula en 1868, las obras finalizaron en 1905. El nombre del templo es en honor a Esteban I de Hungría, el primer monarca del país. Además, la basílica alberga una de las reliquias más importantes de Hungría, la mano derecha de San Esteban. Con capacidad para 8.500 personas, este es uno de los lugares de culto más grandes del país. Si llegais a visitarla os recomiendo subir hasta lo alto de cúpula, tiene unas vistas 360° increíbles. El precio para visitar la basílica es de 5,30€ y 8,5€ para subir hasta lo alto.

  1. La Plaza de los Héroes

Al final de la impresionante Avenida Andrássy, declarada por la UNESCO en el 2002 como Patrimonio de la Humanidad, se encuentra una de las plazas más importantes de la ciudad, la Plaza de los Héroes. En ella se alza el Memorial del Milenio con una columna de 36 metros de altura en el centro. Una estatua del Arcángel Gabriel se alza en el punto más alto de la columna y 7 estatuas de los líderes de las 7 tribus magiares que fundaron el país decoran la base de esta.

Si te interesa visitar un museo durante tu estancia en Budapest, el Museo de Bellas Artes es una muy buena opción y está en la misma Plaza de los Héroes. Fundado en 1906 por Fancisco José I de Austria, el museo recibe más de medio millón de visitantes al año y cuenta con obras de Picasso, Rafael o el Greco en su colección.

Tras la visita al museo os recomiendo ir a dar una vuelta por el parque Varosliget, el más bonito e importante de la ciudad. El parque está justo detrás de la plaza y merece la pena visitarlo, allí se encuentra el Castillo Vajdahunyad, el balneario Széchenyi y un lago donde hacen patinaje durante los meses de invierno.

Solo el paseo por los 2.5 kilómetros de largo que tiene la avenida merece totalmente la pena, ya que a ambos lados de la acera podrás ver desde palacios renacentistas hasta edificios espectaculares. Entre todos los edificios de la avenida, el más destacado es el de la Ópera de Budapest. Construida en 1884 por órdenes de Francisco José I, bajo la condición impuesta por el emperador de que no fuese más grande que la de Viena, la ópera es considerada como un de los edificios más bonitos de la ciudad.

Si teneis pensado visitar el edificio, os recomiendo ir a un espectáculo en vez de hacer una la visita guiada. Como sucede con la Ópera de Viena, las entradas que no se han podido vender ese día se ofrecen a precios ridículos a pocas horas de que comience la función.

 

  1. Las termas

De las tres atracciones que te he propuesto visitar en Varosliget, el balneario puede que sea el plan más atractivo y relajante de todos. Si por algo es conocida Busdapest es por sus termas y Széchenyi es la más popular de las 8 más visitadas de la ciudad. Inaugurado hace 120 años, este balneario de estilo neo-gótico es uno de los baños termales medicinales más grandes de Europa, lo que lo convierte en el balneario más popular entre los turistas.

 

Es cierto que las termas de Széchenyi son las más grandes y conocidas, pero también las más caras. La entrada es de 39€ entre semana, un precio a mi parecer, muy elevado. De hecho, hay balnearios más bonitos y económicos, como el Gellért. Abierto en 1918, este balneario mundialmente conocido por su espectacular decoración con mosaicos inspirados en el Art Noveau, es el más popular por detrás de Szécheny. El precio de la entrada también es elevado (la entrada cuesta 25€ entre semana) y son bastante turísticas, pero no vas a encontrar unas termas tan impresionantes como estas.

Si lo que buscas es un balneario a un precio más asequible, yo me decantaría por Lukacs. Situado en la zona de Buda y alejado de la zona turística, esta es la terma más frecuentada por los locales y la más barata de las 8. Con un precio de 11€ para adultos y 8€ para estudiantes, estas termas son el ejemplo perfecto de que existen opciones para todos los bolsillos. Aunque sean muchos menos glamurosas que las anteriores dos termas, este es lugar perfecto para sentirte como un local más y disfrutar de la experiencia al máximo.

¿Dónde comer?

Muchos de los platos más populares en países como República Checa o Polonia, como el goulash o dulces como el kürtőskalács, son propios de la cocina húngara. Aunque los restaurantes de comida tradicional sean un poco más caros que en el resto de lugares que he visitado, la gastronomía de este país es una de las más ricas y variadas del este de Europa.

Como adelantaba en el párrafo anterior, la comida más popular es el goulash, el plato nacional de Hungría.  El goulash es un estofado de carne y verduras condimentado con paprika, lo que le da ese toque picante. En Hungría el paprika es como la sal, se le echa a practicamente casi todo. Como es habitual en esta zona del viejo contiente, las sopas juegan un papel muy importante, siendo la más famosa la halászlé . La conocida como “sopa de los pescadores”, es una sopa de pescado (normalmente se hace con carpa o lubina) acompañada con chilis, pimientos y paprika. Si eres amante del picante, te enamorarás de este plato, ya que es considerado como uno de los más picantes de Europa.

Si lo que buscas es algo rápido, barato y tradicional, el lángos es tu mejor opción. La conocida como “pizza húngara” es el fast food más popular entre los locales. Consiste en una especie de pan de pita frito al que puedes añadirle los topings que quieras. El lángos más típico es el de queso gratinado acompañado con una salsa parecida al ali-oli. Por último, hay que dejar hueco para el postre. El dulce húngaro por excelencia es el kurtoskalacs, un pastel en forma de cilindro espolvoreado con azucar que se hornea sobre una parrilla, lo que hace que se caramelice el azúcar y quede crujiente por fuera. Puedes acompañarlo con helado y añadirle canela o nueces, eso ya a vuestro gusto. Los podrás encontrar en muchísimos puestos repartidos por toda la ciudad, lo que puede ser una suerte o una perdición. Se me hace la boca agua solo de pensar en este pastel…

El lugar con mejor relación calidad-precio para probar los platos más típicos de la gastronomía húngara es Drum Café, un local situado en pleno barrio judío con una terraza muy agradable y con una carta muy amplia. Otra opción económica es Frici Papa, la única pega es que seguramente esté lleno cuando llegues porque es uno de los restaurantes más frecuentado por los turistas. Aunque sea un poco más caro que los dos restaurantes anteriores, Hungarikum Bistro es otro de los lugares más recomendados para comer muy buena comida tradicional. Si tienes pensado comer allí, reserva con mucha antelación porque suele estar hasta la bandera.

Por último, aunque no lo recomiende por sus precios extremadamente elevados, no puedes marcharte de Budapest sin haber pasado por el New York Café. Considerado como el café más bonito del mundo, (y puede que también de los más caros), este palacio ha sido adaptado como restaurante de alta clase y se ha convertido en una parada obligatoria en la capital. Es una preciosidad.

Hasta aquí la guía de hoy, como siempre, espero que os sea de utilidad para algún futuro viaje a la capital de Hungría y como motivación para visitarla por primera vez o para hacerlo de nuevo. Budapest es una ciudad única con un aura especial, hacía tiempo que una ciudad no me impactaba tanto. Aunque no tenga tanto que visitar como otras capitales europeas, Budapest es una ciudad para perderse por sus calles y dejarse llevar por su cultura. Ya estoy contando los días para poder volver.