Bienvenidos a una aventura más por Europa, esta vez viajamos hasta una de las ciudades más importantes del viejo continente.

Después de tantos viajes por Centroeuropa ya era hora de ir hasta el oeste y recorrer esta preciosa parte de nuestro continente.

Como ya sabréis, si sois lectores habituales, en esta guía os contaré la mejor manera de viajar hasta Bruselas, cuáles son los monumentos que no podéis perderos y donde se encuentran los mejores restaurantes para degustar la gastronomía belga al mejor precio. ¡Arrancamos!

¿Cómo llegar?

La conexión entre nuestro país y la capital de Bélgica es excelente. Encontrareis vuelos por tan solo 15€ desde Santiago de Compostela y muchos otros aeropuertos de la península. Pero no todo es tan bonito como parece, ya que las aerolíneas low-cost vuelan al Aeropuerto de Charleroi, no al aeropuerto Internacional de Bruselas. La mejor opción para llegar al centro de Bruselas desde Charleroi es en autobús. La compañía Flibco opera buses cada 20 minutos con destino a la Gare du Midi. El billete cuesta 20€ y es válido durante todo el día.

Moverse por Bélgica es muy cómodo y sencillo gracias a su excelente sistema de trenes y las líneas de FlixBus que operan durante todo el día, os recomiendo descargaros la aplicación desde el móvil para ahorraros tiempo y dinero.

¿Qué ver?

  • La Grand Place

No hay sitio más mágico e icónico en Bruselas que la Grand Place. Su historia se remonta hasta el siglo XII, fecha en la que se formó el primer mercado de la ciudad en donde hoy se ubica la plaza. Con el paso del tiempo se fueron construyendo edificios en la plaza, incluido el espectacular ayuntamiento gótico en el siglo XV. La plaza era el centro económico, social y cultural de la ciudad, también servía como escenario de ejecuciones públicas. Las tropas de Luis XIV bombardearon la plaza en 1695, los intensos trabajos de restauración finalizaron en el siglo XIX y su resultado su espectacular apariencia actual.

Uno de los monumentos más importantes de la plaza es el Museo Nacional de Bruselas, uno de los más interesantes de la ciudad y donde se exponen los 800 trajes del Manneken Pis. Gran parte de la plaza está rodeada de casas gremiales y las casas de estilo neoclásico como Le Cornet, Le Pigeon, la Chaloupe d´Or o la Maison du Roi. La Grand Place fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998 y para muchos esta es la plaza más bonita del mundo, ¿estás de acuerdo? Para mí la Plaza de España de Sevilla es la número uno en el ranking.

De camino a la Grand Place no dudéis en parar a visitar el Palacio de la Bolsa y pasar por las preciosas Galerías Saint Hubert, las primeras galerías comerciales de Europa. Prestad mucha atención al street art en las fachadas de los edificios de la ciudad, ya que varios están decorados por murales representando escenas o personajes de los cómics belgas más famosos como Tintín o Los Pitufos. Bruselas es considerada como la capital mundial del cómic, autores legendarios como Hergé, Morris o Peyo pasaron gran parte de su vida en la ciudad.

  • El Manneken Pis

Construida por Jérôme Duquesnoy l’Ancien en 1619, esta estatua de bronce de 60 centímetros se ha convertido en uno de los iconos de Bruselas y una de las fuentes más famosas del mundo. El Manneken Pis ha sufrido numerosos actos de vandalismo a lo largo de los años, fue incluso robado en varias ocasiones. 

¿Sabíais que hay una réplica femenina del Manneken Pis? Construida en 1987 justo en frente del bar Delirium en el callejón Impasse de la Fidélité, la Jeanneke Pis es uno de los monumentos más curiosos de Bruselas y bastante poco conocido en comparación con su versión masculina. 

Si pensabais que la cosa acababa aquí estabais muy equivocados, ya que también hay una versión perruna del niño meón. El Zinneke Pis es una estatua de bronce construida en 1999. Se trata de un perro levantando su pata para hacer sus necesidades en un poste.

Brussels, BE

  • El Palacio Real

Uno de los edificios de visita obligatoria es el Palacio Real, aunque esta no es la residencia oficial de los monarcas belgas. Podréis visitarlo únicamente entre los meses de julio y septiembre.

Justo en frente del palacio se encuentra el Parque Real o Parque de Bruselas, un enorme pulmón verde en el centro de la ciudad perfecto para descansar a la sombra y tomaros un respiro durante vuestra ajetreada visita a la capital belga. Otro parque perfecto es el del cincuentenario, allí se encuentra el Museo de Artes y Ciencias, Autoworld y el Museo de las Fuerzas Armadas. Se construyó en 1880 para celebrar el 50 aniversario de Bélgica.

A unos pasos de la residencia real os topareis con otro palacio, el Palacio de la Nación, el edificio del Parlamento de Bélgica. Justo al lado del parlamento, encontrareis el jardín Monts des Arts, el lugar perfecto para contemplar el atardecer ya que las vistas desde allí son preciosas. Además de los jardines, el recinto alberga la biblioteca nacional y varios museos, pero si tenéis la intención de visitar uno os recomiendo el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica. Se encuentra a tan solo unos minutos andando de los jardines y es el museo más visitado de la ciudad.

 

  • El Barrio Europeo

No podéis iros de Bruselas sin haber paseado por el Barrio Europeo, el hogar de las principales instituciones de la Unión Europea. Ubicado a tan solo 15 minutos andando del Palacio Real, se trata de una microciudad que aflora diversidad y modernidad. Más de 100.000 trabajadores procedentes de los 27 estados miembros trabajan allí. Instituciones como la Comisión Europea, el Consejo de la Unión Europea y el Consejo Europeo tienen su sede principal allí. La sede principal del Parlamento Europeo se encuentra en Estrasburgo, pero la mayoría de las actividades se realizan en la sede de Bruselas. 

La visita al parlamento es completamente gratuita, os recomiendo reservar con bastante antelación ya que los grupos suelen llenarse muy rápido. Además de las instituciones, el barrio europeo cuenta con el Museo de Historia Europea y el precioso Parque de Leopoldo.

  • Catedral de San Miguel y Santa Gúdula

Construida a comienzos del siglo XVI, se trata de la iglesia católica más importante del país, pese a no haber recibido el título de catedral hasta el año 1961. Originalmente el templo era conocido como la Iglesia de San Miguel, pero la iglesia recibió los restos de Santa Gúdula en 1047 y renombraron el templo en su honor.

En su interior destaca la Capilla del Santísimo Sacramento y el púlpito barroco, también se puede acceder al tesoro y a la cripta de la catedral pagando 2 y 3 euros respectivamente. La catedral ha sido el escenario de coronaciones y bodas de la familia real belga. La última boda tuvo lugar el 4 de diciembre de 1999 entre el Príncipe Felipe (actual rey de Bélgica desde 2013 tras la abdicación de su padre Alberto II) y Matilde d´Udekem d´Acoz, la boda fue considerada el evento social más importante de la década en Bélgica.

  • El Palacio de Justicia

Con 26.000 metros cuadrados de superficie, este edificio de estilo grecorromano, construido en 1883, es el palacio de justicia más grande del mundo. Con más de 250 estancias, 27 salas de audiencia y una cúpula de 100 metros de altura, el edificio es más grande que la Basílica de San Pedro del Vaticano.

La única pega del palacio es que gran parte de su fachada todavía sigue andamiada, pero su interior se mantiene igual de espectacular que en su inauguración. Justo en frente del palacio se encuentra la noria de Bruselas y un mirador con vistas increíbles de la ciudad. La entrada es gratuita y el horario de lunes a viernes es de 8:00 a 17:00.

  • El Atomium

El que fuera el icono de la Exposición Universal de Bruselas de 1958, pasó a convertirse, años después, en el símbolo de Bruselas. La estructura representa los 9 átomos de la molécula de hierro ampliados 165 billones de veces. La entrada tiene un precio de 16€ e incluye una visita al Museo de Diseño de Bruselas, el horario de lunes a domingo es de 10:00 a 18:00. El Atomium se encuentra bastante alejado del centro, podéis llegar en autobús (líneas 84 y 88) o el metro (línea 6).

¿Dónde comer?

La comida tradicional belga no es una de las más destacadas de Europa, pero eso no quita que tenga platos deliciosos que debéis probar durante vuestra estancia en el país. El plato más famoso son los mejillones con patatas fritas, los sirven en una pota grande y con una salsa deliciosa. 

Uno de los favoritos de los locales son los carbonnades flamandes, un estofado de carne y cebolla con un toque dulce y acompañado por patatas fritas. Como ya os habréis dado cuenta, las patatas fritas están absolutamente en todos lados, es por eso por lo que Bélgica es considerado el país de este crujiente manjar.

Como opciones fast food os recomiendo el bocadillo mitraillete, consiste en una baguette con carne guisada y patatas fritas (otra vez…) dentro. Si no os habéis aburrido de comer tanta patata, lo comida más típica para salir del paso son los cucuruchos de patatas fritas con salsa. Para finalizar con un buen postre, sin duda tendréis que comer uno de los famosos gofres belgas, bien sea con nata, chocolate o helado por encima. Otro postre que no falla nunca es el chocolate, otra de las especialidades de la repostería belga.

Le Marmiton o el Grimbergen café son dos restaurantes tradicionales con una excelente relación calidad-precio. Si lo que os apetece un local para tapear y tomaros algo de pie, sin duda el mejor lugar es Noordzee Mer du Nord. Por último, el mejor sitio para probar la famosa cerveza belga es el mundialmente conocido Delirium café. Podrás elegir entre casi 2.500 cervezas de todo el mundo. En el 2004 el bar recibió el World Record Guinness por ser el bar con la mayor variedad de cervezas en oferta.

Hasta aquí el artículo de hoy, espero que os haya resultado interesante y que os anime a visitar la capital de Bélgica por primera vez o de nuevo. Me apetecía viajar a esta parte de Europa, después de haber estado recorriendo todo el Este del viejo continente, aunque mi recuerdo de Bruselas lo tenía muy reciente, ya que pude visitarla el año pasado. 

Bruselas es una ciudad muy bonita y animada que debéis visitar al menos una vez en la vida, al ser el corazón de la Unión Europea. No os perdáis los próximos artículos para descubrir que otros destinos imprescindibles para poder incluirlos en vuestra visita a Bélgica. ¡Hasta la próxima!