La financiación “singular” prometida para Cataluña, supone rebajar hasta 20.000 millones los recursos del resto de comunidades autónomas.

Las negociaciones del PSOE con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), para investir al socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña, se han cerrado con el desarrollo del llamado “cupo catalán”. Este pacto es uno de los más onerosos para las arcas del Estado, pues se estima entre 20.000 y 13.200 millones de euros el impacto que va a tener en la contabilidad nacional. 

Desde el partido independentista ERC ven el acuerdo como un éxito. Y no es para menos, pues matan dos pájaros de un tiro. En primer lugar, la Generalitat tendrá un mayor presupuesto, lo que se traduce en mayor poder; y en segundo lugar ganan la batalla independentista a Junts per Catalunya, que ni con el show de Puigdemont han podido paralizar una investidura que les deja en la oposición. 

Los partidos de izquierdas repiten sin cesar que los ricos tienen que pagar más en solidaridad con los pobres, justo lo contrario de lo que pregonan para Cataluña, comunidad rica que será todavía más rica a costa que las demás sean más pobres

Con el cupo catalán o propuesta de “financiación singular” para Cataluña, pasaría a recaudar la totalidad de los impuestos frente al 9% actual. Una vez recaudados los impuestos, Cataluña aportaría una cantidad sin concretar al Gobierno Central, con la finalidad de financiar inversiones conjuntas y la transferencia al fondo de solidaridad con las Comunidades Autónomas más desfavorecidos. 

La principal consecuencia del cupo catalán es que Cataluña aportaría mucho menos a la caja común y, en consecuencia, otras Comunidades Autónomas verían mermado su presupuesto. Ante este panorama, las Comunidades Autónomas más desfavorecidas (Canarias, Murcia, Andalucía, Galicia, Castilla la Mancha y Castilla y León) han iniciado una protesta, a la que se han unido los vascos, y es que su cupo ya deja de ser el único en España, pareciendo así que pierden este privilegio hasta ahora exclusivo. 

¿Los políticos del PSOE, SUMAR, BNG y resto de partidos no catalanes votarán a favor en el Congreso de privilegiar a Cataluña y disponer de menos recursos para sanidad, educación o servicios sociales en sus comunidades autónomas?

Una vez llegado al acuerdo del cupo catalán, la pregunta clave es ¿cómo se financia? Y siempre hay dos posibles respuestas: o elevas los ingresos fiscales vía impuestos o recortas el gasto público. Existe una tercera opción, que es la más insostenible de todas y, a todas luces, el camino preferido a tomar: la emisión masiva de deuda pública. La emisión de deuda pública es traer bienestar desde el futuro al presente. Por ello los actuales Gobiernos prefieren endeudar a las generaciones futuras, antes que asumir lo que realmente hay que hacer, con medidas impopulares que vendrían desde aumentar los ingresos fiscales a reducir el gasto público.

La deuda pública ha aumentado en cerca de 400.000 millones de euros desde el inicio de los mandatos de Pedro Sánchez. Unas cifras que ya venían creciendo en menor medida con los anteriores gobiernos de Rajoy, pero que ahora se han disparado debido, en parte, a que la población no es consciente del impacto de la deuda pública en su vida presente, por lo que no le ponen atención ni sancionan su mal uso. De hecho, parece incluso que la población vota a favor de la deuda pública, con la aprobación de medidas sociales que producen un impacto inmediato para una pobreza futura. Pan para hoy y hambre para mañana. 

Para hacer realidad la financiación singular de Cataluña, Pedro Sánchez puede seguir subiendo impuestos – que lo hará -, rebajar el gasto público – que no lo hará – o emitir más deuda pública para hurtar bienestar desde el futuro al presente

Parece que la única defensa que tiene España podría venir desde fuera. Siendo los políticos españoles una representación fiel de la ignorancia de la población de este país, los únicos que podrían frenar la emisión de deuda pública española serían los mercados de capitales. Pues llegado el momento, ¿quién va a comprar deuda española si existe la alta posibilidad que no se pueda satisfacer el pago de ésta? Ya se han producido embargos de activos españoles, debido a que el Estado no está pagando las deudas por las primas emitidas sobre las renovables en 2012. Esto es un serio aviso para lo que viene, porque si no se puede financiar el Estado, no se puede seguir manteniendo las paguitas.

FEDEA calcula en 13.200 millones la reducción de recaudación de la caja común por el cupo catalán, lo que supone rebajar en un 11% la financiación del resto de comunidades autónomas

Desde la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), organismo independiente al que todavía el Gobierno no ha podido manipular; su director Ángel de la Fuente se muestra partidario de subidas de impuestos ante la imposibilidad de llegar a acuerdos para recortar el gasto. Precisamente desde FEDEA enuncian que se podría cuantificar en hasta 13.200 millones la reducción de la recaudación desde la caja común del Estado hacia Cataluña por el cupo catalán.

La caída en la recaudación del Estado implicaría que las demás comunidades autónomas reducirían en cerca de un 11% la financiación que recibían. Si las comunidades autónomas no desearan perder su financiación, el gasto público Estatal se debería recortar en transferencias sociales o en educación, sanidad, justicia o defensa; o incrementar el esfuerzo fiscal, que ya se sitúa en máximos.

Foto. La investidura de Salvador Illa le sale muy caro al resto de españoles y no le garantiza estabilidad para gobernar

En definitiva, no existe ninguna explicación por la cual el cupo catalán beneficie al bien común. De hecho, Salvador Illa es un presidente que ya desde su investidura sale caro. En España, el panorama político y económico es cada vez peor y por ello, animo a todos los españoles a votar. Pero a votar con los pies, ya que es manifiesto que votar a rojos, azules, verdes, morados o naranjas tiene el mismo efecto; parece que lo único que puede cambiar España es que los cotizantes nos vayamos del país al que amamos. En el momento en el que los cotizantes se vayan, los receptores netos de paguitas y el sector público tendrán que empezar a preguntarse cómo se va a garantizar la continuidad de un modelo corrupto.

España es un lugar maravilloso y no cabe duda de que es uno de los mejores países del mundo para vivir. Sin embargo, al igual que un padre con su hijo, es necesario tomar las acciones necesarias para que aquello que amas se dé un golpe de realidad en el presente, que le evite males mayores en un futuro.