Dependiendo del dinero recibido en publicidad institucional, las cabeceras de los diferentes medios de comunicación se hacen eco de los datos de paro del tercer trimestre de diferentes formas. En los medios que más publicidad institucional reciben, se puede leer que España ha creado 209.000 empleos, que la ocupación creció entre junio y septiembre más del doble del año pasado o que 7 de cada 10 nuevos empleos son ocupados por un extranjero (por eso vienen tantos a España, por la calidad del empleo).

Sin embargo, hay que descargarse el informe oficial para comparar punto por punto las cifras y así no caer los sesgos de los medios de comunicación tradicionales. Vamos con los hechos: la tasa del paro, según se calcula actualmente subió del 11,6% al 11,84% por el aumento de la población activa.

¿Qué quiere decir esto? Pues que resulta que en un trimestre se “activan” para trabajar 300.000 personas. Ante esto hay varias posibles lecturas: o que hay personas que solo trabajan durante el verano y que no trabajan durante todo el año, o que la pirámide poblacional a aumentado en 300.000 personas este trimestre o que hay un error en la valoración de lo que se llama “población activa”.

Hemos visto que este verano ha sido de récord para el turismo con buenas temperaturas hasta octubre, precios de los hoteles disparados y las aerolíneas ofertando mucha capacidad. Sin embargo, tan solo el número de trabajadores activos durante el verano ha crecido en 77.700 personas, cifras muy inferiores a los tres trimestres del período 2016-2019 en el que se activaban unas 179.000 personas de media. Menos mal que ha sido un verano récord y faltaba mano de obra.

Obviamente en verano es el sector privado quien más empleo crea entre los meses de julio y septiembre, con unos 192.200 nuevos puestos de trabajo este año. Digo obviamente por debería ser lo normal, lo completamente anormal fue el tercer trimestre del año pasado en el que el empleo público creó el 67% de los nuevos empleos.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) se ha llegado a un récord de 21,26 millones de empleados en España, pero la lectura real de esa cifra es que un récord de cotizantes no implica mayor aportación de cotizaciones sociales ni de horas trabajadas, que siguen por debajo de los datos prepandemia.

La teoría económica dice que si el Estado aporta transferencias al trabajador desempleado similares al salario que recibiría en el mercado laboral; éste hecho resulta en que  al trabajador no le resulta atractivo volver al mercado laboral y viviría entonces de la paguita. ¿Qué ha ocurrido este trimestre en el que 300.000 personas se han “activado” para trabajar? Pues que los alimentos han subido un 30% y la paguita ya no da para comer, por lo que cuando hay hambre hay que trabajar.

Hablando en cifras (con fuente del INE) de los 47,42 millones de habitantes censados en España, la población dispuesta a trabajar es de 24,1 millones; de esa población activa 21,26 tiene un empleo y 2,84 millones están parados. Con estas cifras en la mano se obtiene que únicamente el 50% de la población española es elegible para trabajar ¿qué poco no?

Si la población española son 47,42 millones; 24,1 millones son activos laboralmente hablando; hay 9,13 millones de jubilados y 8,2 millones de niños menores de 16 años… ¿qué están haciendo los 6 millones de personas restantes? Hablamos de que una población aproximada como la de la Comunidad de Madrid no está “activada” para trabajar, pero sí está en edad de trabajar. Los motivos pueden ser múltiples: estudiantes, minusválidos, ninis…pero en serio, ¿6 millones de personas en edad militar que no están aportando al Estado? Que cada uno saque sus conclusiones, pero a mí se me ocurren algunas: economía sumergida, paguitas y falta de incentivos para incorporarse al mercado laboral.

Como consejo para el lector, cuando vea datos de empleo intente cruzar los datos de paro publicados por el gobierno y la Encuesta de Población Activa (EPA). No se sesgue por lo que le cuenten los medios de comunicación y saque sus propias conclusiones. Y es que vienen curvas. Imagínense estas cifras con una jornada de 37,5 horas a la semana o con el récord absoluto de destrucción de proyectos con 60.200 autónomos menos.

En España hay dos problemas principales para el empleo: el rígido sistema que evita que el trabajador se pueda mover libremente de una empresa a otra (si se va, pierde la posible indemnización acumulada) y luego la cultura de cada vez trabajar menos. Los datos de productividad por trabajador en España son de los peores de Europa y la situación irá a peor al aumentarse la carga fiscal, desincentivándose así el contratar.

España es un lugar maravilloso para vivir con una cultura y una gastronomía excelente. Somos un vergel para que se asienten personas que han creado su riqueza fuera, ya que es muy difícil crear riqueza en España sin que sea depredada. Como diría un tocayo influencer residente en Andorra: “En España hay 4 salidas: funcionario, tierra, mar y aire”.