Resulta que los alcaldes de los siete concellos que conforman el llamado Pacto de Pedre (Pontevedra, Cerdedo-Cotobade, Boborás, Beariz, Maside, Punxín y O Irixo) reclaman ahora la construcción de una autovía entre Pontevedra y O Carballiño. Non foi sen tempo, dende logo.
Quien estas líneas firma escribió en esta misma sección el 17 de diciembre de 2019 –es decir, hace ya cuatro años- un artículo titulado “Ni siquiera 17 años después”, en el que ya me hacía eco de esta histórica demanda. Y no era ni de lejos, la primera vez que reclamaba la ejecución de esa infraestructura, que como recordaba en aquel texto, ya figuraba como promesa en el Plan Galicia, aquel con el que el Gobierno de España trató de calmar el malestar de los gallegos tras la catástrofe del Prestige.
Bienvenida sea en cualquier caso la demanda de los alcaldes del Pacto de Pedre, aunque llegue tarde. Lo que más me entristece es que haya tenido que ocurrir una tragedia, como fue la del accidente del autobús de Cerdedo, en el que fallecieron siete personas, para que nuestras autoridades reaccionasen ante una situación que claramente clamaba al cielo.
Si le soy sincero, no tengo muchas esperanzas de que la demanda de los alcaldes pontevedreses y ourensanos se convierta en una realidad a corto plazo. Ya les digo que figuraba como una promesa aprobada y firmada en Consejo de Ministros en 2003. Y en 20 años, ni un paso se ha dado en ese sentido. De hecho, tras la construcción del Parador de Muxía, debe ser la única promesa incumplida de aquel Plan.
Y no será porque no se trata de una infraestructura necesaria. La autovía entre la capital de la provincia y O Carballiño evitaría a los vecinos, y a los muchos visitantes, de las comarcas de Pontevedra, O Salnés, Ulla-Umia y O Morrazo tener que recurrir a la AP-9 para enlazar por carretera con Ourense y, por tanto, con la salida hacia la Meseta.
Es muy triste y de todo punto imperdonable que Pontevedra siga siendo la única capital de provincia española que no enlaza por autovía con ninguna parte. Es una muestra más de la discriminación sistemática y del desprecio absoluto al que llevamos demasiado tiempo sometidos los pontevedreses.
Ojalá me equivoque en mi pronóstico y la inversión de la autovía Pontevedra-O Carballiño figure en los Presupuestos Generales del Estado de 2024. Pero las palabras de Pedro Blanco, el delegado del Gobierno en Galicia, no dan lugar a muchas esperanzas. “Temos que ir pouco a pouco” contestó hace unos días a los periodistas cuando le preguntaron por esta cuestión. ¿Qué puede haber más “pouco a pouco” que no hacer nada en 20 años? ¿No hacer nada nunca?
Me duele decirlo pero a veces tengo la sensación de que lo único que puede activar este proyecto es que vuelva a haber una tragedia. ¿Cuántos muertos hay que sumar para que esa autovía sea realidad? Solo espero y confío que quienes tienen la potestad para resolver de una vez por todas este asunto no tengan que cargar con ese peso en su conciencia.