En la primera parte de esta serie de artículos, hemos comentado que la alcaldesa ha decidido subir nuevamente los impuestos municipales un 3%, sin tener en cuenta la complicada situación económica de miles de familias coruñesas y ha afirmado “Voy a subir los impuestos porque no voy a recortar servicios”.
Ya hemos demostrado que muchos ayuntamientos de España han congelado o rebajado impuestos municipales. Es decir, es posible mantener la calidad y cantidad de servicios municipales sin subir impuestos, mejorando simplemente la gestión. También hemos comprobado que hay 23 capitales de provincia con un IBI más bajo que A Coruña y unos servicios municipales adecuados. Madrid, Málaga, Oviedo, Palma, Burgos, Santander o Zaragoza tienen tipos impositivos de IBI bastante más reducidos que A Coruña y una calidad de servicios públicos por encima del que ofrece el gobierno de Inés Rey.
También sabemos que Inés Rey tiene casi 100 millones de remanente de tesorería en los cajones, que no ha sido capaz de gastar en sus años de mandato municipal, y que en sus primeros cuatro años de gestión ha sido incapaz de gastar 180 millones de las inversiones aprobadas en los presupuestos municipales para mejorar la ciudad.
Es evidente que las ciudades que han decidido bajar la presión fiscal a sus vecinos no han empeorado los servicios municipales y que el incremento de la presión fiscal decidida por la regidora coruñesa no ha repercutido en el nivel de satisfacción de los coruñeses, más bien al contrario. Solo hay que recordar que Inés Rey perdió 1.340 votos en las elecciones municipales de mayo de este año, respecto al resultado que obtuvo en 2019, y quedó en segundo lugar, tras un Partido Popular que subió de los 42.000 votos. Por lo tanto, Inés Rey presenta un pobre balance de pérdida de confianza de los coruñeses, tras cuatro años al frente del gobierno municipal.
Y ustedes se preguntarán, ¿cuánto dinero de más nos ha sacado del bolsillo la alcaldesa Inés Rey en sus años de mandato municipal con las continuas subidas de IBI? Fácil respuesta, cerca de 65 millones de euros:
- De 2016 a 2019 pudo bajar el IBI un 10% y decidió no hacerlo; eso le originó un sobre ingreso de 24 millones.
- De 2020 a 2023, no sólo no bajó ese 10% que podía reducir, sino que decidió subir el IBI otro 3% al revisar el valor catastral. Eso significó otro pelotazo de 31,2 millones.
- En 2023 decide aumentar otro 3% el IBI para 2024, lo que le reportará un sobre ingreso de 9,6 millones.
Es decir, desde 2016 a 2023, la alcaldesa subió un 16% el IBI a los coruñeses y recaudó 64,8 millones con ese exceso de presión fiscal, que a muchas familias les hubiese supuesto un balón de oxígeno en sus maltrechas economías.
¿Esta asfixia fiscal nos ha reportado mejores servicios municipales a los vecinos? Como ustedes ya saben, la respuesta es un NO rotundo: Mantenimiento deficiente de los barrios; licencias municipales que tardan dos años en gestionarse; inseguridad ciudadana en todos los barrios, que convierte a A Coruña en la ciudad más insegura de Galicia; los vecinos cabreados por el abandono de sus barrios; la plantilla de la policía local con 100 efectivos de menos; movilidad caótica; concesiones y contratos caducados desde hace años; limpieza viaria desastrosa; recogida de basura catastrófica; planta de Nostián sin sellar vertederos y con un funcionamiento muy defectuoso y una larga lista de agujeros negros en la gestión municipal.
En el siguiente capítulo, vamos a mostrar las conclusiones de una encuesta de satisfacción ciudadana realizada por la plataforma Galicie é Futuro para AHoyNoticias, en la que la gestión del gobierno municipal de Inés Rey no sale muy bien parada.