Si bien esta tribuna está relacionada con temas económicos; desde lo económico, también midiendo la utilidad del tiempo, vamos a intentar dar respuesta a la pregunta de ¿qué merece más la pena, un coche de tracción eléctrica o de hidrógeno? Suponiendo que un consumidor ha evaluado la compra de un coche de tracción eléctrica por encima de un automóvil de combustión, vamos a dilucidar cuál de los dos tipos de vehículos compensa más.

En primer lugar, hay que matizar que tanto el coche a baterías como el hidrógeno son vehículos a propulsión eléctrica. La diferencia es que el vehículo a batería almacena su energía en una pila, que se sitúa en la parte baja del chasis para dar estabilidad; mientras que el coche de hidrógeno obtiene su energía de los tanques que tiene el vehículo debajo de los asientos y del maletero. Por lo tanto, la principal diferencia entre ambos vehículos es el sistema de almacenamiento del “carburante”.

Como base para explicar el sistema de hidrógeno vamos a citar la tecnología del Toyota Mirai, actualmente en comercialización. El vehículo de hidrógeno genera su propia electricidad mediante la denominada pila de combustible- La pila de combustible está compuesta por unas celdas que intercambian el hidrógeno de los depósitos del coche, con el oxígeno que se obtiene del aire. Por comparar, la pila de combustible tiene una densidad energética de 5,4kW/l que entrega una potencia de 128 kW en su segunda generación (la anterior a 2021 entregaba 114 kw); mientras que el Tesla Model 3 entrega 350 kW.

Tanto los vehículos a baterías como los de hidrógeno pueden ser utilizados hasta temperaturas de -30º (con un detrimento importante de la potencia, en mayor medida para el vehículo a baterías en condiciones de frío extremo). En la combinación de hidrógeno y de oxígeno se genera agua como residuo, que debe ser evacuada. Por otra parte, los coches de hidrógeno también poseen una batería pequeña de litio para los sistemas secundarios del motor, recargar la energía de las frenadas, así como el arranque de los sistemas eléctricos del coche. Esta batería es pequeña, de unos 1,5 KWh; que compara con la de los híbridos enchufables de 12 a 18 kWh y a las de los eléctricos puros desde 75 hasta 200kWh (último modelo del Cadillac Escalade).

Sobre mantenimientos adicionales del coche de hidrógeno respecto al eléctrico a batería, podemos encontrar los filtros de hidrógeno, ya que al realizar la mezcla con el oxígeno ambos deben tener un grado alto de pureza. También el principal problema es la batería pequeña de 1,5 kWh que lleva el Toyota Mirai que debido a su carga y descarga contante podría aguantar unos 10.000 km (sin usar hidrógeno) comparado con los 500.000 km que la batería del Tesla Model 3 podría usarse. Si se observa el esquema de almacenamiento de un Toyota Mirai y de un Tesla Model 3 vemos la diferencia, los coches eléctricos a batería son más simples por lo que necesitan menos mantenimientos.

En cuanto a los repostajes, vamos a entrar en lo que sería la madre del cordero. El Toyota Mirai lleva 3 depósitos con capacidad de almacenar 5,6 kg de hidrógeno a 1500 atmósferas de presión, para un total de peso de unos 100kg. La hidrogenera, bombea el hidrógeno a unas 700 atmósferas en los depósitos; para que el hidrógeno llegue a la pila se disminuye la presión hasta 15 atmósferas para su entrada en la pila a unas 0,5 atmósferas. Esto sirve para explicar el complejo funcionamiento de cañerías dentro del coche.

El principal argumento a favor del coche de hidrógeno contra el coche de baterías son los tiempos de “repostaje”. Y es que la carga de hidrógeno se realiza en 5 minutos para 30 o 40 minutos en el caso del coche a batería. Pero eso sucede para el primer coche de hidrógeno, ya que el segundo coche de hidrógeno que desee repostar deberá esperar de 10 a 20 minutos hasta que la hidgrogenera vuelva a tener las 700 atmósferas de presión para realizar el trasvase.

La autonomía que homologa el Toyota Mirai son unos 650 km (0.75 kg de Hidrógeno por cada 100km) ligeramente superior a la autonomía de los vehículos a eléctricos a batería. El precio actual del hidrógeno es de unos 10€/kg por lo que 100km son unos 8€ aprox. Mientras que los vehículos eléctricos de batería pueden rondar sobre los 2-4€ dependiendo de la tarifa de casa. Lo que encarece notablemente el recargar son las electrolineras por la mayor potencia a la que se recarga el coche eléctrico a batería.

Dependiendo del uso que se le de al vehículo, un coche de baterías se puede cargar en casa, siendo más caro en carretera. Por el contrario, el coche de hidrógeno perpetúa el sistema actual de empresas generadoras, logísticas y de distribución; del mismo modo que las gasolineras. Por lo que te tienes que desplazar a llenar el depósito. Actualmente hay 4 hidrogeneras en España, de las cuales 1 es privada y las otras tres alcanzan solo 350 atmósferas para el llenado de lo tanques del vehículo. Respecto a puntos de recarga, en España existen 698 de alta potencia y 35.000 restantes. Ambos números de puntos de carga para electricidad o para hidrógeno, son manifiestamente pobres para una adopción generalizada del coche eléctrico.

Sobre precios, teniendo en cuenta que en el futuro deberían ser más baratos por las economías de escala; actualmente el Toyota Mirai: 75.600€ y el Tesla Model 3: 40.900€. Sin aplicar descuentos de la marca ni planes varios para incentivar comprarse un coche “ecológico”. Merece la pena compartir que el plan de Toyota se desliga del de la mayoría de las marcas automotrices y es que han manifestado que “no renunciarán a los coches híbridos y que la salvación del coche pasará por el hidrógeno”.

En definitiva, es un debate amplio la elección del coche a baterías, a hidrógeno o de combustión tradicional. Pero si lo que de verdad preocupa al cliente es la pregunta: ¿cuál de ellos es más sostenible? Entonces que se quede con su antiguo coche de 30 años y lo cuide; que a pesar de que consuma más y no sea tan eficiente, tiene emisiones netas inferiores que las que cuesta fabricar un coche nuevo. Pero esta idea de sostenibilidad no parece gustarle demasiado a la industria de la automóvil.