Planteamos los grandes retos del presidente de la Xunta de Galicia para los próximos cuatro años.
El próximo sábado, el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, tomará oficialmente posesión de su cargo. Creo que es, por tanto, el momento oportuno para desearle la mejor de las fortunas – en tanto que una buena gestión de su Gobierno repercutirá en una mejora de la situación de todos los gallegos – y también para llamar la atención acerca de algunas cuestiones que considero que deberían ser prioritarias en su mandato.
Llega Alfonso Rueda a su toma de posesión con un aval valiosísimo: los votos que le dieron una amplísima mayoría de los gallegos, el pasado 18 de febrero. Pero semejante demostración de confianza conlleva al tiempo una notable dosis de responsabilidad. Ahora toca estar a la altura de esa confianza y demostrar con hechos que el voto a su candidatura era un voto justificado.
La amplísima mayoría de gallegos que votaron a Alfonso Rueda implican una enorme responsabilidad para el presidente de la Xunta de Galicia.
Habrá personas que votaron a Alfonso Rueda porque les convenció su programa, quienes le votaron porque les parecía el candidato más atractivo, quienes lo eligieron arrastrados por la preocupación de lo que está ocurriendo en otras regiones de España, habrá también quienes pensaron que era el menos malo de los que se presentaban… Da igual. El motivo es lo de menos. El presidente deberá responder ahora a la confianza de quienes le votaron y deberá gobernar con igual ahínco y dedicación para quienes no lo hicieron. A partir del sábado, Alfonso Rueda será oficialmente el presidente que nos represente a todos los gallegos y en su éxito estará también el de toda la comunidad.
Representar a todos – y esto es algo que demasiados políticos olvidan cuando alcanzan el poder – conlleva trabajar y gobernar para todos por igual. Sin vetos. Sin discriminaciones. Sin marginar a nadie. Siempre en positivo.
Los retos que nuestro presidente tiene por delante para los próximos 4 años son muchos y trascendentes. Uno de los más importantes es que, por fin, Galicia converja con el resto de las comunidades e incluso con Europa. No podemos seguir estando en la cola en los principales indicadores económicos, como ocurre ahora. Pero, para ello, debemos ser más competitivos, tener mejores infraestructuras y comunicaciones, lo que entre otras cosas implica suprimir los peajes a la movilidad. He ahí, tres de los pilares fundamentales sobre los que Rueda debe posicionar las claves de su mandato.
Como prioritario debe ser fortalecer y mejorar nuestro, cada vez más deficiente, sistema sanitario público. Reducir las listas de espera, no ya para una operación sino para una simple visita al médico de familia, mejorar la atención y normalizar las jornadas de los profesionales sanitarios, son demandas que nuestro presidente debe atender sin más dilación.
Infraestructuras, comunicaciones, sanidad, educación, energía, gasto social y apoyo a las empresas son las grandes asignaturas para aprobar con nota en los próximos cuatro años.
Mejorar la educación pública, dirigir con criterio y eficacia la gestión de las energías renovables, evitar los riesgos de exclusión social, fomentar la inversión gracias a proyectos empresariales que dejen en Galicia valor añadido o gestionar el turismo en base a la excelencia, son algunos otros retos que Alfonso Rueda debería tener sobre la mesa desde su primer día de Gobierno.
Señor presidente, tiene por delante una tarea y unos retos tan importantes como ilusionantes. Ni más ni menos que trabajar para que sus hijas y mis hijas, tengan un futuro más próspero. Es el momento de responder a la confianza que los gallegos hemos depositado en usted. También sé que es el momento de tenderle la mano y de arrimar el hombro. Por mi parte, no va a quedar. ¡Buena suerte, presidente!