Acaban de salir los datos de quiebras en España durante el primer trimestre del año con un aumento del 195% de concursos de acreedores respecto al último trimestre del 2019, el último comparable prepandemia. La fuente de estos datos es la oficina estadística de la Comisión Europea (Eurostad) y ofrece datos desestacionalizados que permiten comprar trimestres distintos.

Ya en el tercer trimestre del 2022 hubo un aumento cercano al 20% de las declaraciones de quiebra respecto a las “celebradas” en el segundo trimestre de 2022. Desgraciadamente es una tendencia alcista. Recordemos que el sistema productivo español sigue destruyendo puestos de trabajo y riqueza; por lo que cada vez es proclive a ser menos expoliado por el Estado, porque cada vez queda menos que expoliar. Por otra parte, el Estado sigue aumentando el gasto no productivo en generar clientelismo. Si cada vez el sector productivo pueda dar menos al Estado en forma de impuestos y el Estado cada vez gasta más de algo que no tiene, las cuentas no cuadran.

Se puede pensar que, en ese período, las quiebras en Europa pueden ser algo coyuntural, que afecte a todos los países por igual. Hay dos maneras de verlo. La primera, es que las declaraciones de quiebra de empresas en España comparadas con la media de la Unión Europea ha sido un 15% superior. Por otro lado, hay países como Bélgica, Francia, Italia, Estonia, Letonia, Hungría, Países Bajos y Rumanía en los que se ha registrado creaciones de empresas netas. Pregúntese el lector por qué. Salvo en los casos de Francia y Bélgica, en el resto de los países hay políticas activas de flexibilización en la creación de empresas con importantes incentivos fiscales. Dicho de otro modo, para que te pongan impedimentos en tu casa te vas a otro sitio donde te faciliten las cosas.

A nivel país, España destaca negativamente comparado con sus vecinos de la Unión Europea. En España las quiebras aumentan en absolutamente TODOS los sectores. No es que sea algo coyuntural y enfocado en un sector en particular, es que a nivel actividad España pierde empresas en el sector hostelero, construcción, transporte, educación y sanidad, financiero, comercio, construcción información y comunicación, e industria. Todo ello en datos comparables del último trimestre de 2019, en plena actividad prepandemia. Salimos más fuertes….

Para celebrar la actual presidencia de la Unión Europea por parte de España, nuestro Gobierno acaba de enviar dos mensajes a la Comisión Europea: uno pidiendo que el catalán, el euskera y el gallego sean incluidos en el régimen lingüístico de la Unión Europa. Y el otro que la reciente oleada de quiebras en la Unión Europea se debe en mayor medida a los incrementos que aporta España. Nuestro Gobierno está en las cosas importante.

¿Se acuerda el lector las moratorias concursales que nuestro Gobierno fue encadenando dese marzo de 2020? Qué casualidad que desde la eliminación de las mismas el 30 de junio de 2022, los datos de quiebras de empresas no paren de aumentar. Dicho de otro modo, se tenían a las empresas quebradas sin posibilidad de declararse en quiebra para que no aparecieran en la foto. También ha incidido el aumento de costes financieros que hace que las empresas tengan que asumir unos costes superiores para endeudarse.

Al contrastar los datos de Eurostad con los publicados por el Ministerio de trabajos sobre empresas inscritas en la seguridad social se puede comprobar que hay 12.700 empresas menos en Julio que en abril de este año. Lo que implica que España tenga menos empresas inscritas en la Seguridad Social que antes de la pandemia. No hace falta mencionar que desde la situación prepandemia, el endeudamiento del Estado ha sido notorio y quien está sufriendo los envites recaudatorios del Estados son las familias y las empresas que quedan.

Por destacar, en España sigue habiendo hambre por emprender, pero la gente no es tonta. No es que los emprendedores sean contrarios a pagar impuestos, es que son contrarios a ser estafados y esquilmados. Por ello, si su modelo de negocio se basa en la web, en ningún caso se elige España para constituir el nuevo proyecto, eligiendo otros países con una seguridad jurídica mayor y con unos impuestos alineados con los que la empresa va a recibir a cambio.