Por Carlos Rapela.

El 5 de octubre se han cumplido 102 años del nacimiento de un destacado coruñés, que si bien nacido en Vigo, pasó la inmensa mayoría de su vida en nuestra ciudad. Se rata de D. Francisco Dotras Lamberti, empresario, naviero, diplomático, mecenas, escritor, pintor…. Tras estudiar en Vigo, hizo el servicio militar como Alférez de Complemento en La Coruña, en el Grupo de Intendencia de San Amaro. Al finalizar su servicio, se casó con la coruñesa María Menéndez Ponte, nieta del Naviero coruñés D. Joaquín Ponte Naya, en cuya Naviera desempeñó diversos cargos.

D. Joaquín Ponte Naya en 1969 en la botadura del buque que llevaba su nombre

D. Joaquín Ponte Naya en 1969 en la botadura del buque que llevaba su nombre

 

En Astano, haciendo sus pruebas de mar, en la ría ferrolana

En Astano, haciendo sus pruebas de mar, en la ría ferrolana

Fue el fundador de la Conservera Friscos y de la Naviera Aluflet. Fue también Consignatario y como Naviero y Consignatario, fue elegido por la República francesa para desempeñar el cargo de Cónsul Honorario de Francia en nuestra ciudad, cargo que ostentaría hasta su muerte y que actualmente desempeña su hija Mónica. Ambos se ven en esta foto de antes de su fallecimiento.

A raíz del hundimiento del pesquero La Isla, entre la Torre de Hércules y As Lagoas, encabezó un movimiento social que consiguió establecer en La Coruña la primera Base de Salvamento de España de la Cruz Roja, a la que se dotó de una lancha de salvamento que, en esa época, era la más moderna de Europa, la Blanca Quiroga, que tantas vidas salvó a lo largo de su vida operativa. Lleva el nombre de la hija de doña Emilia Pardo Bazán, que fue gran benefactora de la Cruz Roja en Galicia. Aquí vemos a esa veterana embarcación, que, tras salvar cientos de vidas, esta injustamente desterrada en un monte lejos del mar, cuando a lo largo del Paseo Marítimo o en San Amaro o Casa de los Peces podría estar al lado del mar al que debe su existencia.

Fue también escritor de numerosos artículos navales e históricos o del libro El árbol, el hijo y esto. Como pintor, sus cuadros pueden verse en el Museo Militar coruñés y en distintas dependencias de la Diputación Provincial, además de viviendas particulares. Pero lo que quiero destacar en este artículo es que entre 2000 y 2014 fue presidente de la Asociación Gran Armada, que tiene su sede en el Faro de Oza, cercana al Hospital del mismo nombre y de la Escuela de Fisioterapia. La Asociación Gran Armada nació con el fin de recordar las gestas de marinos y soldados de la Grande y Felicísima Armada, su nombre oficial, conocida por los ingleses como la Armada Invencible. Pero también con el objeto de recordar los cinco o seis años posteriores a aquel suceso histórico.

Procedentes de Lisboa, Andalucía, Levante y puertos del Cantábrico se reunió una Flota de casi 200 unidades que inicialmente deberían estar al mando del gran marino Álvaro de Bazán, el más experimentado Almirante del mundo en aquellos tiempos. Su fallecimiento hizo recaer el mando en el inepto e incapaz Duque de Medina Sidonia.

A mediados de 1587, la Armada zarpó de La Coruña en demanda del Canal de la Mancha, en donde los Tercios de Flandes estacionados en los Países Bajos embarcarían para, según las instrucciones de Felipe II, invadir Inglaterra, derrocar a la hereje y Graciosa Majestad Isabel I y restaurar el catolicismo tras haber ajusticiado los ingleses a la Reina María de Estuardo. Una fortísima galerna desarboló a la Flota y aquellos buques que no se hundieron o pudieron ponerse a salvo en Flandes, se vieron obligados a dar un rodeo por el Norte de las Islas británicas, sufriendo además continuos ataques ingleses. Tras meses de penosa navegación, la destrozada Flota regresaba dividida y ruinosa a Santander y La Coruña con el 90% del resto de las tripulaciones heridos, enfermos o moribundos.

Aquí, dos años después, en 1589, la Reina británica quiso devolver el golpe a la ciudad de la que salió la Armada que quiso derrocarla. Doña María Pita se encargaría de decirle a Drake “ídevos a tomar…. vento”. Luego intentó tomar Lisboa y levantar a los nobles portugueses contra el Reino español, lo que tampoco consiguió. Lo intentó queriendo conquistar Canarias, de donde fue nuevamente expulsado tras un ataque en la Zona de Panamá, fue derrotado definitivamente en el Caribe, desde donde, desmoralizados y humillados, los de Drake volvieron a Inglaterra, donde tras su fracaso, cayeron en desgracia.

En 1601, Hugo O´Donnell y otros nobles irlandeses católicos se levantaron en Irlanda para acabar con la ocupación británica. Felipe III envió una flota de 30 buques al mando de D. Diego Brochero con unos 7.000 soldados al mando del abulense Juan del Aguila, famoso capitán de los Tercios. Nuevos temporales desarbolaron la Flota, que en su mayoría regresó a La Coruña, pero nueve barcos, con Diego Brochero y Juan del Aguila y unos 2.000 soldados y marinos desembarcaron en Irlanda.

Al tocar tierra, un centenar de ellos fueron masacrados en la playa. Allí, el resto consiguió unirse a los rebeldes católicos. Tras meses sitiados y sin que las ayudas llegaran desde La Coruña, se rindieron los pocos españoles e irlandeses que quedaban. Cuando los refuerzos españoles procedentes de la Península llegaron solo pudieron recoger a unos 200 españoles famélicos, enfermos y heridos. Juan del Aguila moriría víctima de las enfermedades allí contraídas al poco de regresar a La Coruña. También vinieron nobles irlandeses que escaparon del anglicanismo y que hicieron de España su nuevo hogar hasta la actualidad, como los O´Donnell irlandeses o los Stuart o Estuardos ingleses, que emparentaron luego con la Casa de Alba, siendo varios de ellos cabeza de ese linaje.

Todos los años la población irlandesa recuerda a los españoles allí caídos con actos que incluyen desfiles populares, homenajes a nuestros muertos con gente que visten los uniformes españoles, y con la Bandera española de la época, la legendaria Cruz de San Andrés o Aspa de Borgoña. En el 400 aniversario, en el 2001, la representación española corrió a cargo de la Gran Armada, con D. Francisco Dotras Lamberti, que donaron un monumento al pueblo de Kinsale inaugurado por la presidenta de Irlanda, el Duque de York y el Embajador español. También suele participar cada año un buque español desplazado desde el Arsenal de Ferrol.

El pueblo irlandés desfila varios kilómetros hasta la playa donde los españoles fueron masacrados y portan las cruces que luego colocaran en la arena como homenaje. Por las calles es habitual ver las actuales Banderas de Irlanda y España, junto a la anterior de España, que desde los tiempos de Isabel la Católica hasta el siglo XIX fue la oficial de nuestro País.

Esto es Historia. Historia de España, de Irlanda, de nuestras Fuerzas Armadas y de La Coruña.