Desconozco el motivo por el que la alcaldesa ha decidido despreocuparse del patrimonio arbóreo de la ciudad, pero lo que está claro es que en los últimos años se ha producido una tala sangrante de árboles de todo tipo en la ciudad.

Hoy por la mañana estaba leyendo en la prensa local el penúltimo capítulo; el anuncio de lo que ya sabíamos hace más de un año: el gobierno de Inés Rey anunciaba la desaparición del último olmedal de Europa en el jardín de San Carlos.

Entonces recordé una denuncia publicada en este medio digital a principios de este año sobre las causas de esta catástrofe. Comentaba por aquella fecha el denunciante que “lo primero que llama la atención es que sus olmos están secos y cuando pregunto a un amigo del ayuntamiento, me asegura que la alcaldesa Inés Rey tenía un informe encima de su mesa antes de las elecciones municipales advirtiéndole que había un olmo afectado de grafiosis, pero no se atrevió a cortarlo porque afirmó que antes de las elecciones no se cortan árboles. Si hubiese hecho caso a los técnicos, hubiese corregido el problema, pero ahora ya está la plaga extendida y ha destrozado todos los olmos centenarios”. Si esto es cierto, que no lo dudo, esta señora tiene que dimitir de forma inmediata.

Aún no me había recuperado del mazazo, cuando me asomo por la ventana y contemplo la siguiente escena:

Unos operarios cortando otra palmera en la zona de la plaza de San Pablo y el problema es que esto no es algo excepcional, lleva sucediendo desde hace años.

¿Cuántos van ya en toda la ciudad? ¿quién se hace responsable de esta sangría? ¿para que cobra un sueldo astronómico la alcaldesa y sus concejales de gobierno?

Esta ciudad va cuesta abajo y nadie frena este estrepitoso fracaso.

MOV (A Coruña)