De cara a las elecciones generales del 23 de Julio, el partido político Vox ha presentado su programa electoral, donde destaca su plan económico para España en el caso de ser elegido la fuerza más votada. En resumen, Vox propone llevar a cabo la mayor y más profunda reforma fiscal de la historia reciente de España. En este artículo se analiza la viabilidad de esa propuesta.

La reforma fiscal es la parte que abarca más páginas en el programa económico de Vox y es el epígrafe que más polémica o repercusión ha suscitado en los medios de comunicación. En su programa Vox aboga por una “fiscalidad para la prosperidad” en la que, en resumen, se bajarían drásticamente los impuestos recortando por otra parte en gasto político innecesario para aumentar las transferencias del Estado hacia infraestructura y servicios públicos.

Pero ¿en qué consiste esta reforma fiscal? Desgranando la figura tributaria del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF), Vox enuncia la reducción de todos los tramos del IRPF a únicamente 2: 15% para rentas inferiores a 70.000€ y 25% para bases imponibles superiores a 70.0000€; adicionalmente la exención de IRPF para rentas inferiores a 22.000€ independientemente del número de pagadores. Mención aparte es la reducción del IRPF en 4 puntos por cada hijo, de manera que una familia con 4 hijos no pagaría IRPF si sus rentas fueran menores a 70.000€, pagando un 9% para rentas superiores a 70.000€.

Para cuantificar la magnitud de la bajada de los ingresos fiscales del país, tan solo en relación con el IRPF, pongamos un caso extremo: una persona con 4 hijos y unas rentas del trabajo declaradas de 100.000€ en Madrid, la Comunidad Autónoma con la fiscalidad más laxa, tributaría 30.000€ mientras que con el planteamiento de Vox tributaría 2.700€. Es el caso que más diferencia arroja entre la actual fiscalidad y la propuesta por Vox, pero sirve para ilustrar la reducción fiscal que plantea el partido político.

Pasando ahora al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), se bajaría el IVA de productos de primera necesidad e infantiles.; se eliminaría el IVA de primera vivienda (exclusivamente el IVA se aplica si la vivienda es de obra nueva) y la doble imposición de productos ya grabados con impuestos especiales (alcohol y tabaco entre otros). Si Vox llegará al poder anuncia que revertiría el IVA de la última reforma de 2012, volviendo al tipo reducido del 10% al 8% y al tipo general del 21% al 18%.

Sobre el impuesto de Sociedades, proponen progresivamente la reducción del tipo hasta llegar al 15% (desde el actual 25%) y la supresión del impuesto sobre Patrimonio, Sucesiones, Donaciones y Plusvalías municipales. Sobre el impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD) y Trasmisiones Patrimoniales (ITP), el partido aboga por la recentralización de la gestión de esos impuestos para bajar el AJD del 1,5% al 0,5% y bonificando al 100% el ITP para la compra de vivienda habitual para menos de 300.000€.

A priori la bajada de estos impuestos son todos buenas noticias ¿verdad? Pinta genial, sin embargo, en su programa electoral no está reflejado cómo se financiará todos los gastos del Estado ante la reducción notoria de los ingresos fiscales.

A diferencia de lo que hizo el partido en 2019, el actual programa económico de Vox para las elecciones generales no incluye una memoria económica. En esa memoria económica se deben recoger las estimaciones de la caída de la recaudación fiscal del Estados y por ende habría que realizar un ajuste del gasto por esa cantidad.

Lo curioso, es que ninguno de los principales partidos nacionales que se presentan a las elecciones generales de éste 23 de julio ha publicado ningún tipo de memoria económica. Es decir, supongamos que vas a presentar un plan de negocio para una empresa, que en este caso sería el Estado; a los accionistas, que en este caso serían los votantes; y no se plantea ningún tipo de plan estratégico con las líneas de negocio a tratar. En la empresa privada obviamente, ese equipo gestor no saldría elegido nunca, pero en el quehacer público, debido a la incultura e ignorancia del pueblo español, elegimos a nuestros representantes sin exigirles un plan estratégico con una memoria económica acorde para España. Por lo tanto, sin temor a equivocarme, puedo afirmar que España tiene lo que se merece; ya que la política es un reflejo de la población del país.

El caso contrario a Vox, que en su programa no especifica la reducción del gasto exigida para bajar los impuestos que promete, sería Sumar: pues no especifica de dónde va a salir el dinero para financiar el ingente aumento en las partidas de gasto social que llevan en su programa electoral. Y los votantes votarán a Vox y a Sumar sin preguntarles antes ¿oiga, pero de dónde sale el dinero para las reformas que quieren hacer? El caso del PP y del PSOE es distinto, pues sus programas económicos son tan continuistas que no requieren una memoria económica pues simplemente hay que acudir a la quebrada contabilidad nacional.

Haciendo unas cuentas rápidas, en magnitudes redondas: la rebaja del IRPF que promueve Vox haría que el Estado dejara de ingresar unos 60.000 millones de euros, la mitad de lo que está recaudando hoy en día por esta vía. Esta cifra podría ser mayor pues no se incluye la fiscalidad reducida dependiendo de la natalidad. Por otra parte, la rebaja del IVA planteada costaría al Estado unos 15.000 millones de euros. Se tendría que sumar a esto la rebaja al impuesto de AJD, el ITP, sucesiones, donaciones y plusvalía municipal. Por lo que, dependiendo de las estimaciones, hay una horquilla de reducción de ingresos del Estado de entre 75.000 y 90.000 millones de euros.

Esto serían los números rápidos que se pueden hacer de manera directa en la pérdida de recaudación del Estado, sin embargo, habría un segundo elemento que es más difícil de estimar: el aumento de la actividad económica por la bajada de impuestos que aportaría entradas a las arcas públicas a través de las nuevas operaciones. Pero estimar este dato es difícil y de nuevo se puede ofrecer una horquilla de entre 15.000 y 30.000 millones de euros en nuevas entradas fiscales. Por lo tanto, en el mejor escenario posible, de mayor crecimiento económico y menor reducción fiscal, hay un desajuste de unos 45.000 millones de euros.

Siendo un escenario base unos 60.000 millones de euros de desajuste. ¿Cómo financias eso entonces? Por comparar, la idea de Sumar de dar 20.000€ a cada joven de 18 años tiene un coste estimado de unos 10.000 millones de euros. Por lo que del mismo modo que la propuesta de Sumar plantea dudas sobre su viabilidad, hay dudas sobre el plan económico de Vox. Y es que el desajuste que plantea Vox, siguiendo el ejemplo de la paguita que promueve Sumar, sería el que generaría dar a cada joven unos 100.000 o 120.000 euros. Por lo tanto, hay que tener el mismo rigor analizando las cuentas de un partido y de otro.

Sobre el gasto, Vox si que plantea una serie de recortes. Mayoritariamente enfocado en partidas de gasto político de las administraciones públicas, auditando el gasto y realizando una revisión sistemática de cada partida. Eliminación de las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronal. Clausura de las diferentes televisiones autonómicas, pero no Radiotelevisión española (RTVE). Podríamos desarrollar cada medida, y desde luego está bien recortar el gasto en áreas improductivos para dotarlas a otras áreas más eficientes.

Pero hablando en cifras ya de gasto a recortar, siendo optimistas, hablaríamos de entre 10.000 y 15.000€; habiendo planteado una rebaja fiscal de unos 60.000 millones de euros. Por lo que hay un déficit que sufriría el Estado en el entorno de 50.000 millones de euros, repito, siendo optimistas. ¿Cómo financias eso de maneras sostenida y estructural en un país en el que su deuda pública es absolutamente elefantiásica?

Estas magnitudes expuestas en el artículo son magnitudes aproximadas. Si Vox u otros organismos tienen estimaciones diferentes que las muestres y que expliquen cómo han llegado a esa cifra mediante la metodología apropiada. Que, si no estamos haciendo un CIS de Tezanos, pero con contabilidad. Desde luego, tampoco hace falta ir al céntimo, pero si tener una visión general para saber que las cuentas no cuadran. Y este análisis es el mínimo que tiene que hacer un votante del programa de un partido político. Independientemente de a cuál vote.