Hoy todo el mundo quiere los privilegios que antes disfrutaban unos pocos, trabajar menos y cobrar más, jubilarse a los 60 años, …
Parece bastante evidente que en estos últimos años todos hemos pegado un giro a nuestro modo de entender la vida. La pandemia aceleró el cambio de Era, pero las cosas ya estaban sucediendo antes.
¿Quién no quiere hacer menos con más o ser dueño absoluto de su vida? Este movimiento ya se lleva produciendo desde hace años, pero manejado por muchos de arriba y para sus entornos.
Se me vienen a la cabeza las jubilaciones en la enseñanza pública a los 60 años con el 100%, o las prestaciones por baja en las administraciones, cubiertas también al 100% desde el primer día, pero hay mucho más y no solo afecta al empleo público, sino ¿cómo van contentando y anestesiando entre todos a la población? Los regalos, subvenciones, bonos y demás configuran un modo de manejarnos, algo de lo que no se libra ninguno.
Los dirigentes están poniendo en riesgo el Estado de Bienestar con las continuas cesiones y el mensaje de que todo se consigue sin esfuerzo ni sacrificio
Hoy el tema es que “esos privilegios” los quiere todo el mundo y ni el Sistema da para tanto, ni hay dirigentes con valentía ni autoridad moral para reequilibrar lo que han desigualado, poniéndonos a todos en riesgo.
Contrariamente que antaño, cuando todo el mundo necesitaba colaborar para abrir este país a la modernidad, hoy se ha instalado el “aquí te pillo, aquí te mato”.
Gobiernos contentando a sus trabajadores con “pólvora del rey” y a costa del resto; sindicatos haciendo su agosto e irresponsablemente obviando el término productividad, … ¿Da la vaca para tanto?
Los cuatro pilares que facilitaron el avance de la sociedad (Libertad, Igualdad, Claridad y Transparencia) hoy están desapareciendo de los valores que se practican en estos tiempos
Y, por otra parte, ¿Se le facilita a quien genera, o se le extorsiona económica y burocráticamente? ¿Tenemos un marco normativo y regulatorio que favorezca y/o anime al emprendimiento? Hasta Europa tiene que ponerse las pilas.
Creo que vamos siendo ya muchos los que vemos que hay que pegarle un ajuste al modelo, pero no vemos a nadie poniéndose las botas para hacerlo ¿Estamos huérfanos?
En tiempos donde todo se negocia por cuotas electorales, territoriales o colegiales, muchos pequeños empresarios o autónomos no nos sentimos representados y cada día vivimos, en términos relativos, más humillados, perseguidos y lógicamente desmotivados.
Hubo un tiempo en que se generó ilusión, en base a cuatro ideas perfectamente trenzadas y entendibles. Libertad, Igualdad, Claridad y Transparencia. Podrían los dos grandes partidos haberlos hecho suyos, pero no.
Entenderán que quienes estuvieron en el Magestic o en esta última Amnistía no puedan enarbolar parte de todo eso, ni siquiera despertar ilusiones hacia una ventilación general.
Y a pesar de todo hay que seguir viviendo y tratando de seguir en la pelea, pero permítanme que, al menos, muestre mi indignación. ¡Yo no comulgo! y me preocupa la base que les estamos dejando a los que vienen detrás.
Pero debemos de ser optimistas, el verano asoma y tenemos unas playas maravillosas.
¡Así qué, no pierdan un minuto!